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Hace pocos días fui por primera vez a una venta de garaje. Caminaba por una calle de vuelta a casa y vi el cartel. Movida por la curiosidad y con pocas expectativas, entré.
Me recibió una señora muy amable, que me invitó a entrar y mirar todo "sin compromiso". A su lado había un perrito curioso que, inmediatamente, empezó a seguirme.
Había artículos diversos, cosas de cocina, libros. Miré sin mucha atención. Por ahí vi un jarrito de metal con tapa, ideal para mantener las bebidas calientes. El precio estaba en una etiquetita, S/2.00 (poco más de medio dólar).
La separé a un lado.
Al fondo había colgado algo de ropa. Me acerqué, siempre sin expectativas. De repente, vi una casaca/campera/chaqueta/cazadora/chamarra azul. Fue amor a primera vista. El precio, S/10 (casi tres dólares). Eso solamente ratificó el flechazo.
- ¿Me la puedo probar?
- Claro.
Una vez puesta, la noté a mi medida. Busqué un espejo, pero la decisión ya estaba tomada.
La señora sacó la cuenta, y cuando estaba pagando los S/12 del total, entró otra compradora. Se fue directo al fondo, a la ropa y casi de inmediato volteó a preguntar: "señora, ¿la casaca azul que estaba acá?".
Señalándome, la señora dijo "la acabo de vender".
Ya imaginan la cara de decepción. Literalmente, gané por puesta de mano.