A propósito de mi entrada anterior, recordé un incidente con un par de zapatos que le ocurrió a mi mamá hace algunos años. Por cierto, el peine negro apareció en un cajón que se abre y se cierra todos los días, bien colocado encima de todo lo que hay ahí. Igualito que mi media.
Bueno, a los zapatos.
Una mañana de sábado de hace más de 10 años, fuimos a una misa con ocasión del primer mes de fallecimiento de mi abuela materna. Ahí estábamos todos los primos, los tíos, los sobrinos, los nietos, los bisnietos. Después, la gran mayoría procedería a la casa de una tía mía a almorzar.
Mi mamá estaba estrenando zapatos y, muy precavida, temiendo la incomodidad propia de los zapatos nuevos, llevó otro par más gastadito que dejó en la maletera del carro. Su idea era cambiarse de zapatos al llegar a la casa de su hermana, para quedar cómoda el resto de la tarde.
Así lo hizo: se sacó los incómodos zapatos nuevos, los metió en la bolsa donde había estado los usados, que se puso en ese momento. Dejó la bolsa en la maletera y se sumó al almuerzo, con el debido agradecimiento de sus pies por su previsión.
A la hora de llegar a casa, sacó la bolsa con los zapatos nuevos de la maletera y con todo y su bolsa, los metió en su clóset. Se olvidó del asunto durante algunas semanas, hasta la siguiente vez que necesitó ponerse esos zapatos, que aunque habían dejado de ser nuevos, no habían dejado de ser incómodos.
Buscó y buscó. Ni rastros de la bolsa. Ni rastros de los zapatos. Perdidos para siempre.
No se dio por vencida, pero estaba extrañadísima. Se le ocurrió preguntar a San Google. Me cuenta que buscó en una página web que contiene horóscopos y predicciones donde los usuarios pueden hacer preguntas. Así que preguntó por los zapatos. La respuesta fue "mira en la basura".
Han pasado más de 10 años. No hay ni rastro de los zapatos. Deben haberse colado por el mismo hueco que el peine negro. Quién sabe si en una próxima entrada pueda contar que aparecieron estos díscolos zapatos.
Y tal vez pronto me anime a contar la historia de unos lentes.
Bueno, a los zapatos.
Una mañana de sábado de hace más de 10 años, fuimos a una misa con ocasión del primer mes de fallecimiento de mi abuela materna. Ahí estábamos todos los primos, los tíos, los sobrinos, los nietos, los bisnietos. Después, la gran mayoría procedería a la casa de una tía mía a almorzar.
Mi mamá estaba estrenando zapatos y, muy precavida, temiendo la incomodidad propia de los zapatos nuevos, llevó otro par más gastadito que dejó en la maletera del carro. Su idea era cambiarse de zapatos al llegar a la casa de su hermana, para quedar cómoda el resto de la tarde.
Así lo hizo: se sacó los incómodos zapatos nuevos, los metió en la bolsa donde había estado los usados, que se puso en ese momento. Dejó la bolsa en la maletera y se sumó al almuerzo, con el debido agradecimiento de sus pies por su previsión.
A la hora de llegar a casa, sacó la bolsa con los zapatos nuevos de la maletera y con todo y su bolsa, los metió en su clóset. Se olvidó del asunto durante algunas semanas, hasta la siguiente vez que necesitó ponerse esos zapatos, que aunque habían dejado de ser nuevos, no habían dejado de ser incómodos.
Buscó y buscó. Ni rastros de la bolsa. Ni rastros de los zapatos. Perdidos para siempre.
No se dio por vencida, pero estaba extrañadísima. Se le ocurrió preguntar a San Google. Me cuenta que buscó en una página web que contiene horóscopos y predicciones donde los usuarios pueden hacer preguntas. Así que preguntó por los zapatos. La respuesta fue "mira en la basura".
Han pasado más de 10 años. No hay ni rastro de los zapatos. Deben haberse colado por el mismo hueco que el peine negro. Quién sabe si en una próxima entrada pueda contar que aparecieron estos díscolos zapatos.
