sábado, 26 de julio de 2008

28 desde lejos

Estamos a pocos días del 28 de julio, Fiestas Patrias en el Perú. Como siempre lo he pasado "en casa", me animé a preguntarles a algunos amigos que viven fuera cómo se siente el 28 de lejos.

He aquí sus respuestas, que publico con la debida autorización.

Verónica, que vive en Dallas, dijo:
cuando se ha dado el chance (como el año pasado y este) - nos juntamos con amigos peruanos a comer "comida peruana", disfrutar y compartir. pero si no se da nada, es un dia mas.

feliz 28 para ti y todos por alla!
Desde Buenos Aires, Katia contó que:
Fiestas Patrias la verdad se vive extrañando el Perú mas que todos los demás días, por suerte ahora que la comida peruana está de moda en el mundo, han abierto muchos restaurantes y algunos muy buenos, no queda otra que darse el gustito de comer algo rico, aunque jamás será como comer en Lima.

Eso si, mi esposo [argentino] desde temprano me pone a todo volumen música peruana criollaza, el himno y todo lo que puede jaja.
Coco, que vivió primero en Santo Domingo y ahora está en la ciudad de México, contó sus experiencias:
La primera vez fue casi traumático, porque como comprenderás 28 de Julio para el resto es un día normal y tuve que ir a TRABAJAR, nunca nos toca trabajar un 28 y ya de por sí esa era un tremendo cambio. Recuerdo que vivía en Sto. Domingo y éramos 4 peruanos uno de ellos llegó con escarapelas y nos la entregó a cada uno, trabajamos sí, pero con escarapela en pecho durante ese día nos alivió la nostalgia.

Ya en los sucesivos, te vas acostumbrando y siempre hay reuniones o fiestas en los consulados/embajadas o las asociaciones de damas de los consulados, organizan fiestas, almuerzos, kermesses, etc. y sinceramente se ponen buenas, hasta diría mejor que en Perú porque la nostalgia de todos hace que nuestra peruanidad aflore mucho más.

Este año en México ya desde la semana pasada empezaron las celebraciones, este año se cumplía los 25 años de fallecimiento de Chabuca, y la hija que vive aquí junto con el consulado organizaron un concierto con Eva Ayllón, lamentablemente no pude ir pues era justo el día que Kari y los chicos viajaban, pero me contaron que salió bonito. Sinceramente las embajadas se esmeran, es la fecha de más trabajo para ellos creo que es la única que trabajan con verdadera dedicación, el resto de año bien gracias…

Afortunadamente, tengo un buen grupo de amigos peruanos aquí que siempre nos reunimos, algunos están en Lima aprovechando las vacaciones de verano de los chicos, pero los pocos que quedamos algo haremos el domingo…
Desde Penslvania, Carolina cuenta:
Gracias por los saludos... y a ti y a tu familia también feliz 28!

Así es, nostalgia es la palabra correcta. Añoro ver por tele el desfile patriótico, y la melodía de la marcha que también me hace acordar nuestras 'marchitas' en el colegio. No puedo ver tampoco las banderas rojo y blanco en todas las casas, detalles que antes uno daba por hecho o poca importancia pero viviendo fuera como se extraña.

En fin, lo que haremos mañana (y también aprovechando el santo de Lyssie) es reunirnos unos cuantos peruanos, hacer parrillada, anticuchitos, tomar Inca Kola, chicha, ojala unos traguitos, vestirnos de blanco y rojo por supuesto.
Lyssie es su hija menor, que por coincidencia nació un 29 de julio. Imagino que eso le da cierta licencia para celebrar Fiestas Patrias.

