Los encontré en el sitio en el que están siempre. Un cartelito anunciaba "Guindones medianos S/.1.52 x 100 g". Detrás del cartel, había varios envases artesanales, de esos de la propia tienda, ya con el peso marcado con una etiqueta. Agarré uno de ellos y me fijé en el peso para llevar uno que contuviera aproximadamente la cantidad de 250 gramos. La etiqueta decía "Guindones sin pepa", y el precio indicado por kilo era de S/.26.90. El precio de los guindones medianos, a partir de lo indicado en el cartelito, era de S/.15.20, es decir, casi la mitad.
jueves, 25 de junio de 2009
¿Error o truco?
Los encontré en el sitio en el que están siempre. Un cartelito anunciaba "Guindones medianos S/.1.52 x 100 g". Detrás del cartel, había varios envases artesanales, de esos de la propia tienda, ya con el peso marcado con una etiqueta. Agarré uno de ellos y me fijé en el peso para llevar uno que contuviera aproximadamente la cantidad de 250 gramos. La etiqueta decía "Guindones sin pepa", y el precio indicado por kilo era de S/.26.90. El precio de los guindones medianos, a partir de lo indicado en el cartelito, era de S/.15.20, es decir, casi la mitad.
jueves, 18 de junio de 2009
Movilidad escolar
Después vinieron varias otras "señoras de la movilidad": la señora Matienzo, la señora Pinto, la señora Riva y finalmente Manuel, la única excepción en esta lista de mujeres. Hubo un año, cuando recién el colegio se mudó al local nuevo, en que usamos el servicio de ómnibus. Solamente duró un año porque el servicio no era muy bueno ni tenía ese sabor tan familiar de la camioneta.
En esas mañanas limeñas tan húmedas de junio, la camioneta paraba en la casa de alguien, que bien podía estar listo y formalito esperando muerto de frío en la calle, como también podía salir apurado con un pan en la mano y sin peinarse. Ya se sabía quién era (éramos) de los formalitos y quién de los que salían a la volada con la mitad del desayuno en la mano.
Recuerdo que era todo un triunfo cuando uno de "los grandes" te saludaba al cruzártelo en el patio del colegio.
Todas estas evocaciones y añoranzas me vinieron a la mente hace poco, una tarde cualquiera. Caminaba sin apuro por una de tantas callecitas miraflorinas, sin pensar en nada en especial. De repente escuché a uno de mis costados muchas voces de niños gritando: "¡somos hermanos!, ¡somos hermanos!" a voz en cuello. Cuando me voltée a ver de dónde venían las voces, vi una camioneta, inequívocamente una movilidad escolar, ahora casi todas uniformadas de amarillo. Desde dos ventanas abiertas asomaban cuatro cabecitas, pregonando alegremente a los cuatro vientos esa hermandad que los hacía tan inmensamente felices.
Otra generación. Otro tiempo. Otro mundo. Otra vida. Los mismos gestos. Los mismos gritos. Las mismas acciones. Algún día, será otra generación en otro tiempo, otro mundo y otra vida, con los mismos recuerdos. Tal vez hasta con la misma nostalgia por la moviildad.
jueves, 11 de junio de 2009
Diálogo abecedario
- ¿Ya la viste?— pregunta la primera.
- ¿A quién?— responde interrogativamente la segunda.
- A la flaca esa, pues. Esa que es tan flaca que si no le ponen el sombrero se confunde fácilmente con las que tiene al lado.
- ¿Qué tiene?— vuelve a preguntar la segunda, sin entender bien cuál es el punto al que quiere llegar su interlocutora.
- Que está insoportable. Desde que se ha hecho tan famosa cree que es más importante que todas las demás. Debería darse cuenta de que siempre va en minúscula y como complemento de otras cosas, y que por sí sola sigue sin valer mucho.
Este diálogo ficticio (preferentemente imaginado con una buena dosis de entonación limeña) bien podría estar dándose dentro del alfabeto, en donde "la flaca que sin sombrero se confunde con lo que tiene al lado" es la letra i. Efectivamente, de un momento a otro la i se ha hecho muy famosa, pues por todos lados vemos iPhones, iPods, iTouch, iLike, iGoogle y similares.
