miércoles, 30 de junio de 2021

Encuentro matutino

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Hace poco más de un mes, esperaba para comprar el pan de cada día en la esquina de mi casa. Se acercó un señor al que ya había visto en varias ocasiones en la misma espera, nos saludamos y él se lanzó a conversar. Y de la nada, me dio una receta muy fácil para un pollo con miel y dos ingredientes más. Tomé nota mental con la idea de anotarla después.
No era una receta difícil y estaba segura de que la recordaría.
Pero cuando me decidí a anotar, solamente podía recordar la miel además del pollo. "Eso pasa por no anotar de inmediato", me recriminé. Solo recordaba que, además de la miel, había otro ingrediente que empezaba con M. "Ojalá lo vuelva a encontrar para preguntarle", pensé.
Así pasaron varias semanas y casi olvidé el incidente.
Hasta que un día estaba en la misma esquina esperando para comprar el pan y llegó el señor. Nos saludamos y de la nada arrancó a contarme de una caída que había tenido hace diez días cuando iba en bicicleta. Que el piso estaba mojado por la lluvia, que perdió el control porque las llantas resbalaron, que por apoyar el pie en el piso mojado se deslizó por la pista, que logró poner la mano en la pared, que como estaba mojada se deslizó. En resumen, el hombre cayó con todo y bicicleta.
Ahí noté que no movía el brazo derecho. Y siguió hablando. Que fue a tomarse una radiografía, que el técnico lo obligó a levantar el brazo, cosa que le es imposible todavía por los golpes. De algún modo lograron hacer las placas y ya estaba en tratamiento.
Mientras dudaba si pedirle o no la receta, llegó el pan. Cada quien compró el suyo y yo emprendí el regreso. Él se quedó ahí sin moverse.
Había avanzado unos pasos cuando me dije "no", y regresé donde el hombre.
- Hace un tiempo usted me dio una receta de pollo con miel que...
- Ah, sí, ¿la hiciste?
- No porque no me acuerdo. Era pollo con miel y lo demás me olvidé.
- A ver, es fácil: en una fuente, pones el pollo y le echas mantequilla...
- ¿Lo embadurno?
- Eso, justo, lo embadurnas- me dijo, mirando al cielo como quien agradece por haber encontrado una palabra olvidada.
Siguió con las indicaciones: luego se vierte sobre el pollo una mezcla de miel, kion y mostaza. "Bingo", esa era la M que no recordaba, pensé.
Y para terminar, se espolvorea un poco de sal, no te vayas a olvidar de la sal. Y al horno, hasta que el pollo esté doradito.
Regresé a la casa y de inmediato me dispuse a anotar la receta.
En cualquier momento me animo y como pollo a la miel con mostaza.