Marianella, desde Florida, no podrá celebrar porque ha decidido retomar los estudios (lo que me hace admirarla tremendamente). De todas maneras, cuenta:
[Mi hermana] Mirtha y unas cuantas amigas peruanas se reuniran a tomar un brunch el 28, pero tengo que pasar porque el lunes tengo 2 examenes.
Desde Calgary, Nacho vive así el 28 desde lejos:
La comunidad peruana en Calgary es muy pequeña, somos "censados" aprox. 150 peruanos. Sin embargo el grupo es muy unido y activo. Hoy día vamos a tener nuestra cena de Fiestas Patrias, presentación del grupo de taller de danzas folklóricas y hay algunas personas que elaboran platos típicos así que por hoy no va a faltar tamales, cebiche, lomo saltado e Inca Kola. A manera de anécdota yo participo como Pro-Tesorero.
Ahora la vez que más he sentido y extrañado Perú, fue luego del terremoto, fue muy emotivo pues toda la comunidad latina y canadiense organizó actividades para recaudar fondos y ayuda que enviamos y durante la actividad se mostraba videos y fotos del país.
Finalmente, Caty en Nueva York, echa de menos algunas cosas:
Gracias por el saludo. Asi pues, un poco nostalgica, extranando la comida, la family, los amigos, hasta el trafico!, en fin, ese sentimiento de estar en casa que cuando uno esta afuera lo extrana tanto.
Un saludo para ti y que pases lindas fiestas.
Que viva el Peru!
De una u otra manera, la fecha no pasa desapercibida. Confieso que se me haría un poco raro trabajar 28 de julio. Pero al final uno termina acostumbrándose a todo. Además, si vivimos fuera de nuestro país, está la ventaja de disfrutar del feriado por la fiesta nacional de ese país. Algo así como la ley de la compensación.
Para todos, ¡feliz 28!

sábado, 19 de julio de 2008

Mi personaje literario favorito

Se llama Atticus Finch, es abogado de profesión, tiene algo más de 50 años, vive en el condado de Maycomb (Alabama) en la década de 1930, es viudo y tiene dos hijos: Jeremy Atticus (Jem) y Jean Louise (Scout).

El libro es Matar un ruiseñor de Harper Lee.

