miércoles, 29 de mayo de 2024

El tintineo

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La mujer estaba sola en casa. Todos habían salido, pero ella prefirió quedarse viendo una película y disfrutar de la compañía del silencio.
Se preparó algo de comer y decidió acompañarlo con una copa de vino. Llevó todo al salón, donde estaba en televisor gigante del que nunca podía disfrutar por vivir complaciendo a todo el mundo y postergando su comodidad. Pero esa noche decidió que ella era la prioridad. La oportunidad era perfecta, con el esposo de viaje, despachó a todo el mundo, ya fuera al cine, a la casa de los abuelos, a donde alguna amiga.
Salió de la cocina con una fuente en la que puso una delicia recién preparada y una copa de vino. Se sirvió una porción generosa, no quería levantarse de su cómodo asiento.
Escogió la película, una que le habían recomendado mucho. Y a los pocos minutos  de haber empezado a verla, supo que no se había equivocado. Estaba interesadísima.
De repente sintió un sonido metálico o algo parecido, como cuando algo choca con vidrio. Miró a su alrededor, intentó descubrir qué había sido. Muy a su pesar, paró la película para ver qué pasaba, qué se había caído, qué se había roto.
No encontró nada, así que llegó a la conclusión de que algo había golpeado la ventana por afuera. Pero ese sonido lo sintió tan cercano, tan particular. No quedó convencida del todo.
Reinició la película a la vez que levantó la copa de vino para dar un sorbo. Y sintió que algo le mojaba la manga.
Dio un salto de susto. Al mirar de dónde salía el líquido, vio que la copa se había partido perfectamente en dos con un corte horizontal.
"¡Ese fue el sonido! La copa se rompió de lado a lado", se dijo, entre asombrada y asustada.
Hasta hoy no sabe qué hizo que la copa se partiera así. Y tampoco sabe en qué acababa la película, nunca más intentó verla.

¡Estamos de vuelta!