Con el afán de difundir la gastronomía peruana, hoy en día reconocida como una de las grandes cocinas del mundo, KLM decidió incorporarla en sus vuelos con origen en Lima e invitó a un conocido y prestigioso restaurante limeño a preparar la carta.Y eso que acá hay una mínima parte de las delicias culinarias que el Perú tiene para ofrecer.
El propietario del restaurante y sus chefs diseñaron el menú presentando la gran fusión natural que tiene el Perú, con influencias en su gastronomía basada en las distintas migraciones que van desde lo pre incaico e incaico, lo español, francés e italiano, hasta lo chino y japonés.
Un crisol de razas que ha generado una gastronomía excepcional.
Desde hace casi dos meses, los pasajeros que parten de Lima con KLM disfrutan de una selección de platos que representan a la costa, sierra y selva y la gran diversidad de productos que hay en el Perú, como por ejemplo:
- Espárragos verdes y blancos del norte con mousse de alcachofas y palmitos (o chonta, como se le llama en nuestra selva).
- Ensalada de quinua a la caprese
- Causa a la limeña con langostinos escabechados
- Ravioles rellenos de ají de gallina a la crema de ají.
También hay deliciosos postres como crocante de lúcuma en salsa de chocolate; semifreddo de aguaymanto, huevo chimbo a la antigua con pasas y almendras.
Mi familia materna es de la selva del Perú, lo que me ha hecho conocer de toda la vida al juane, el tacacho (máxima delicia insuperable), el inchicapi, el plátano frito y tantísimos otros manjares que de otra manera no conocería. Eran la especialidad de la tía Angelita.
Hace poco más de dos años viajé una semana a Arequipa. Por supuesto que conocía el coctel y el chupe de camarones y el rocoto relleno... aunque no me gusta comer nada picante. Pero una vez ahí mi amiga y anfitriona Renata me invitó algo que no solamente nunca había probado, sino que ni siquiera sabía que existía: cauche de queso.
Para que vean lo rica que es nuestra gastronomía. Hay platos que muchos de nosotros ni siquiera hemos oído mencionar.
Alguna vez leí que la comida criolla tiene su origen en las manos de los esclavos, que aprovechaban todas las partes que los amos no comían. Por eso es que básicamente está compuesta de menudencias, de vísceras, a las que hay que aumentar con pan.
Pensar que los deshechos que no se debían comer, lo que debía terminar en la basura, es con lo que ahora se nos hace agua la boca.
A eso le debemos agregar, entre otros más, el aporte de los migrantes chinos, que montaron restaurantes una vez obtenida su libertad luego de vencido el plazo de sus contratos. Son nuestros queridos chifas, tan peruanos como la Inca Kola que con todo combina.
La gastronomía peruana vuelta alto. Ya era hora.