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EL JIRÓN DE LA UNIÓN
Leo un articulo de Eloy Jauregui, a quien solo conozco de letras. Es sobre el Jirón de la Unión, pasado y presente. Y, ¿sabes qué? Doy fe. Puedo decir como Augusto Ferrando: "yo lo descubrí".
Lo descubrí cuando, recién bajaditas*, mi papá nos llevó a mi hermana y a mí a conocer el centro de Lima. Quizás te sea difícil entender lo que se siente al ver de frente y en todas sus dimensiones, los edificios, las calles, las plazuelas, todo lo que solo conocías por los libros de Historia del Perú de Pons Muzzo y las "Tradiciones peruanas" de Ricardo Palma.
(Bueno, debe ser como ver en vivo y en directo la Fontana de Trevi, o más ambicioso aún, la Mona Lisa).
El Jirón de la Unión era una larga extensión de calles con nombres diferentes. En las galerías Boza estaba el Crem Rica, donde años después nos reuníamos a tomar helados y subir y bajar por la famosa escalera eléctrica, la primera que hubo en Lima. Veíamos al pasar el local de La Prensa y Última Hora, la iglesia La Merced con el milagrosísimo san Hilarión, y al frente la tienda Monterrey junto al edificio del Banco Internacional. Más abajo la Botica Inglesa, donde atendía la jovencita Chabuca Granda que desde ahí veía pasar a una rumbosa y coqueta Flor de la Canela, del Puente a la Alameda, con jazmines en el pelo y rosas en la cara.
Cuántas películas vimos en los cines Excélsior, Biarritz, Bijou, Adán y Eva. Cuántas empanadas comimos en la pastelería Hinojosa. Los fotógrafos esperaban el paso de dos amigas o una pareja, tomados del brazo, para tomar la foto que luego llevarían a la casa, cuya dirección se daba sin temor alguno. Si no querías comprarla, la fotografía aparecía rota y en pedazos en la puerta de la casa. El jirón de la Unión era sinónimo de elegancia y pituquería. Se dice que las limeñas, vestidas con sus mejores galas, sacaban paquetes guardados para caminar por esas calles como si hubieran salido de compras.
En una época trabajé en una oficina en la cuadra 5, calle Espaderos en ese tiempo. La oficina estaba en el segundo piso, y la puerta de la calle se abría directamente a la escalera. Ahí ocurrió lo que el diario popular Ultima Hora tituló una mañana de invierno: "Cajerita asaltada en el jirón de la Unión ".
El incidente sucedió durante un desfile de las candidatas a Miss Perú, que pasaban por las calles saludando al público desde carros descubiertos y arreglados para la ocasión. Mientras todos veíamos el desfile desde la escalera del local, alguien cometió el asalto a la cajera en el segundo piso. Pero esa es otra historia. ¡Ah! El jirón de la Unión. Lo era todo. Tiendas, cines, paseos, cafés, heladerías, encuentros con amigos. En cierta forma, y salvando las distancias, me recuerda un poco a la avenida Larco de hoy. Salvando las distancias, claro.
Hace mucho tiempo, muchos años, que no he vuelto al jirón de la Unión. No quiero hacerlo. Sería como ver una joya destrozada en pedacitos, me ganaría la tristeza, el saudade, el nunca más. Tanta gente con zapatillas de marca y ofertas en la mano, gritando: ¡tatuajes, tatuajes!
Prefiero recordarlo con su sencilla elegancia de antes, como cuando lo descubrí, recién bajadita, deslumbrada de Lima y sus historias.
Pero nada vuelve atrás. La vida sigue.
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* Así se les dice a los provincianos en Lima. Como la capital está en la costa, por lo general, los peruanos del interior del país bajan cuando migran a Lima.
Eso suele pasar con muchas calles emblemáticas de las grandes ciudades.
ResponderEliminarMe gustó mucho el texto por su contenido y por el lenguaje bastante diferente al mío. Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado, Chelo.
EliminarMuchos saludos.
