domingo, 11 de noviembre de 2018

El pasajero amable

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Hace algunas semanas iba a hacer unas compras. En esos casos, voy en bus y regreso caminando. Lo hago así para no demorar a la ida y tomarme todo el tiempo del mundo a la vuelta, ya sin apuros.

Ese día, subí a un bus en una avenida cercana a mi casa para un trayecto que no demora más de 20 minutos en una mañana de sábado. Como el vehículo estaba con pocos asientos ocupados, elegí uno al lado de la ventana, sin mayor expectativa que llegar a mi paradero de destino. Este bus no tenía cobrador, así que uno debía pagarle directamente al chofer al subir. Eso no es lo habitual en los buses de Lima, donde la figura del cobrador es casi obligada.

Pagué y me senté. Delante de mí iba un pasajero en quien apenas reparé al subir.

Unas cuadras más adelante, el bus paró para que subieran pasajeros que no logré distinguir desde mi asiento. En eso, como impulsado por un resorte, el hombre que iba delante de mí se paró de un salto mientras le decía al chofer:
- Un momento, señor, por favor.

Se bajó del bus. Me extrañó tanto lo que estaba haciendo que no le quitaba el ojo. A los pocos segundos, subió de nuevo acompañado de dos señoras bastante mayores, una más que la otra. El hombre tenía tomada de una mano a la señora de más edad, y con mucha suavidad la ayudó a subir. La otra señora pudo subir sin dificultades y sin ayuda.

Ambas se sentaron en los asientos reservados y se dieron cuenta de que había que pagarle al chofer pues no había cobrador. La más joven empezó a rebuscar en su cartera y sacó una moneda. Cuando extendió la mano para pagar, soltó la mano y la moneda se cayó. Se cayó y rodó por el bus. Rodó y fue a dar a la pista.

El pasajero amable lo había visto todo, y con la misma agilidad mostrada instantes antes, se levantó y dijo:
- Señor, por favor, un ratito, a la señora se le ha caído su plata.

Volvió a bajar del bus, recogió la moneda del suelo, volvió a subir y entregó la moneda al chofer, que le entregó dos boletos. El pasajero amable entregó los dos boletos a las señoras:
- Gracias, hijito, muchas gracias. Que Dios te bendiga.
- De nada, madrecita, de nada.

A veces, los ángeles de la guarda se disfrazan de pasajeros amables, y nos los podemos encontrar en un viaje de bus, una mañana cualquiera de un sábado de primavera en una caótica, desordenada y encantadora ciudad que a veces nos regala pausas como esta.
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Hoy, 11 de noviembre de 2018, cumplo 11 años de haber entrado a Global Voices, Hoy, 11-11-18 cumplo 11 años en esta maravillosa comunidad. Es una fecha especial a nivel internacional, pues se conmemoran cien años del fin de la Primera Guerra Mundial.

20 comentarios:

  1. Ese hombre es un "caballero", eso es real clase.

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  2. Como haces de las cosas simples de la vida, estimada Gabriela, motivo central de tus publicaciones, el destino te premia con la observancia de hechos y gestos de gran calidad humana.Sin duda el pasajero aquel es un ejemplo digno de imitación.

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    1. Gracias, Esteban. La vida misma me brinda la oportunidad de contar estos pequeños incidentes.

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  3. Simple pero refrescante historia.
    Felicidades Gabriela, once años se dicen rápido, pero es todo un logro. Qué vengan muchos más.

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  4. Sin duda alguna, los ángeles de la guarda existen y se manifiestan, y luego se van sin esperar más. Doy fe

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    1. Existen y se manifiestan con las formas menos esperadas, pero ahí están. Siempre.

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  5. Tus años en Global Voices son los años de Marcela! Qué sorpresa y qué bonito ��

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    1. Tres cosas importantes me pasaron en los últimos meses de 2007: Marcela, Global Voices y el blog. Los tres cumplen años con poco tiempo de diferencia.

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  6. Sem dúvida que era um anjo disfarçado de passageiro.
    Às vezes acontece é nos cruzámos com eles.
    Parabéns pelo aniversário. Que venham mais 11 e mais 11 .... beijo

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    1. Estaba tan bien disfrazado que ni siquiera parecía un ángel. Nos engañó a todos.

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  7. ¡Gente así existe por todo el planeta tierra! Y damos a gracias a Dios por ello. Hoy nos sentimos optimistas y tu relato nos ayuda a afirmarnos en ese estado. ¡Muchísimas felicidades por esos once años, Gabriela!

    Besos mil de las dos

    J&Y

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    1. Qué bien que compartan ese optimismo. Me encanta sentirme parte de esa sensación.
      Gracias, han sido once años de crecimiento y buenas cosas para mí.

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  8. Gracias a Dios que aun en este tiempo se puede encontrar gente amable y respetuosa sobre todo con la gente mayor. Aparte quiero felicitarte por tus once años en Global Voices y que estos sigan aumentando y sigas deleitándonos con tus escritos.
    Un abrazo.

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    1. Todo hay en el mundo, y siempre hay que destacar las buenas acciones de las personas buenas.

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  9. Pocos quedan así Gabriela y ya no digamos los jóvenes que se acomodan y no se levantan ni aunque vean a alguien con minusvalía.
    Buen fin de semana.
    Besos.

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    1. Extrañamente, en Lima muchos tienen la costumbre de ceder el asiento a señores mayores. Yo lo he hecho más de una vez. No todos, claro, pero no es tan raro ver ese gesto. Lo que sí es raro es uno que hasta se baje del bus para ayudar, como este hombre.

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  10. Es muy reconfortante leer tus historias y comprobar que existen aún personas buenas y amables en la sociedad.
    Muchas felicidades por los once años en la comunidad.

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    1. Es bueno resaltar estas historias para que podamos ver que no todo está perdido.
      ¡Gracias!

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