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Lo cierto es que mi reloj se adelanta. Poco a poco, día a día, se adelanta ligeramente. Por lo tanto, es necesario ponerlo a la hora cuando la diferencia con la hora real es muy grande.
No importaba mucho pues ocasionalmente hay que desconectar la electricidad de la casa para algún arreglo o porque la empresa distribuidora nos desconecta el servicio brevemente para algunas reparaciones nocturnas de las que ni nos damos cuenta.
De todas maneras, aparentemente ponerlo en la hora correcta es tarea fácil, solamente hay que ir avanzando en los minutos y para fijarlo en la hora hay que avanzar. Es un reloj que no va hacia atrás, bueno, como todos los relojes. Y como el tiempo.
El detalle es que el mando respectivo es caprichoso. A veces es fácil y con apenas rozarlo avanza diez dígitos. Otras veces, ni apretando con toda fuerza quiere moverse. Con el mando de la hora no hay problema, lo complicado son los minutos.
Es un reloj temperamental.
Así que decidí llevarlo con mi relojero favorito. Le conté la situación y me dijo que le dejara el reloj para revisarlo. Quedamos en que lo recogería esa tarde.
A la hora acordada, el relojero me entregó el despertador arreglado. Me dijo que había limpiado el botón respectivo y que además le había puesto una pila interna de modo tal que aunque no hubiera luz, el reloj no iba a afectarse. Es decir, si no había luz, no habría reloj, pero que iba a iba a seguir avanzando internamente de modo tal que al volver la energía eléctrica, el reloj estaría a la hora.
Del problema del adelanto, no me dijo nada. Y olvidé preguntar.
Dicho y hecho, al llegar a la casa lo enchufé y... ¡el reloj marcaba la hora correcta! No hubo necesidad de pelearme con los mandos. Y me sentí feliz.
Semanas después, vi que el reloj estaba cuatro minutos adelantado. Pero no le di importancia, con la idea de arreglarlo en la siguiente interrupción del servicio... hasta que me di cuenta de que la batería interna conservaría la hora errada al volver la energía eléctrica.
Al cabo de un tiempo, el adelanto era de diez minutos y hasta llegó a los 12 minutos. Opté por la solución del perezoso: simplemente restaba los minutos sobrantes. Y empecé a usar la alarma de mi celular como despertador.
De un momento a otro. los 12 minutos de adelanto pasaron a ser solamente ocho minutos. Ahora está en seis minutos más que la hora real.
A estas alturas, no lo pongo en hora solamente porque me mueve la curiosidad de ver hasta dónde va a llegar el retroceso.
Me gusto el escrito, no niego que esperaba una explicación paranormal o de espacio-tiempo tan de moda, pero el enfoque inocente me agradó..
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por la visita.
EliminarLamentablemente no tengo explicación alguna. Si siempre se adelantara, sería una cosa. Pero que además ahora retroceda me parece rarísimo.
puede ser que esté retrocediendo porque se le está gastando la pila extra que le pusieron para que conserve la hora? No se... es solo una idea.
EliminarYo tengo uno igual, Gabriela, con los mismos problemas, pero todavía como no lo he llevado a un relojero, me obedece fielmente los cambios de hora.Ya es para mi esposa y para mi una especie de amuleto, por más que "el atenderlo"parezca una ceremonia interminable.
ResponderEliminarEl mío, ni con relojero se pone en onda. Debe ser parte de su encanto.
EliminarA veces los artefactos eléctricos se tornan caprichosos como niños malcriados. Sigue observando y puede ser que se arregle de un momento a otro.
ResponderEliminarSi se sigue atrasando, llegará a la hora correcta. Y a ver qué pasa a partir de ahí.
EliminarParece que mi reloj es mellizo al tuyo...jejeej! Así que cuando veo que la diferencia es mucha modifico la hora. Está allí.. dejo que haga su vida, eso sí no la mía.
ResponderEliminarBesos Cagriela
Parece que son travesuras que hacen los relojes entonces.
EliminarNOS HACEMOS DEPENDIENTES DE ESTOS APARATOS.
ResponderEliminarEN CASA LO USAMOS PARA DESPERTAR EN LA MADRUGADA, SUELE PASAR QUE AL ABRIR LOS OJOS, SUENA A LA HORA PROGRAMADA EN ALARMA, VEMOS LOS OTROS RELOJES Y TODOS TIENEN MINUTOS MÁS MINUTOS MENOS.
NO DEJA DE DESCONCERTAR LA TECNOLOGÍA, ME REFIERO A QUE IGUAL SUENA A LA HORA PROGRAMADA.
SIEMPRE ES GRATO LEER TUS RELATOS, GRACIAS POR SER TAN CREATIVA Y AMENA.
CARIÑOS Y SALUDOS.
ANTONIO.
El detalle es que la hora programada cambia casi todos los días. A estas alturas solamente sirve como referencia.
EliminarBueno, lo importante es que todos los relojes, enteros o malogrados, marcan la hora correcta dos veces al día.
ResponderEliminarAl menos eso, tiene razón dos veces al día.
EliminarNo le des más vueltas Gabriela, va a su bola, tengo una en la habitación de uno de mis hijos que apenas se usa, y tengo que pelearme con él apretando los botones cada vez que se va la luz para ponerlo en hora.Lo bueno que tiene, que es puntual, no se adelanta😊
ResponderEliminarUn abrazo.
Al menos el tuyo va a su hora... La puntualidad en un reloj es importante, ja, ja.
EliminarGabriela
ResponderEliminarÉ o tempo que brinca de se esconder :)
Regiane
Lujos que se puede dar el tiempo, jugar con los simples mortales.
EliminarEsse relógio, definitivamente, não merece confiança. Será que é made in China? SE for o caso, então está tudo explicado.
ResponderEliminarEs una explicación totalmente lógica, y todo quedaría aclarado.
EliminarTe deseo buena semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Igual para ti, Laurita.
Eliminar:D
Vida propia. Eso es lo que tiene tu reloj rebelde.
ResponderEliminarLo más sencillo para él sería seguir la senda del Meridiano pero eso sería poco valiente. Él ha descubierto, como nos pasa a los humanos, que hay minutos tan intensos que duran una eternidad, mientras que a veces las horas se funden al momento.
Tres ¡hurra! por la imaginación.
Qué bueno que hayas llegado por acá, Ana María.
EliminarMe ha encantado la explicación que das a la rebeldía de mi reloj de mesa de noche.