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Durante horas, los cuatro niños jugaron, entraron y salieron del colegio. Lo conocían bien. Era el colegio del que serían alumnos cuando les llegara el momento.
Así pasaron horas y casi llegó la noche. La fiesta estaba por terminar, pero los niños eran ajenos al tiempo, a la hora. Siguieron entrando y saliendo del colegio sin pensar en nada más que en divertirse.
Finalmente, cuando quisieron entrar una vez más, ya no pudieron. La marea de gente que salía los empujó hacia afuera. Se quedaron juntos, parados y sin saber qué hacer más que esperar. Cuando la marea humana amainó, llegaron al lugar donde habían estado sentados sus padres y sus tíos, y lo encontraron vacío. Y casi no quedaba nadie dentro del colegio.
Quedaron con el miedo en el cuerpo por no saber qué hacer ni a dónde ir.
Salieron del colegio. La gente ya iba subiéndose a sus autos, ya se iban. Y ellos seguían sin saber qué hacer.
Hasta que uno de los niños recordó: "mi papá siempre dice que, si nos perdemos, vayamos al auto a esperarlo, que en algún momento llegará". Vino el debate de a qué auto, al del papá de quién. Y finalmente optaron por el del papá de quien dio la idea.
Juntos los cuatro caminaron hasta llegar al auto y se pararon a su costado. Ya era casi totalmente de noche. Pasó un rato de incertidumbre, el miedo de los niños creía.
De repente, uno de los tíos de la comitiva familiar los encontró. La historia tuvo final feliz.
El sabio consejo del padre fue salvador.
Que importante que fue acordar un punto de encuentro y que bueno que uno de ellos lo recordó.
ResponderEliminarAbrazo!
Felizmente, el papá de uno de los niños le había enseñado eso y todo acabó bien.
EliminarPor suerte encontraron el coche. Un beso
ResponderEliminarSabían dónde estaba. Gracias a eso los encontraron.
EliminarPues sí, es bueno tener un lugar de referencia por si te pierdes, o despistas , pero incluso de mayor. Un abrazo
ResponderEliminarCasi debería ser ley universal.
EliminarUn saludo grande.
Pobres niños... con final feliz
ResponderEliminarNiños inteligentes y aplicados.
EliminarFelizmente se resolvió para tranquilidad de los niños y los padres.
ResponderEliminarGracias a un buen consejo de un padre que sabía lo que hacía.
EliminarAquí, otra niña que todavía se acuerda (el miedo tiene buena memoria).
ResponderEliminarHay veces en que es mejor no recordar para no volver a vivir.
EliminarVaya tremendo susto para los padres y para los niños,pero felizmente recordar el consejo paterno dió la solución
ResponderEliminarImagínate verte en medio de una marea humana que te empuja sin remedio...
Eliminar😣
Un gran susto con final feliz. Buen consejo el del padre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hombre sabio ese papá.
EliminarMenos mal que los niños recordaban el lugar de aparcamiento del auto!
ResponderEliminarBesos Gabriela
Y además, qué bueno que recordaban el consejo paterno.
EliminarInteresante relato que pone de manifiesto
ResponderEliminarcomo la infancia es una reserva de soluciones
que da ejemplo poniendo de relieve los buenos
consejos de sus padres ...feliz fin de semana
Gabriela mis saludos .jr.