miércoles, 6 de noviembre de 2019

"¿Le puedo deber diez céntimos?"

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El otro día fui a una heladería grande de las varias que hay en Lima. Pedí el helado más sencillo, el más barato. No es que no quisiera uno grande, era que solamente quería aplacar un antojo rápido.

El precio era S/3.90, poco más de un dólar. Pagué con una moneda de cinco soles. Al momento de darme el vuelto, la cajera me miró con cara de gato de Schreck y me dijo:
- ¿Le puedo deber diez céntimos?

Lo pensé brevemente y le dije: "No, porque si a mí me faltaran diez céntimos para completar el precio, usted no me permitiría que se los debiera".

La moneda de diez céntimos es la de menor valor en circulación en el Perú. Antes teníamos monedas de uno y cinco céntimos, pero poco a poco fueron desapareciendo.

Entonces, la cajera dejó su puesto, entró por un momento a una oficina que tenía atrás y me entregó el vuelto completo.

El incidente me hizo recordar algo ocurrido años antes, en tiempos en que lo único que había por acá era escasez... hasta de billetes. Billetes, porque nuestra moneda andaba tan desquiciada que solamente circulaban billetes. Y con un montón de ceros a la derecha además.

En esos tiempos, para compensar la falta de billetes de poco valor, las tiendas daban vuelto con caramelos: "No tengo billetes chicos, le doy un caramelo para completar el vuelto", decían mucho.

Así fue que me enteré de alguien que, con mucha paciencia, juntó todos los caramelos que la tienda de su barrio le había dado como vuelto en varios días y cuando reunió la cantidad suficiente, fue a la tienda y pretendió pagar con esos mismos caramelos. Por supuesto, el dueño de la tienda se negó a recibirlos, pero recibió como respuesta: "Si usted quiere usar caramelos como sustituto de dinero para dar vuelto, también debe estar dispuesto a usarlo como medio de pago".

El hombre recibió los caramelos. Fue la última vez que usó un medio de pago tan dulce.
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Te invito a leer mis más recientes artículos en Global Voices, uno sobre una particularidad de Cartagena de Indias y el segundo sobre una sustentación de tesis en quechua.

22 comentarios:

  1. Por lo menos le dijo: ¿Le puedo deber diez céntimos?, Aquí, no te dicen nada y si la cuenta es 9.70 te dan cambio 9.50 y no pasa nada. Eso de los dulces en las tiendas y las vitaminas en las farmacias la hemos sufrido en Bolivia.

    Saludos

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    1. Es una verdadera sinvergüenzura lo que cuentas.
      Tal vez sea momento de empezar a reclamar por ese vuelto no entregado.

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  2. Me has recordado esos feos años de la hiperinflación, cuando los precios llegaban a millones, normal nomás. Increíble haber sobrevivído a todo eso. "Que Dios nos ampare", dijo el ministro al poner orden en la economía.

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    1. Y parece que, con sus más y sus menos, el ruego fue escuchado. Al menos esas locuras con la moneda quedaron en el pasado.

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  3. Recuerdo en una de mis visitas a Peru vi billetes en la calle, como basura!
    Otro misterio para tus articulos: soy la unica persona a quien (como hoy) se le malogran el secador de pelo, la escobilla electrica y el abridor del garaje? Todo en menos de 30 minutos!!!!

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    1. Es que tenían más valor como adorno que como billetes. Qué malos recuerdos esos.

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  4. Aquí unpar de céntimos vale pero diez es mucho. Un beso

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    1. Claro. A ver si el comprador podría decir eso de "¿le puedo deber diez céntimos?". Y eso que no me dijo "diez centimitos".

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  5. Acá hasta hace poco era igual a como dice Chaly que es en Bolivia, pero ahora están suprimidas las monedas de 5 y de 10 pesos. Si la cuenta es inferior a 5, no se paga y si es superior se sube a 10, pero es un complemento de una cantidad insignificante.

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    1. Acá también pasó eso con las monedas de uno y cinco céntimos. Ahora, todos los precios terminan en múltiplos de diez céntimos.

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  6. Qué buena reacción la tuya, cuando te pidieron dejarte a deber eso diez céntimos. Igual que la de ese señor que, en justicia, reunió los caramelos como moneda de cambio... ¡Nos obligan a agudizar el ingenio para no dejarnos avasallar!

    Besos mil de las dos

    J&Y

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    1. Es que me pareció simplemente una frescura que tremenda heladería me debiera diez céntimos. ¡Como si no los tuvieran!

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  7. Aqui al cambio del euro, tenemos monedas de 1, 2, 5 cm de color cobre son un incordio y que lo único que sirven es para llenar el monedero, después de 10, 20 y 50 cm doradas al menos esas ya se manejan más.
    Hiciste bien en no aceptar el trato.
    Buen jueves.
    Un abrazo.

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    1. Debo recordar esa respuesta para repetirla si vuelvo a tener una situación similar.

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  8. Tens toda a razão, Gabriela. Não é correto recorrer a esse tipo de expediente.
    Bom fim de semana para ti.

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  9. Resististe bien a la carita del gato de Shrek, e hiciste valer tus derechos. Espero que el helado estuviese rico al menos. Un abrazo

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    1. Es que son contadísimas las personas que pueden convencerme con la carita del gato de Shrek. Los demás, que ni pierdan el tiempo.
      :D

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  10. Opino lo mismo que Laura (un comentario más atrás) los céntimos de euro apenas tienen valor y son un incordio.

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    1. En el Perú eliminaron las monedas de uno y cinco céntimos por ese mismo motivo. Ahora la mínima moneda es de diez céntimos, la protagonista de esta historia.

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