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Por fin ese sábado hubo ocasión de un gran almuerzo. No es necesario un motivo para esas reuniones, las ganas de verse son más que suficientes.
Sentados a la mesa, todos cuentan sus novedades. Las preguntas van y vienen. Son varios días los que hay que cubrir para estar actualizados con las noticias de todos. No faltan las risas, las miradas de complicidad que solamente entienden los autores de las miradas, las caras de asombro ante alguna proeza.
Pasado el almuerzo, la sobremesa y demás protocolos de un almuerzo sabatino, los invitados se van. Como quien dice, "comida hecha, amistad deshecha". La casa queda vacía, casi en silencio solamente interrumpido por las canciones de la radio que hasta hace un momento pasaba desapercibida entre tantas voces.
Con todo de vuelta a la normalidad, te acercas a la computadora para seguir con algo que dejaste a medias la última vez que la apagaste. Te sientas y, sin saber cómo, tus ojos se dirigen a una libreta de notas. Ves unos símbolos en el papel, a la distancia se ven muy tenues, pero es evidente que hay algo escrito.
Acercas la cara para verlo mejor y te das cuenta de que en el segundo papel dice algo. Levantas la primera hoja y ahí está, muy claro. Logras distinguir la letra infantil, la misma letra infantil que te "habla" desde cuadraditos amarillos pegados en lugares que siempre tienes a la vista. Te saluda con apenas cuatro letras, te dice HOLA. Al ver eso, te sientes la persona más afortunada del mundo de que en medio de toda la algarabía del almuerzo, la niña haya pensado en ti y haya dedicado un momento para dejarte esa sorpresa en un lugar donde sabía que tarde o temprano la ibas a encontrar.
Hola también
Siempre es agradable recibir una sorpresa como la que comentas, y que es prueba del sentimiento de una persona querida, en este caso de una pequeña que tuvo este gesto cariñoso y gentil.
ResponderEliminarY que además lo hizo con la certeza de que la sorpresa se encontraría en algún momento.
EliminarSon las pequeñas grandes cosas que nos da la vida.
ResponderEliminarBesos Gabriela
Y que la hacen tan especial, Norma.
EliminarMe gustó la sorpresa pues yo siempre pienso que la felicidad está hecha de pequeñas cositas que te llegan al alma. Detallitos como ese HOLA valen mucho, tanto para quien lo pone como para quien lo recibe.
ResponderEliminarEsos detallitos arreglan el día y la vida a cualquiera.
EliminarHOLA!qué rica la nena :)))))
ResponderEliminarSi supieras...
Eliminar:D
Realmente, Gabriela, essa foi uma atitude muito carinhosa.
ResponderEliminarBom fim de semana
Besitos
Cariñosa y considerada, Nina. Tan especial como ella.
Eliminar¡Sumamente tierno!
ResponderEliminarSí, especial.
EliminarUn relato bonito con un tierno final.
ResponderEliminarBesos
Si, es una historia feliz.
EliminarElla te conocía bien y sabía que la verías.
ResponderEliminarBesos. volveré 😉
Te reitero que te esperamos.
Eliminar:D
Esa niña tiene una sensibilidad especial y realmente aprecia a la persona a la que dejó el mensaje... ¡Y esos detalles de la gente menuda son los que más llegan al corazón!
ResponderEliminarNos alegramos de estar de vuelta, Gabriela, y muchas gracias por tu bienvenida. Esperamos que hayas tenido un buen mes de agosto.
Un beso grande de las dos
J&Y
La gente menuda puede remover absolutamente todos los sentimientos con un pequeño gesto. Es una niña especial, ciertamente.
EliminarQué bueno leerlas de vuelta.