Atticus es un caballero de los que, espero, todavía quede alguno. Siempre tiene una respuesta inteligente para las preguntas de sus hijos, que se avergüenzan un poco por el hecho de que su padre es mayor que los otros padres del pueblo y no puede jugar fútbol con ellos porque "puede romperse el cuello". Les parece poca cosa que sea un abogado honrado y totalmente confiable, capaz de redactar un testamento con tal minuciosidad que nadie puede hallarle defectos, tal como lo describe una vecina.
Los Finch viven tiempos complicados: están en plena Depresión económica, aunque ellos viven bastante bien. Es una época en la que no existen los términos políticamente correctos. Nada de afroamericano ni africano americano. El mundo se dividía simplemente en dos: blancos y negros.
La pobreza abunda en la gente que rodea a esta familia. Pobreza que no discrimina a blancos de negros, a diferencia de los infranqueables códigos sociales. Y ese es el punto medular, porque llega un momento en que a Atticus le encomiendan defender a un negro, Tom Robinson, por haber atacado a Mayella Ewell, una mujer blanca muy pobre. Pero sobre todo, blanca.
Cuando Atticus le cuenta a su hermano Jack sobre este fastidioso encargo, le pregunta si se acuerda de los Ewell. Jack no vive en el pueblo desde hace varios años, y le habla de algunos miembros de esa familia que él recordaba. Y Atticus le dice que se ha quedado una generación atrás, pero que básicamente siguen siendo la misma cosa.
La decisión de defender a Tom acarrea una serie de problemas para los niños Finch, sobre todo para la belicosa Scout. Ella no entiende bien qué pasa, pero le disgusta que en el colegio los otros niños hablen mal de su padre. Lo defiende a puño limpio. A Atticus no le gusta, le hace prometer que no se repetirá. Scout le pide explicaciones antes de prometer nada, y él trata de hacerle entender de qué se trata todo. Entonces ella le pregunta a su padre por qué aceptó algo tan complicado. Y él responde: "porque si no lo hubiera hecho, no podría pedirles a Jem y a ti que me miraran a la cara".
Llega el momento del juicio, y uno se da cuenta de que la acusadora, Mayella, es una muchacha tan despojada de todo que piensa que Atticus se burla de ella porque le dice "señorita" y la trata con toda la amabilidad que ella no ha conocido jamás en su vida. Es, antes que nada, una víctima.
Como lo es Tom que, a la pregunta de Atticus de por qué corrió si no había hecho nada, responde aplastantemente "señor Finch, si usted fuera negro, también hubiera corrido".
El resultado final es previsible. A Tom se lo llevan los guardias. El juez deja su estrado. El público blanco se retira del tribunal. El público negro está apiñado en la platea. Scout y Jem están ahí, han estado ahí todo ese largo día. Los negros no se han movido ni un milímetro, pese al calor y al cansancio. Atticus acomoda sus cosas y recorre el camino de salida del tribunal vacío con la cabeza gacha. Se siente derrotado. Sin que él los vea, los negros en la platea se sacan los sombreros en señal de mudo respeto. El reverendo Sikes despierta a Scout y le dice: "Miss Jean Louise, póngase de pie. Su padre está pasando".
Esta escena en particular me deja sin aliento, no importa cuántas veces la lea o la vea. Gregory Peck hace un Atticus genial en la película homónima del libro.
Mención aparte merecen las varias frases memorables que la autora pone en boca de Atticus:
  • Es pecado matar un ruiseñor, porque no hacen nada más que derramar el corazón para nuestro deleite.
  • El hecho de que hayamos perdido cien veces antes de empezar no es motivo para que no intentemos vencer.
  • Uno no comprende verdaderamente a una persona hasta que no considera las cosas desde su punto de vista.
  • Una turba, sea la que fuera, está compuesta siempre por personas.
No cuento más (y eso que creo que ya he contado demasiado) para no malograr la trama a los que quieran leer Matar un ruiseñor después de esto. Hay muchas situaciones más, y muchísimos personajes más, incluido el ruiseñor del título. Tampoco quiero entrar en la polémica sobre si Harper Lee es o no la verdadera autora del libro.
Prefiero quedarme con la magia de estos personajes, con la relación tan especial de los hermanos Finch. Con ese hermano mayor que lo sabe todo y que me es tan familiar. Y, por supuesto, con la imagen eterna de Atticus Finch con cara de Gregory Peck.
Atticus Finch es mi personaje literario favorito. Un hombre ordinario que vive situaciones extraordinarias. Un padre de familia intentando hacer las cosas lo mejor posible en tiempos complicados. Vaya si lo logra.

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Imagen sacada de Google Images

Actualización: gracias al programa concurso español Saber y ganar, acabo de enterarme de que Atticus Finch es el héroe de ficción favorito de los estadounidenses, de acuerdo a una encuesta del American Film Institute (AFI).

sábado, 12 de julio de 2008

En el mundo de los zurdos

Ver más sobre el tema en este post.