Y tal vez pronto me anime a contar la historia de unos lentes.
Pues sin ser adivina, ni mucho menos, me atreveria a decir que realmente deben haber terminado o en la basura o con alguien amigo de lo ajeno. Esto si esta bien raro. Asi que, o empiezo a creer en fantasmas o mejor pienso que fue algun vivo o algun despistado.
ResponderEliminarMuchos saludos,
Silvana
Me inclino por la opción del despistado, Silvana. Prefiero la opción más terrenal.
EliminarDile que se fije en la heladera...! Paso a contarte que mi amiga estando muy apurada guardó sus zapatos allí. Yo guardé un tubo de pasta dental. Y claro! una viene del trabajo, cansada y con un montón de paquetes que quiere ir ordenando... y zas!!! los va dejando caer en los lugares que cree son los correctos.
ResponderEliminarBesosss
No es mala idea, Norma, pero el episodio pasó hace más de diez años. Pero a quién no le ha pasado encontrar las cosas en los sitios más extraños.
EliminarMe inclino a pensar que te visita, de cuando en cuando, un duende travieso que hace de las suyas... :-)
ResponderEliminarNo me sucede con frecuencia pero se me han "desaparecido" cositas pequeñas... y que las he buscado hasta dentro de la bolsa de la aspiradora y nada de nada. Así es que pienso que tengo un duende. Medias no he perdido nunca.
Muchos saludos.
Debe ser que todas las casas tienen su propio agujeros negro, Cris.
EliminarDebiste mirar en la basura. Lástima que se demoraron en darse cuenta de la falta.
ResponderEliminarYo eché en una bolsa de ropas para la parroquia varias poleras/polos/remeras/camisetas nuevas, hasta con las etiquetas, sin darme cuenta hasta qeu era muy tarde. Ahora debo tener fama de generosísima :(
Coincido contigo en que tal vez hubiéramos encontrado los zapatos de haber mirado a tiempo en la basura, AleMamá. Qué pena lo de tus polos, pero por lo menos alguien necesitado los aprovechó.
EliminarMi querida Gabrielita, es algo hermoso lo que me pasa contigo. He leido las dos ultimas cosas que publicaste: el peine y la media y este ultimo, de los zapatos. Me han pasado cosas parecidas, pero con personas y en realidad nunca las conte a nadie, pero he leido las publicaciones con enorme interes y deleite especial. Ya ves, mi carino va creciendo y a lo mejor estaba escrito en algun lugar, no? Efraim
ResponderEliminarBienvenido, Efraim.
EliminarCreo que a todos nos han pasado cosas de este tipo por lo memos una vez en la vida.
Outro grande mistério que nem Santo António, perito em descobrir objetos perdidos, poderá solucionar.
ResponderEliminarBom fim de semana.
Habrá que ponerlo de cabeza, Nina.
Eliminar:D
Yo apuesto por la basura. Suele ocurrir que hacemos cosas que al rato no nos acrodamos que lo hemos hecho y seguramente la bolsa cabó allí.
ResponderEliminarDe todas formas, en tu casa existe una predisposición natural a desaparecerse las cosas jajajaja
Besazo
A estas alturas, creo que tu apuesta es la más certera, Dolega. Pero después de tanto tiempo, se acabaron las esperanzas.
EliminarPreguntale a los gnomos, que debe haber varios en tu casa.
ResponderEliminarA ver si los encuentro, Cyrano.
EliminarLástima porque los zapatos estaban nuevos. Si pues, las cosas se pierden y aparecen luego (a veces) en los lugares más increíbles. Sigan buscando.
ResponderEliminarEs cierto, Acirema, es una pena por los zapatos nuevos.
EliminarMi hermana cuando pierde algo le hace un nudo a un pañuelo y dice "San Cucufato los cojones te ato si no me lo apareces no te los desato" dice que le da resultado.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Pobre San Cucufato, Chelo, pero habrá que probar el método.
EliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarQuerida Gabita. Esas cosas pasan.Pasan Gabrie-
lita. Sin explicacion! Este dee ser....."Otro
gran misterio en la historia del mundo.
