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El hombre estaba feliz. Por fin tenía su oficina propia, después de años de usar un pequeño espacio en la oficina de un colega.
Tenía su primera oficina de abogado.
Ya había llevado varias cosas a la oficina nueva, entre libros, expedientes, documentos diversos. Tuvo especial cuidado con el diploma que lo reconocía como abogado. Tendría un lugar de honor en una pared, bien visible para que fuera lo primero que vieran sus clientes.
Hizo un último repaso mental antes de tomar lo que faltaba. Ese rectángulo de vidrio que lo había acompañado desde hacía años. Le tenía gran cariño a ese vidrio grueso para el escritorio que su padre le regaló el día que recibió su título profesional. Debajo había dispuesto fotos de la familia, para sentirse siempre bien acompañado.
Puso las cajas en el auto y dejó espacio para el querido vidrio. Lo dejó medio de lado porque no quedaba mucho sitio libre, y se aseguró de que quedara bien seguro.
Dio una última mirada antes de cerrar las puertas y partir hacia su oficina.
Arrancó y partió.
Cuando estaba a medio camino terminó metido en un bache. Fue un golpe fuerte, el cuello le quedó adolorido.
Pero eso no fue lo que más lo asustó. Sintió un sonido a vidrio... su vidrio.
Se puso a un lado de la pista, abrió la puerta y varios trozos de vidrio cayeron a sus pies.
"Es solo un vidrio", se dijo. Y mientras decía eso, sintió que una lágrima recorría su mejilla.
Me hizo acordar a un cuento de Ribeyro. A ninguno en particular, a todos los que hablan también de sueños rotos.
ResponderEliminarDeben ser varios...
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Yo sé cómo se siente esas perdidas
ResponderEliminarMe paso con el corvo que me regalo mi abuelo
Abrazos
Sin duda, se siente uno muy mal.
EliminarTIERNO Y TRISTE RELATO. NADA PEOR QUE SIN QUERER ROMPER UN RECUERDO TAN GRATI COMO EL QUE UN PADRE PUEDE DEJARNOS. GRACIAS POR COMPARTIRLO MI QUERIDA GABY.
ResponderEliminarA algunas cosas se les coge mucho cariño. Un beso
EliminarImagínate, tanto cuidarlo el vidrio para que quede hacho trozos en un segundo.
EliminarAsí es, Susana, y hasta se vuelven parte de nosotros.
EliminarPues sí, entendemos su tristeza aunque solo se tratara de un vidrio, pero estaba lleno de valor sentimental y puso mucho cuidado en su traslado...
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Era un vidrio muy especial, por lo visto.
EliminarEntiendo su lágrima...Hay vidrios que valen todo el oro del mundo.
ResponderEliminarBuena semana Gabriela.
Un abrazo.
Y son tan frágiles que hay que tener mucho más cuidado.
EliminarLos recuerdos son tan importantes en nuestras vidas... Comprendo su tristeza.
ResponderEliminarBesos
Ver recuerdos hecho trizas duele mucho.
EliminarOlá minha querida, que pena, mas tens as boas memórias o momento. Feliz final de semana. Bjos, fique com Deus!!!!
ResponderEliminarAlgo habrá hecho con los trozos de vidrio, al menos así no lo pierde del todo.
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