jueves, 28 de mayo de 2009

Con su propio esfuerzo

Había una vez un muchacho que nació cuando el siglo XX todavía era joven. Nunca conoció a su madre, tal vez en foto solamente, porque murió cuando él nació.
Lo crió su abuelita, que en verdad era una tía abuela. En su casa podrían faltar muchas cosas, pero siempre hubo amor. Su padre era una presencia constante y permanente, pero quizá no cotidiana.
Tenía una mente privilegiada y una curiosidad enorme de aprender, de saber. Una mente tan priviliegiada que cuando terminó la educación primaria en la escuelita del sitio en que vivía, un sacerdote fue a visitar a la abuelita para decirle que el muchacho tenía asegurada la educación secundaria en un colegio en una ciudad más grande. Lo único que él tenía que llevar era dos mudas de ropa, pero como eran muy pobres no había con qué comprarlas.
Se quedó sin estudiar. Pero jamás dejó de aprender.
Así aprendió algo de contabilidad y a llevar cuentas. Así lo contrataron de auxiliar de oficina en una empresa que tenía locales en varias ciudades. Así, en pocos años, ascendió hasta ser jefe de la oficina de la ciudad en la que vivía. Así, con una visión extraordinaria para las buenas ocasiones, adquiría inmuebles que después vendía o alquilaba con buenas ganancias. Con esa misma visión, fue empresario pionero del cine en su época de oro.
Se casó con la señorita con las mejores cualidades. Por allá decían que él era el único que podía casarse con ella. Le ofreció las comodidades simples y cotidianas que ella, a pesar de muchas diferencias, no tenía en su propia casa.
Tuvo cinco hijas y enterró a una demasiado pronto. También crió a una sobrina con el mismo amor. Tuvo después 18 nietos, y llegó a conocer a varios bisnietos.
Caminante infatigable de distancias increíbles, que dejaba atrás a otros más jóvenes que él.

Ya no parecía ser ese hombre vigoroso, lleno de energía y hasta temible que decían que había sido. Pero ahí estaba, aprendiendo todo, absorbiendo lo mínimo que escuchaba. Siempre con el periódico en la mano, al tanto del acontecer diario. Ya ni el siglo XX ni él eran jóvenes, pero ahí seguía tratando de entender qué era ese Internet del que todos hablaban y que se había vuelto tan importante.
Enterró dos hijas más, siempre demasiado temprano y un poco lejos. Enterró a la que había sido su compañera durante más de 60 años. Enterró nietos, siempre demasiado temprano y en algunos casos desde lejos.
La gente en Yurimaguas, su ciudad, lo miraba con respeto. Le decían don Pedro.

La gente de Yurimaguas también lo miraba con admiración y orgullo. Le decían don Pedrito también.
Alguien muy especial le decía con todo el cariño del mundo shaprito.
Yo le decía simplemente abuelito.

jueves, 21 de mayo de 2009

La ciudad en que vivo

Ya he dicho varias veces que vivo en Lima, la capital del Perú. Una ciudad al borde del Océano Pacífico, húmeda todo el año, desbordada, de crecimiento desordenado, cálida muchas veces, cruel otras. Con ese cielo color panza de burro que confunde a los visitantes, que siempre creen que en cualquier momento va a empezar a llover. ¿Con qué argumentos habrá convencido el cacique Taulichusco a Francisco Pizarro para que decidiera fundar acá la capital de la tierra recién conquistada? ¿Que acá nunca llueve? ¿Que los climas no son extremos?
He vivido en Lima toda mi vida y no puedo decir que la conozco toda porque ha crecido tanto en los últimos años que muy a menudo escucho nombres de zonas y urbanizaciones desconocidas para mí.
Pensaba en eso el otro día, quería escribir un post sobre Lima, y así surgió la curiosidad de saber qué pensaban otras personas sobre la ciudad en que viven. A los bloggers a los que cito los he conocido gracias a Seis de enero (es uno de los enormes beneficios de tener un blog, los amigos insospechados que podemos llegar a tener). Los demás son queridos amigos que viven fuera, por trabajo o por otras razones. Se les extraña, pero como se puede ver, siempre estamos en contacto.
Hilda respondió casi de inmediato al pedido, y varios días antes del pánico que casi paraliza al mundo, nos contaba que:

San Luis Potosí es una ciudad de la provincia mexicana, inicialmente pequeña pero que con el paso de los años ha ido creciendo como muchas otras ciudades. No carece de encantos: su centro con Iglesias y construcciones de cantera rosa ahora con una iluminación hermosa en las noches. Sus museos, parques, cines, etc. invitan a recorrerla. Económicamente ofrece contrastes al igual que muchas partes de México. Era muy tranquila, desafortunadamente la delincuencia va ganando terreno poco a poco gracias a la corrupción, aún así muchos nos negamos a dejarla y seguimos poniendo nuestro granito de arena para que sea una ciudad donde de gusto vivir.
Katia fue mucho más explícita cuando nos contó sobre su ciudad adoptiva:

Llegué a Buenos Aires a fines del 99 y viví toda la debacle de esta hermosa ciudad. Me costó acostumbrarme a no andar con la cartera empuñada... pero al poco tiempo tuve que volver a empuñarla. La primera sensación al vivir en Buenos Aires, es la de estar en una ciudad que no para nunca, a la hora que sea siempre vas a ver movimiento, las 24 horas, puedes encontrar desde un lugar para comprar puchos hasta un restaurante si te dió hambre. Los edificios y construcciones de los años 20 ó 40 te hacen sentir por momentos en Madrid, París, Barcelona o Nápoles. En Buenos Aires se respira arte y está al alcance de todos... eso me encanta. Hay una cierta homogeneidad cultural, los contrastes son mucho mas suaves a los que estaba acostumbrada a ver en Lima, a todos les encanta conversar, del clima y de política principalmente, del tema del momento, pero finalmente de lo que sea.

Las vacaciones no las entiendo realmente, es increíble cómo se convierte en un éxodo donde todos huyen por semanas o quincenas, principalmente a la costa, en playas muy lejanas, donde hay que caminar tanto, con tanto viento que no logro entender dónde está el disfrute.
Te encuentras de pronto con que casi todos hacen terapia, y el que no, está medicado. Es un país de extremos, pasan de la euforia a la depresión, se hunde y de pronto resurge, de ser los genios del universo a ser los peores de todos...yo siempre lo relaciono con el clima, donde las estaciones son tan marcadas que pasan del calor al frío, algunas veces hasta en un mismo día, la canción de la Bersuit Vergarabat (grupo de Rock argentino) "La argentinidad al palo" describe muy bien todo esto. A la gente le gusta manifestarse y puedes ver marchas organizadas y tranquilas como las de Blumberg (por la inseguridad) o la del apoyo al campo, como también puedes ver piqueteros amenazantes con palos y las caras tapadas y la gente que cruza por en medio de ellos porque está trabajando y tiene que pasar por ahi. En Buenos Aires no sorprende la prostitución, confundida en plena ciudad a la luz del día donde uno se mueve, puede estar una Iglesia, al lado un café y al siguiente un puticlub. Las Villas (pueblo joven) pegadas o insertadas en medio de barrios lujosos donde se pueden ver antenas de cable y construcciones sólidas de hasta 4 pisos que parecen naipes sin forma. En definitiva es una ciudad que vive intensamente, donde me acostumbré fácilmente a vivir y que cuando estoy en Lima extraño mucho pero cuando ya estoy mucho tiempo comienzo a extrañar a mi Lima querida.