Te quiero.
Cotiti.
Uno más de tantos, Consuelo. Y mucho me temo que se quedará sin resolver.
EliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarQuerida Gabita, Esas cosas pasan....Pasan Gabrie-
lita. Sin explicacion! Este dbe ser..."Otro gran misterio en la historia del mundo"Me hiciste pen-
sar.
Te quiero.
Cotiti.
a mi mas de una vez se me ha perdido pero un solo zapato, lo mio es descuido, por que se me han perdido en la calle, de esas veces que se que están ahí enterrado en el lodo, o se me fue en el camión y se que ya no volverán, por eso los doy por perdidos.
ResponderEliminarBienvenida, Guadalupe.
EliminarEso si que nunca me ha pasado, quedarme en la calle con un solo zapato. Debe ser toda una aventura.
A ver Gabriela, ya me están dando miedo las historias que cuentas, jejejeje... Muy originales tus entradas. Yo de momento no he perdido los zapatos. Más bien me ocurre lo contrario, por ejemplo, cuando guardo unos zapatos de verano, al año siguiente no me acuerdo que los tenía, y si me resultaban útiles, me alegra muchísimo verlos un año después. A mi me aparecen, y a tí te desaparecen, jejejee...
ResponderEliminarGracias por arrancarnos una sonrisa.
Abrazos.
Espero que ese miedo no haga que dejes de venir, Antonio.
EliminarA veces también encuentro cosas, no creas.
Mi problema es muy grave, y es que soy tremendamente despistada, por lo que tengo que hacer un grandísimo esfuerzo por recordar dónde dejo las cosas. Y ahí comienza la tragedia, porque cuando tengo que recuperarlo, de lo único que me acuerdo es de lo bien que lo guardé, pero no de dónde...
ResponderEliminarSi te contara, Laly. Compré unos collares coloridos en Kenia, y recuerdo haberlos guardado, pero no recuerdo dónde. Y son tan bonitos...
EliminarChica, lo tuyo es sobrenatural. Acordarse despúes de diez años y preguntar en una web no es de este mundo :-)
ResponderEliminarLo bueno es que ya los zapatos son viejos :-)
Besitos paisana y casi vecina..
ja, ja, ja
EliminarLa pregunta se hizo hace diez años, Marga. Y diez años después. nunca se supo qué fue de los zapatos.
Gracias por venir por acá.
ResponderEliminarGabi yo no se pero el tema es de familia!!! Sera que a alguien les puso los ojitos y se los llevo. Lo del peine negro ummmmm…que extraño hay gato encerrado.
P.D. No se si te gusta participar en eventos blogueros…pero igual te invito a un intercambio que estoy organizando a traes de mi blog Un abrazo
iela
Hay gato y peine encerrado, Iela.
EliminarGracias por la invitación al intercambio. Ya me apunté.
Gracias!!! por anotarte, en cuanto a facebook, ni te preocupes es solamante si tienes una cuenta y gustas acerlo.
EliminarGracias a ti por la invitación.
EliminarA ti frecuentemente te aparecen los objetos perdidos, recuerdo cuando se te perdió una pulsera y apareció después de algún tiempo, lo raro es lo de los zapatos nuevos, es el par, me parece que alguna empleada de limpieza de tu casa,se quedó sola y buscó que encontraba y se los llevó, no creo lo de la basura,se como es tu mami, y nunca botaría la bolsa con sus zapatos a la basura.
ResponderEliminarLo que te aseguro es que si, escribes que aparecieron después de diez años me quedo aterrada y no voy a tu casa, ya que queda comprobado de que es "La Casa de los Misterios terroríficos". ¿Qué opinas si aparecen el 31 de octubre?, ja,ja,.
Cariños,
Maricarmen
La opción de la empleada no es válida porque no hay, Maricarmen.
EliminarTambién me quedaría aterrada se aparecieran, te lo aseguro.
Gabriela, os teus chinos são melhores do que os meus, garanto.
ResponderEliminarBeijinhos
Ojala los pueda comparar pronto, Nina.