DIOS CREÓ UNOS CUANTOS SERES PERFECTOS...
LOS DEMÁS SON DIESTROS

Yo vivo en el mundo de los zurdos. Pertenezco a esa minoría que nació con el hemisferio derecho del cerebro como dominante, a diferencia de la mayoría diestra. Algunos señalan que el 10% de la población es zurda, otros dicen que somos el 8%. Sea como sea, somos una minoría.
Cuenta mi mamá que confirmó sus sospechas de mi preferencia por la mano izquierda cuando me dio una cuchara, que yo agarré ya saben con cuál mano. Ella vio su oportunidad de ver mi reacción y cambió la cuchara de una mano a la otra. Yo la regresé a la izquierda mientras le decía "no she pede". Tenía como dos años.
Irremediablemente zurda: confirmado.
En ningún momento de mi vida intentaron corregir el "error". Por el contrario, mis padres siempre me inculcaron que no debía permitir que nadie lo hiciera. Simplemente no puedo imaginar la agonía que deben haber pasado mis congéneres de generaciones pasadas cuando les amarraban la mano para escribir "correctamente". Mi tía Angelita, por ejemplo, me contaba cómo pasó por eso en su niñez.
Yo estoy orgullosa de ser zurda. Aunque no puedo negar que hay momentos en que es algo incómodo. Por ejemplo, cuando estaba en el colegio no podía entender por qué las planas en el famoso Pálmer me salían tan mal. Hasta los que tenían la peor letra del salón (lo digo sin mirar a nadie) podían hacerlas mejor que yo. Hace pocos años me di cuenta de que esto se debe a la inclinación de mi mano, totalmente opuesta a la de los diestros.
Igual me pasaba cuando cortaba cualquier cosa con tijera, porque nunca podía recortar por el borde. ¡Qué torpe me sentía! Años de frustraciones terminaron cuando por fin pude comprarme una tijera especial para zurdos... hace poco más de diez años, ya en mi vida adulta.
En la mesa, siempre busco sentarme al final para no chocar los codos con el vecino al momento de comer. Si no tengo cuidado al escribir, sobre todo si lo hago con plumón, mi mano va borrando lo que escribe. También va ensuciándose.
Y hay otras cosas, algunas muy simples desde el sentido de las inscripciones en los lapiceros y lápices (que están hechas para que se lean cuando se les agarra con la derecha) hasta la posición de las mirillas de las cámaras fotográficas, que están hechas para tomar fotos con el ojo derecho. Si, hasta en eso soy zurda.
Alguna vez leí que probablemente esta generación sea la primera que puede ser zurda sin presiones de ningún tipo, pero Marta me dijo que en Alemania todavía hay profesores, sobre todo en las áreas rurales, que siguen con la costumbre de corregir el hecho de preferir la mano izquierda. Nunca lo hubiera imaginado.
Pero no crean que solamente hay desventajas. A pesar de que prácticamente lo único que hago con la mano derecha es cortarme las uñas de la izquierda, siento que soy más hábil con la mano derecha de lo que muchos diestros son con la mano izquierda. Además, siempre he podido leer y escribir fácilmente de derecha a izquierda, algo que atribuyo al hecho de ser zurda.
A mí me encantaría equipar una habitación de una casa, o una casa completa, con todo hecho especialmente para zurdos. Y les demostraría a los diestros cómo es nuestra rutina todos los días, toda la vida.
Pero esto no es un buzón de quejas, ni quiero que se tome así. Somos un colectivo importante. Tenemos hasta nuestro Día Internacional de los Zurdos, el 13 de agosto... aunque imagino que lo de 13 debe ser en tono irónico.
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Foto tomada de la página web de Zurdo Boutique
PD: En Lima tenemos la Zurdo Tienda. Les invito a visitar su sitio web.

domingo, 6 de julio de 2008

Contradicciones urbanas

En mis habituales caminatas por las calles de Lima, he encontrado muchas contradicciones que creo que valen la pena ser mencionadas.

Siempre nos dicen que mantengamos limpia nuestra ciudad, que no botemos basura ni desperdicios en medio de la calle, que una ciudad limpia es una ciudad bella. Pero, ¿alguien se ha percatado de cuántos tachos encontramos por nuestras calles? Al menos en Lima, son muy pocos. En las avenidas principales están prácticamente en cada esquina, pero en las calles menos transitadas no hay ni uno, salvo contadísimas excepciones. En algunos distritos los vemos dentro de los parques y en las calles aledañas, pero creo que no son suficientes.

Ya sé que en Lima NADIE le hace caso a los paraderos. Lamentablemente, esta es una costumbre más que extendida, de la que responsabilizo principalmente a los usuarios del transporte público antes que a los choferes, porque la gente quiere bajarse donde le da la gana. Lo más cerca posible a su destino, aunque eso signifique pedirle al chofer que pare a media cuadra y por el lado izquierdo. Aún así, me parece terrible que haya brillantes carteles de letras blancas sobre fondo azul con la palabra Paradero... a una cuadra de un semáforo.