César, amigo desde tiempos pre blog, con final muy acogedor, nos cuenta acerca de:

Vancouver, ciudad puerto que me acoge, cobija y retiene. Rodeada de mar por doquier; con montañas escarpadas que coronan al cielo esmeralda de su aurora. Titila el reflejo de alumbrados rascacielos espejados al esplendor de sus nevados. Que por ser puerto es punto de encuentro cardinal de idiomas tan variados como los centenares de parques que la adornan. Tolerante pulsa vibrante y a la espera de tu encuentro.
Desde la capital más antigua del mundo, Mariyah nos habla de su ciudad de origen como si se tratara de una vieja amiga, y de su ciudad adoptiva, bastante más cercana a nosotros, de una manera poética que refleja inmenso cariño:

Damasco –la ciudad del jazmín– la joya de la ruta de la seda. Continuamente en el cruce entre el pasado y el futuro. 7000 años de existencia. Una contradicción. Energética y bulliciosa, aunque adormilada en una tarde de verano. Rica y aun así abundantemente pobre. Una sólida identidad que difiere en la mente de cada uno de sus ciudadanos. Una vez que ella ha penetrado en tu alma, no puedes ya nunca sacarla de ahí. Damasceno una vez, damasceno siempre.

Ottawa –la capital de Canadá– bella, áspera e inocentemente refinada. Un recorrido de 20 minutos en cualquier dirección desde el centro a tierras de labranza y bosque. Concreto elegantemente formado fundido delicadamente con piedra antigua, interminables verdes veredas y ríos trazados serpenteantes, senderos pavimentados, edificios corporativos que se inclinan y reflejan las magníficas Colinas Gatineau. Rostros y voces del mundo unidos bajo su dosel.

Taras, desde un país aparentemente lejano y de manera muy hospitalaria, nos cuenta que:

Kiev, la capital de Ucrania, tiene más de 1,500 años de historia para contar. La ciudad ha sido destruida y reconstruida muchas veces: desde los días del Rus de Kiev, el antiguo estado eslávico a las dos guerras mundiales. Vengan a visitar Kiev en mayo, cuando los árboles de castaño, el sello distintivo de la ciudad, florecen.

Wallah, del blog Coffeewallah, a quien conocí gracias a una traducción de Global Voices Online, y a quien he llegado a apreciar realmente a través de sus introspectivos posts, nos brinda una acogedora y cotidiana imagen de su ciudad:

Son las 7:00 am y en Puerto España el calor ya está reflejándose en el asfalto, los olores a polvo de elevan desde las pistas, los escapes de los autos y el aroma del café juguetean contigo. Un poca distancia de la esquina, el vendedor de fruta lleva su mercadería, plátanos de amarillo brillante, naranjas verdes, sus cáscaras apenas empiezan a tomar color, rojas manzanas, vibrantes en contrase con el blanco del papel que está debajo. La línea de la camioneta de comida a lo largo de la carretera, la sonriente mujer que toma las órdenes les da parabienes a todos, a su alrededor los edificios son altos, llenos de vidrio, la gente adentro pequeña, como hormigas trabajadoras. Al otro lado de la pista en el parque, los árboles silban apenas como una brisa que sopla brevemente, la fuente tintinea, el bienvenido sonido del agua.

Silvana no es blogger, pero es habitual visitante comentarista de este blog. Desde la geográficamente lejana Australia nos brinda sus impresiones de la ciudad en que vive desde hace algunos años con su familia:

Adelaide es la quinta ciudad en importancia de Australia. Es la capital de South Australia, el estado mas seco del pais mas seco del mundo. Esta ciudad tiene una poblacion de 1,200,000 habitantes. Adelaide es una ciudad muy ordenada, que mantiene armonia es sus construcciones de estilo ingles. Sus pistas y avenidas son anchas desde que la ciudad fue planificada en 1836. El centro de la ciudad esta rodeado por mas de 6 km2 de parques, lo cual la convierte en una ciudad con muy bajos niveles de contaminacion. Ademas de este anillo de parques que rodea al centro la ciudad, Adelaide tiene muchos mas parques y reservas por toda su extension, ademas de plazas y jardines; es una ciudad costera que goza de muy lindas playas, muchas de ellas a solo 10 minutos de la ciudad. La mas turistica de estas playas es Glenelg, donde llega el tranvia que sale desde el centro, ahi hay mucho comercio, hoteles y restaurantes y se puede decir es uno de los pincipales “puntos” de entretenimiento. Lo lindo de Adelaide es que fue construida entre la costa y una cadena de verdes colinas que corre paralela al mar. Desde estas colinas, se puede ver toda la ciudad y el horizonte. Adelaide es una ciudad muy tranquila y conservadora, tal vez demasiado tranquila para los que gustan de las grandes ciudades, pero ideal para familias con hijos. Ademas, es conocida como la Ciudad Universitaria, pues gracias al buen nivel y prestigio de sus universidades, recibe una gran cantidad de estudiantes extranjeros, de origen asiatico en su mayoria, que la convierte en una ciudad multicultural. Finalmente, si te gusta el vino, aqui lo encontraras a regios precios y de buenisima calidad, gracias a la infinidad de viñedos que hay en todo South Australia. Si te gusta el cafe, es la ciudad australiana con mayor cantidad de cafes por habitante. Si te gustan los Festivales y la cultura, Adelaide es la ciudad de los Festivales – de musica, libros, comida, artes, etc. Y si te gustaria alimentar, acariciar y hasta tomarte fotos con los tipicos canguros y koalas australianos, no dudes que de todas maneras lo podras hacer pues aqui hay infinidad de ellos.

Adam tampoco es blogger, pero nos manda sus impresiones de la ciudad inglesa en la que vive por razones de trabajo:

Vivo en una ciudad llamada Bury St Edmunds, a unas dos horas al norte de Londres. Es una ciudad antigua, que data del año 1000 DC, con una buena mezcla de antiguo y moderno. The Fox y The Greyhound son dos pubs que frecuento, excelente cerveza y comida, y el centro de la ciudad siempre tiene diversión para la vida nocturna, compras o simplemente disfrutar con los mercados de los granjeros. La mejor parte... está suficientemente lejos del trabajo como para que sea un recorrido divertido, ¡pero no tan cerca como para hacerlo de vuelta!
A Ariadna la conocí gracias a la serie "Cuéntame cómo pasó", y espero realmente encontrarme personalmente con ella algún día. Nos cuenta de su ciudad:

Panamá, que en lengua indígena significa "abundancia de peces", tiene la forma de una S acostada y poco más de 3 millones de habitantes. Conocido por su Canal, tiene muchos otros encantos, como bosques húmedos, tropicales, hermosas playas en las costas del Pacífico y el Caribe, moderna ciudad, ruinas coloniales, compras y más.

Gracias a todos los que participaron en este post. Me parece increíble haber podido reunir impresiones de lugares tan lejanos como Damasco y Kiev. Me ha encantado sentir el sabor de cada una de sus ciudades. Ojalá algún día puedan ser sensaciones reales más que virtuales.

domingo, 17 de mayo de 2009

Hasta siempre, Cibercuoca

Ayer sábado por la tarde me enteré por Katia del fallecimiento de Gladys, más conocida como Cibercuoca.
Como con la mayoría de las amistades que he hecho a través de este blog, no la conocía personalmente. Pero la forma de compartir sus recetas, tan acogedora siempre, mezclando anécdotas con la preparación, hacía que la sintiera como una querida amiga de muchos años.
Por los comentarios en su blog, y los diversos posts que he leído a raíz de la noticia, puedo darme cuenta de que no soy la única que la sentía así de cercana. Pueden leer algunos de estos posts acá, acá y acá. Y encontré también un mensaje escogido por ella misma.
Hasta siempre, Cibercuoca. Te vamos a extrañar.

jueves, 14 de mayo de 2009

"Estamos para complicarle la vida"