EliminarSeguro que no hay fantasmas en el armario?
ResponderEliminarUn abrazo Gaby y feliz domingo,
Chusa
A estas alturas, Chusa, creo que ya nada me sorprendería.
EliminarNo sé si llegarás a encontrar los zapatos...yo por fin encontré mi pantalónnnn.
ResponderEliminarPor suerte no estaba en Cabo de Gata:)) me tenía loca , llegué a pensar que se habría volado cuando estaba tendido. Arta de Rebuscar en todos sitios, estaba entre la ropa de la moto, que hace unos meses que que no uso.
Buen domingo amiga:))
Un beso.
Dudo que los encuentre, Laura. Han pasado más de diez años. Qué bueno que encontraste el pantalón. No se quedó en Cabo de Gata, pero parece que por poco.
EliminarHola amiga, seguramente los zapatos estén en la basura, sin querer a veces se nos dispara un mecanismo de auto defensa y sin ser conscientes solucionamos un problema.
ResponderEliminarP.D.: Yo sigo buscando el tapón de mi perfume.
Te deseo éxitos en la búsqueda de ese tapón, Fernando.
EliminarMe encantan tus historias Gabriela, me hacen siempre sonreír, porque creo que a todos nos pasan cosas parecidas pero se hace complicado contarlo así, con fluidez.
ResponderEliminarLos zapatos aparecerán, pero hay que tener en cuenta que muy bien no se portaron...
Para la boda de mi hija, también llevé unos zapatos de recambio con menos tacón, qué alivio!
Dudo que aparezcan, Milena... ha pasado demasiado tiempo. Coincido contigo en que no hay peor incomodidad que zapatos que ajusten o saquen ampollas.
EliminarGabriela, fugindo à insónia, viajo até Lima, para te desejar uma feliz semana.
ResponderEliminarBeijo
Espero que pronto resuelvas esa incomodidad, Nica.
EliminarMe sucedio algo similar querida amiga, se perdieron unos cd's que ni se donde estan, alguna llave y un par de lentes.....quizas mas cosas que al momento no recuerdo :(
ResponderEliminarQuizas pasaron a una dimension desconocida je je
Lindo post, me sacaste una sonrisa!
besos
¿Y sabes qué va a pasar, Patricia? Que los vas a encontrar en un lugar donde ya has mirado miles de veces.
EliminarMmmm En este caso yo creo que los zapatos se sintieron despreciados. YA se sabe, los zpatos bien, tienen el orgullo un poco subido, y facilmente se sienten heridos.
ResponderEliminarSolo volverán cuando , enfrentándose al duro mundo, puedan apreciar lo bien que estaban en casa
Creo que tienes razón, Miriam. ¿Recuerdas el monólogo?
EliminarA veces, sobretodo al no encontrarlos, creemos que las cosas suelen tener algún tipo de alma y capacidad de reacciones propias.
ResponderEliminarYo que soy muy despistado, suelo echar la culpa de alguna desaparición a esa posibilidad.
En verdad hay que buscar alguna excusa, pienso.
Es que nosotros nunca olvidamos nada, Esteban, siempre hay otro que lo cambia de sitio sin decirnos nada.
Eliminar:D
Gabriela, lembro que no teu país vi os mais extraordinários mercados de frutos!
ResponderEliminarBeijo
Extraordinarios es la palabra, Nina.
EliminarJajjaja vengo de leer la entrada anterior , no me lo puedo creer .
ResponderEliminarLos zapatos como sabían que eran incómodos decidieron irse jaja .
Vos sabes que hace dos semanas a mi hijo menor tb, se le desaparecieron de su cuarto un par de championes , he revuelto toda la casa , él ha preguntado a todos sus amigos si no los dejo en la casa de algunos de ellos y nada ; tal vez aparezcan con los zapatos de tu mamá .
Un beso , cuídate , buen fin de semana y mejor inicio .
Nancy
Seguramente andan juntos, Nancy, muertos de la risa viendo cómo nos desesperamos buscándolos.
Eliminar