También nos dicen que tengamos cuidado al momento de cruzar las pistas, que mejor lo hagamos usando los puentes peatonales. Por supuesto que es una recomendación a la que todos debemos hacer caso... eso estaría muy bien y acá no vale apelar a las tontas excusas a las que recurre la gente que "no tiene tiempo para subir tanta escalera". Pero, ¿cómo hacemos si no hay puentes peatonales? Solamente nos queda cruzar a la volada y a la rezada, por si acaso. Sobre todo en una ciudad con un tránsito tan desordenado, tan caótico como es nuestra querida Lima.

No todas las esquinas tienen rampas para facilitar el acceso de las personas que, por una u otra razón, se movilizan sobre ruedas. No me refiero solamente a las personas que se ven obligadas a movilizarse en sillas de ruedas. Bastante difícil ya la tienen así nomás. Están también los que llevan bebés en coches, los que patinan y andan en bicicleta. Y eso que no menciono las rampas que son tan inclinadas que están prácticamente verticales.

Cada vez que encuentro un reloj en la calle, inevitablemente no funciona: está atrasado o totalmente parado. Así de simple. Las empresas gastan plata en ponerlos con sus logotipos, y se olvidan de darles mantenimiento. Para tal caso, mejor sería que no los pusieran.

Como no sé si encaja propiamente dentro de la categoría de contradicción, pongo aparte la costumbre de ponerle el mismo nombre a dos calles en el mismo distrito. O que las calles tengan por nombre un número. ¿Cuántas Calle Uno habrá en Lima? ¿Se les acaba la imaginación a los urbanistas, si es que son urbanistas los que piensan en los nombres de las calles?
Finalmente, no entiendo esa manía de cambiarles el nombre a las avenidas. Como por ejemplo cambiar la Av. 28 de Julio en Miraflores por Av. Miraflores. O la Av. República de Panamá por el de Av. Roosevelt. ¿Acaso alguien le dice Garcilaso de la Vega a la Av. Wilson?
Con toda seguridad, mis amables lectores aportarán más contradicciones urbanas, ya sea que vivan en Lima o en alguna otra ciudad, porque no creo que este listado sea privativo de los limeños. Les agradezco desde ya su colaboración.

jueves, 3 de julio de 2008

Bienvenida a la libertad, Íngrid

Hace más o menos dos años, mi amiga Beatriz me regaló un pequeño libro titulado La rage au cœur (La rabia en el corazón), cuya autora es Íngrid Betancourt. En ese momento, yo sabía que ella era la candidata presidencial por el partido Alternativa Verde que había sido secuestrada por las FARC junto con su compañera de fórmula, Clara Rojas.

Empecé a leer el libro, pero no pude resistir la sensación que me oprimía mientras lo iba leyendo, pensando que su autora, la que contaba alegremente episodios de su vida, estaba separada de su familia y de la gente que más quiere por razones que creo nunca entenderé, por más que lo intente. Simplemente, dejé de leerlo antes de llegar siquiera a la mitad.


El miércoles último la noticia de su rescate me sacudió como sacudió al resto del mundo. En una operación calificada de brillante por los analistas, rescataron a 15 rehenes: tres norteamericanos y 12 colombianos, entre los cuales estaba Íngrid Betancourt, quien ha llegado a convertirse en símbolo de tantas cosas que ya no es necesario ni enumerarlas.

La vi salir del avión que la transportó a la base aérea cercana a Bogotá, la vi abrazar a su madre, la vi atender varias veces el teléfono. Siempre con el rostro impresionantemente sereno. Con la serenidad que tienen las personas que han estado en el infierno y que han vuelto para contarlo. La serenidad de quienes han visto lo peor imaginable. De quienes han enfrentado al mismo demonio más de una vez. De quienes han sentido que cada vez les quedaba menos de sí mismos.

