Imagen |
Madre e hija salen del edificio en el que viven y se cruzan con una vecina. Se saludan al paso, y la vecina deja una estela de perfume muy agradable. Madre e hija dicen "qué rico perfume".
Un foquito se prende.
A los pocos días, la hija se encuentra con la vecina y le pregunta el nombre del perfume. Ella promete dárselo a la mayor brevedad posible pues no lo tiene en la cabeza.
Varios días después, la vecina se encuentra con la madre y le entrega un papelito con el nombre del perfume. La madre se lo entrega a la hija.
Cuando la hija vio la marca del perfume, fue grande su alegría. Es justamente donde trabaja su sobrino, así que lo contactó y le contó la historia en tres palabras. Al final, le preguntó si podía comprarlo y la respuesta del sobrino fue "claro, lo que sea por mi abuela". Eso sí, advirtió, no sabía cuánto se demoraría en llegar el pedido. "No importa", fue la respuesta, "como es sorpresa puede llegar en cualquier momento".
La mañana siguiente el sobrino comunica que llegó el pedido. "Qué eficiencia", pensó la hija. "Te lo acabo de mandar con un mensajero en este momento", ofreció el sobrino. Doble eficiencia.
La distancia es corta, así que menos de 15 minutos después la hija tuvo el perfume en sus manos. Feliz con toda la aventura, fue donde la madre y le dijo: "sorpresa, te compré el perfume de la vecina, ese que te gustó, cuyo nombre le pediste".
Sorprendida, contenta, la madre lo abre, lo huele, se lo pone en ese instante, sonríe y dice: "en verdad, le pedí el nombre porque pensé que te había gustado a ti".
¡PLOP!
Perfecta relacion familiar
ResponderEliminarSuena a que es excelente.
Eliminarjajaja
ResponderEliminarGran final.
Imagínate el chasco...
EliminarRealmente yo diría UNION Familiar ya que la hija lo hizo pensando en su madre y ésta a su vez quería agradar a su hija.
ResponderEliminarMuy linda ha historia que refleja mucho amor familiar
Un abrazo
Doy fe de que así es, Yvette.
EliminarSimpática historia. Muy bonito ver que cada una de ellas pensó en la otra.
ResponderEliminarEs la parte que más me conmueve en todo este cambalache de secretos.
EliminarEn suma, Gabriela, se trató de un perfume "muy unitario", por más que en un momento daba para la antigua sensación de "trágame tierra".
ResponderEliminarUn perfume de unidad familiar. Si hasta parece lema para alguna campaña.
EliminarBonito de se ver a cumplicidade entre mãe e filha.
ResponderEliminarSin olvidar al sobrino, pieza fundamental de toda la historia.
EliminarBonito y perfumado relato. Los aromas nos traen recuerdos.
ResponderEliminarA veces un leve aroma nos hace retroceder en el tiempo, puede tener efectos mágicos.
Eliminar¡Hola, Gabriela! Las dos pensaron en la otra, lo cual resulta de lo más tierno y amoroso... La historia podría dar para uno de esos anuncios de perfume que, cerca de la navidad, inundan la televisión...
ResponderEliminarUn beso grande de las dos
J&Y
Me hace acordar a la historia de la pareja, en la que cada uno vende lo más preciado para dar al otro un regalo para ese objeto tan querido que cada uno tenía.
EliminarQue historia tan simpática ;)
ResponderEliminarDigna de contarse, ¿no?
Eliminar:D
Madre e hija y genes afines. Cada una pensando en la otra.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo.
Se nota que se quieren mucho.
EliminarAhora tendrán que compartirlo, jajajaj... A mí me da un poco de corte, como decimos en España, preguntar eso. Solo lo hice una vez. Al día siguiente fui a una tienda, puse un poquito en mi muñeca, y horror... no me gustó el resultado para nada.
ResponderEliminarY acá decimos "sentirse corto", o sea que por ahí vamos.
EliminarPara vencer eso, siempre me pregunto: "¿a mí me gustaría que me preguntaran eso?", y dependiendo de la respuesta, me mando.
Sigue siendo un buen regalo. Un saludo
ResponderEliminarSobre todo porque era algo que querían.
EliminarGabriela
ResponderEliminarUma linda história. Obrigada por nos contar :)
¡Gracias por leer, Regiane!
Eliminar