Hace algunas semanas contaba las dificultades por las que pasé por un sello que faltaba en un documento. No es nada comparado con este otro episodio que me contaron.
E, colega y visitante habitual de este blog, prestó servicios profesionales a una entidad estatal. Es una entidad estatal a la que yo también presto servicios con cierta regularidad. Como muchas otras entidades estatales, han establecido un sistema de pago muy simple y eficiente: uno gira el comprobante de pago que corresponda (en caso de E, un recibo de honorarios profesionales) y lo entrega a la entidad.
En algún momento previo, E registró en una lista su código de cuenta interbancario (CCI), que contiene toda la información de la cuenta en la que la entidad realizará el pago. Así se ahorran los gastos y trámites de emitir un cheque, y se evitan que uno tenga que ir a sus oficinas a cobrarlo.
Como E ya había registrado su CCI, el pago debía aparecer en su cuenta bancaria a la semana de haber dejado su recibo de honorarios, o tal vez 10 días como máximo. Así había sido en ocasiones anteriores. No había razón para que esta vez fuera diferente.
¿O si había?
Pasados con exceso los 10 días, E llamó a la entidad estatal averiguar por su pago. Con mucha vergüenza, además, como quien pide un favor o una concesión especial. Habló con la abogada que le había solicitado el servicio, quien le prometió averiguar qué había pasado. A los 15 minutos lo llamó con la respuesta: por una nueva disposición, el pago ya no podía hacerse a través del depósito directo. Tenía que ser con cheque, y el cheque ya estaba emitido pero no firmado.
Con el sistema antiguo, a esas alturas E ya hubiera tenido la plata en su cuenta.
Una semana más tarde, E volvió a hablar con la misma abogada. Nuevamente la misma vergüenza y la misma sensación de estar pidiendo un favor. Nuevamente la abogada prometió averiguar. Nuevamente, 15 minutos más tarde la respuesta fue que el pago no podía ser con cheque simple sino con cheque certificado. Pero que esa misma tarde iban a solicitar el cheque certificado en el banco que se encarga de administrar los dineros estatales. El cheque certificado estaría listo al día siguiente.
Otra semana más tarde, E volvió a llamar a la abogada de la entidad estatal. Seguía sin cobrar, y ahora no entendía qué podía haber pasado. La abogada, con una amabilidad que ojalá existiera en todos los trabajadores del Estado, prometió averiguar nuevamente. La razón de esta nueva demora era que, con el cheque de gerencia ya emitido, se dieron cuenta de que el monto consignado en el cheque era 30 soles mayor al monto a cobrar. La abogada hizo que la persona encargada de tramitar los cheques certificados hablara directamente con E para darle las explicaciones del caso. A estas alturas, la abogada ya se había ganado el premio a la paciencia y la bondad.
Finalmente, una semana más tarde, casi 60 días después de haber entregado el recibo de honorarios, E pudo cobrar.
Son esas cosas incomprensibles con las que algunos genios nos sorprenden: no tengo idea del costo adicional que le representó a esta entidad estatal anular un cheque ya girado, el gasto de transporte de la persona que fue al banco a certificar el primer cheque y luego a recogerlo una vez que estuvo certificado, más el costo del cheque en sí. A eso, hay que agregarle los costos de emitir un nuevo cheque certificado ante el error de los 30 soles adicionales.
¿No era más conveniente el sistema del depósito directo?
¿No era que nos pedían austeridad?
¿Así quieren que sus servidores sean eficientes, si tienen que perder tiempo valioso en dar explicaciones de "mejoras" que no han implementado ellos? ¿O que tienen que correr al banco a sacar cheques de gerencia y a recogerlos al día siguiente?
No sé si la persona que ideó el cambio de sistema se daba cuenta de lo poco práctico que sería. Aunque no me extrañaría que por ahí existiera un burócrata (o varios) con la única misión de encontrar los trámites fáciles para complicarlos.
Bien dicen que si Kafka hubiera sido peruano y viviera en estos tiempos, sería escritor costumbrista.

jueves, 7 de mayo de 2009