La serenidad de quienes ya trascendieron toda experiencia humana. Y vencieron.

Ojalá que pronto más familias puedan compartir esta misma alegría.

Bienvenida a la libertad, Íngrid. Espero, ahora si, poder terminar de leer tu libro.

PD: quiero agradecer al diario Peru21 por la mención a Seis de enero en su sección MundoBlog.

martes, 1 de julio de 2008

60 millas por una buena causa (*)

Ayer recibi un e-mail de mi amiga Verónica, a quien no veo desde hace tantos años que no quiero ni sacar la cuenta del tiempo transcurrido. A continuación transcribo el contenido de su mensaje, como siempre, previa autorización:

Hola!

Algunos lo saben, otros no: en octubre del 2007 caminé 60 millas en 3 días, para luchar contra el cáncer de seno. Pienso hacerlo de nuevo este año! No solo porque fue una experiencia increible, si no porque creo firmemente en que cuanto mas se difunda el tema, mas vidas se pueden salvar.

Este evento no es nada fácil, pero créeme que no me metería si no creyera al 100% de que cada dolor de músculo, ampolla, mala noche, frío y entrenamiento por los que pasé, hacen que valga la pena luchar.

Lo estoy viendo ahorita: en abril de este año, a una de mis compañeras de equipo, le diagnosticaron cancer de mama. Ya la operaron, esta en pleno tratamiento, sigue juntando sus fondos, y espera (al igual que yo y el resto del equipo) caminar este noviembre, como sobreviviente. Dios quiera que asi sea!

Si me ayudaste el año pasado, ya te imaginas que necesito tu apoyo. El mínimo que necesito colectar para participar es $2,200; pero este año quisiera sobre pasar los $2,500 que junté en el 2007 – gracias a tu ayuda y la de otros amigos/familiares. Si no tuviste chance de contribuir el año pasado, hoy tienes la oportunidad para hacerlo.

Quisiera contar con un minimo de $30 de c/u (monto que seguro se gasta en un fin de semana, no?); pero en todo caso, no hay minimos ni maximos. Todo monto es bienvenido!!!

Para donar, solo tienes que seguir el enlace de abajo y llegarás a mi página personal. Donar en línea es rápido y super seguro. La caminata de este año sera en noviembre, con lo cual puedes donar hasta finales de septiembre, pero de hecho, cuanto antes lo puedas hacer, es mejor.

Si tienes alguna pregunta, no dudes en contactarme.

Gracias por tu tiempo en leerme y desde ya, por tu apoyo!

Cuídate mucho y saludos!

Verónica :)

Acá debajo, el contenido de la página web a la que se refiere, previa traducción mía:

Participa conmigo en la lucha contra el cáncer de mama

Yo camino por los que no pueden hacerlo

La lucha no ha terminado. Este año caminaré de nuevo 60 millas para seguir con la "batalla". Y, sin caminar, ¡tú también puedes cambiar las cosas!

Por favor, apóyame de nuevo (o por primera vez) para combatir el cáncer de mama. Todo lo recaudado a través de la red es deducible de impuestos y beneficiará al Fondo Nacional Filantrópico Susan G. Komen para la Cura, que financia importantes investigaciones, así como educación, exploración y tratamiento del cáncer de mama. Gracias por tomarte el tiempo de visitar mi página y por contribuir con esta dura batalla. Mantengamos la esperanza de "un mundo libre de cáncer de mama".

Muchas bendiciones para ti y para los tuyos,

Verónica :)

Espero poder hacerle una donación. Independientemente de eso, ojalá que la poca o mucha difusión que esta causa pueda tener a través de Seis de enero sea de ayuda para Verónica y las demás personas que participan con ella en esta caminata.

Por lo pronto, desde acá manifiesto mi admiración a alguien que pone más que un simple granito de arena (o que da una moneda en día de colecta, y esto lo digo por mí) para hacer un cambio. Les deseo lo mejor, claro está.

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(*) 60 millas son 96 kilómetros