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Recuerdos de mi pueblo
Y algo muy propio de pueblos pequeños: casi nadie conocía el nombre de las calles. Nos ubicábamos por zonas o algo cercano: vive por La Loma, está por Moralillos, se ha ido por el puerto, está por el aeropuerto.
Un día llegó al pueblo un señor que se instaló en una casa grande y puso una tienda de artículos diversos. Encima de la puerta colocó un letrero que decía "GRAN REALIZACION".
Ese letrero permaneció ahí años de años aunque la tienda se cerró.
Muchos años después yo trabajaba en una oficina y atendía público. Por casualidad, llegó un señor y nos reconocimos de inmediato: era del mismo pueblo donde yo nací. Conversamos un momento y yo le pregunté, ¿dónde vivían ustedes? Y me dijo, en la calle Arica. Y luego precisó: "por la Gran Realización". Nos reímos con ganas porque esa simple frase nos recordó usos y costumbres de un pueblo en una época inolvidable e irrepetible.
Cuando ahora visito mi tierra, veo todo tan cambiado, tan diferente, que no la reconozco. Ha crecido, ha progresado. Mucho bullicio y movimiento en las calles. Nada queda de la placidez y tranquilidad de antes, de nuestros años felices.
Y es que la vida sigue aunque quedan los recuerdos.
A mi me pasa, lo mismo con el mio , ya no lo reconozco ni el tampoco a mi , que le vamos a hacer.
ResponderEliminarMientras los cambios sean para bien, bienvenidos sean. El progreso no se puede evitar, Chelo.
EliminarGracias por la visita.
Si. Los recuerdos de la infancia no se olvidan. Sobre todo cuando vuelves al lugar donde viviste esos momentos felices... y encuentras todo tan diferente que ya no lo reconoces.
ResponderEliminarPero la esencia sigue ahí, los recuerdos de lo vivido, oído y visto no pasan.
EliminarEs bonito recordar cuando la vida era mas sana, mas sencilla y digamos mas simple y esa misma sencillez nos hacia felices, en fin el progreso es el progreso y solo nos queda adaptarnos a él. Un abrazo.
ResponderEliminarEn todo hay bueno y malo, Yvette, y es mejor ver lo bueno primero y olvidar lo demás.
EliminarLa infancia siempre deja recuerdos imborrables, y casi siempre entrañables. Qué bien encontrar a alguien que te la recuerda como el señor que hoy relata tu lector, Gabriela.
ResponderEliminarBesos a montones de las dos.
J&Y
Los recuerdos de infancia no se borran nunca, y se sienten más cercanos al regresar al lugar donde pasamos esos días.
EliminarLos recuerdos ayudan a mantener el espíritu vivo.
ResponderEliminarCada quien tiene años felices, lástima que pasen tan rápido.
Solo nos corresponde vivir con entusiasmo, recordando que también hemos vivido, y eso es decir bastante.
No debemos dejarnos vencer ni mucho menos olvidar aquellos momentos y lugares que perennizarán en nuestra mente.
Bendiciones, y gracias por compartir tan hermosos relatos de vida.
Es muy cierto lo que dices, no debemos dejarnos vencer ni tampoco olvidar las buenas experiencias.
EliminarGabriela, creio que é assim que as ruas são batizadas nas terras pequenas, Por aqui sucede o mesmo.
ResponderEliminarBeijo
Y si las callecitas pudieran contar su historia sería muy interesante, Nina.
EliminarEsa Gran realización me temo que llegó a todos sitios Gabriela, que buenos recuerdos guardo yo también de mi niñez cuando casi viviámos en la calle. Ahora apenas ni nos vemos con los vecinos de piso.
ResponderEliminarBesos.
Yo siempre he vivido en una ciudad grande, pero también guardo recuerdos imborrables de mi barrio de infancia. Tengo mi propia Gran Realización.
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