¿Se lo han preguntado? Ahí lo dejo como tarea...
viernes, 5 de junio de 2009
Por Global Voices Advocacy
Global Voices Advocacy está concursando en una competencia de Zemanta contra otras causas, y quien consiga más votos ganará $3000 USD. Quedan 48 horas para el cierre. Esa es bastante plata para una organización de voluntariado que a cada rato saca nuevos productos para mantener la seguridad de los blogueros alrededor del mundo. Hay muchos lugares en los que escribir en un blog te puede llevar a la cárcel, y en muchos de esos lugares, ir a la cárcel es casi como una sentencia de muerte: te encierran con criminales violentos, violadores, asesinos… todo por escribir en tu blog y denunciar actividades del gobierno. Y Global Voices Advocacy saca estas historias a la luz, y las publica en un medio que es consultado por fuentes noticiosas tales como CNN, la BBC, Reuters, etc.
jueves, 4 de junio de 2009
Sonrisas en Azerbaiyán
Tengo 35 años y soy una madre en los suburbios. Si, ya sé. Hay demasiados blogs creados por madres. ¿Y qué? También quiero bloguear. No soy cualquier madre suburbana que está aburrida y quiere bloguear. Soy una temible madre azerí en un subirbio inglés. Si no tienes idea de lo que eso significa, sigue leyendo. Te ilustraré con mi típico estilo del oriente de Europa y te explicaré cómo es cambiar tu mundo de una extraña república musulmana post soviética a una acomodada aldea cercana a Londres de personas que viajan diariamente al trabajo.Previa autorización de la autora, traduzco a continuación el post titulado "Sonríe cuando tu corazón es de... ¿Europa Oriental?":
Esta noche, el esposo está viendo Wanted. Sin Steven Seagal, pero con Angelina Jolie. Los senos y labios son mucho más impresionantes, pero además de eso, la misma cosa: montones de tiroteos y carros rápidos y eso es todo. Después, él anuncia: “Esposita, esas son dos horas de mi vida que no voy a recuperar”.
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Ayer manejaba al gimnasio: persianas puestas, sol afuera, la radio en mi estación favorita ... (XFM si quieren saberlo, solamente que ahora estoy lamentando que Alex Zane ya no presente el programa del desayuno).
Según una mamá de por acá, se hizo a un lado para dar paso a mi carro, y estuvo frenéticamente saludando para llamar mi atención.
“Pero tú -se burló- en tu ignorante estilo ruso, ¡ni siquiera sonreíste ni saludaste!”
OK, pensé, no importa la partecita rusa. Estoy acostumbrada a que mis amigos y otras personas de por acá me llamen rusa, o para ser honesta, más frecuentemente una “rusa loca”. Antes trataba de explicar que:
a) No, no estoy acostumbrada a los climas fríos por venir de donde vengo,
b) No, no tenemos osos caminando por las calles, y a decir verdad, tampoco los tienen los rusos.
Pero ella me dejó pensando: sé precisamente lo que quiso decir. Siempre nos reconozco, ex soviéticos, por esta severa expresión del oriente de Europa en el rostro que ciertamente muchos de nosotros tenemos. Yo, por supuesto, no puedo hablar por toda Europa Oriental. Pero tengo una idea de por qué ocurre con las muchachas azeríes.
He estado tratando de entender cómo, después de apenas dos años o algo así de vivir en el Reino Unido, cada vez que he regresado, los taxistas en Bakú me han tomado inmediatamente por extranjera. (Gracioso, ¿no? Extranjera acá, extranjera en casa. Básicamente, extranjera en todas partes.)
Me quedé pensando por qué sería. Y creo que viene del lenguaje corporal, includda la expresión facial. Las mujeres occidentales están listas para sonreír. Puede ser una sonrisa educada, una sonrisa aburrida, o una sonrisa de estoy-a-punto-de-matarte. Pero siguen siendo sonrisas, a pesar de todo. Chocas con el carrito de compras de otro, sonrisa. Sonríen a los mozos y al personal de las tiendas, basureros y trotadores. Saludan y sonríen a los carros que pasan y a las adolescentes a caballo, que bloquean la pista y cabalgan siempre tan despacito.
Si pues, mi vida acá requiere algo de ejercicio facial frecuente. Pero no es una habilidad que siempre haya tenido. En Bakú, las mujeres por lo general no sonríen a los extraños. (A menos que hayan escapado de una institiución mental o se paren apoyadas en los postes por las noches.)
[…] Si eres una muchacha decente y respetable, no puedes sonreírle a un taxista, ni a un vendedor, ni a un mozo. De hecho, cuando más maleducada y arrogante parezcas, más admiración conseguirás. (A menos que seas fea, por supuesto: entonces nada ayudará) .
Entonces, de verdad: no es que semas maleducadas. Es simplemente una forma de mecanismo de defensa que tuvimos que desarrollar, para evitar que nos acosen constantmente por donde quiera que fuéramos.
Aunque creo que las cosas están cambiando. Vi unas fotos de un matrimonio azerí hace poco, donde las novias parecían contentas y sonriendo, y hasta bailando.[…]
Para ver el post completo en inglés, entrar acá.
Antes de leer esto, nunca me había puesto a pensar en cómo extrañarías las sonrisas de las personas a mi alrededor, y la mía propia, si me llegaran a faltar.