Me ha encantado tu manera de contar la historia. Está muy bien escrita y me transporta a calles elegantes de muchos países que conozco. Ojalá estas calles quedaran ancladas en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces se quedan, Marta, y es una delicia percibirlo.
EliminarEmbora já tenha visitado o teu país, não conheço o centro de Lima.
ResponderEliminarConcordo contigo quando dizes que não te apetece voltar a esse local de que guardas gratas recordações. Dizem que nunca devemos voltar aos lugares onde um dia fomos felizes.
Gostei muito do teu texto.
Beijo
Qué pena que no hayas visitado el Centro de Lima. Tiene una belleza increíble que se goza más cuando se visita con tiempo y con ganas de pasear.
EliminarLa vida sigue...y te tienes que adaptar al momento y a la circunstancia. No nos queda otra.
ResponderEliminarBesos Gabriela
Claro, no podemos quedarnos anclados en lo que ya no es.
Eliminar:D
Sí. Hay imágenes y episodios que jamás se van de la memoria. Recuerdo que las damas salían a "jironear" o sea a pasear por esas calles en grupos de amigas. La verdad es que el centro de Lima conserva todavía muchas joyas arquitectónicas dignas de ver y conservar.
ResponderEliminarY el recorrido con calma y sin apuro bien vale la pena.
EliminarTambien yo tengo recuerdos de este jirón pues alli en un solo invierno engordé como 6 kilos pues por el trabajo debia ir a los bancos que estaban en pleno centro pero por el frio al que yo no estaba acostumbrada tomaba dos o tres cafecitos en local chiquito que habia en el jirón de la Unión y que venia a quedar frente a la botica francesa. Pero en dicho cafecito habia empanaditas, tamalitos etc y cada cafecito siempre lo acompañaba y el resultado pues..... fueron los KILOS
ResponderEliminarUn abrazo
Es que la tentación es grande a veces... y lo malo es que nos damos cuenta muy tarde.
EliminarQué adorable relato,gracias por compartirlo!,debes ser la primera escritora que conozco que comparte los escritos de otros que considera valiosos, a ti no te tocó el ego del escritor!, debe ser porque practicas yoga :)
ResponderEliminar¿Será?
Eliminar🕉️🕉️🕉️
RECUERDOS DEL AYER, COMO BIEN DICE: "NADA VUELVE ATRAS...LA VIDA SIGUE".
ResponderEliminarDULCES AÑORANZAS DE ANTAÑO QUE EN LA MENTE REVOLOTEAN.
DICHOSOS LOS QUE PASEAMOS POR AQUEL JIRON DE LA UNION.
HOY VUELTO UN MULADAR Y DE NICHE UN MERCAFILLO DE COSAS ROBADAS.
YYYYY...LAS AUTIRIDADES BRILLAN POR SU AUSENCIA.
JAMAS VOLVERÁ AQUELLA EPOCA DE ORO, SI, DE ORO PORQUE LA HOY NO LE LLEGA NI AL TACO DE UNA HERMOSA PERUANA.
GRACIAS Y SALUDOS MI QUERIDA GABY.
A mí me gusta pasear por el jirón de la Unión. No me parece tan desordenada como comentas. Tal vez es cuestión de apreciación.
Eliminar:D
Es una pena que no se conserven los lugares tal cual eran. Se pierde la esencia de las ciudades.
ResponderEliminarEste jirón se ha renovado, luce moderno, no puede decirse que ha perdido su esencia. Es parte de la evolución producto del paso del tiempo.
Eliminar¡Qué bien descrito el ambiente bullicioso y cosmopolita de esa avenida, Gabriela! Nos ha traído a la memoria esas películas españolas de finales de los cincuenta, principios de los sesenta y que mostraban un Madrid que ya no existe, pero con un costumbrismo muy similar al que aquí cuentas...
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Nos cuesta volver a esos lugarea que recordamos con cariño y tenemos grabados, han cambiado tanto.
ResponderEliminarBuena noche.
Besos.