Francamente, no sé con qué derecho, muchos bancos y ciertas tiendas han decidido invadir nuestra privacidad y nuestra tranquilidad. De un tiempo a esta parte, recibo múltiples llamadas telefónicas y todavía más correspondencia anunciándome que tengo créditos pre aprobados, que lo único que tengo que hacer es ir con mi DNI y retirar el efectivo.
Qué fácil suena.
El colmo fue hace unos años. Me llamaron de una tienda por departamentos para anunciarme, con tono de felicitación, que me habían concedido la tarjeta de crédito de la tienda... tarjeta que no solamente yo no había pedido, sino que tampoco me interesaba (ni me interesa) pedir. Le respondí a la señorita que me llamó que yo no quería la tarjeta, pero con insistencia me dijo que ya estaba emitida. Ante la posibilidad de que cualquiera imitara mi firma y "comprara" a nombre mío, acepté que me mandaran la tarjeta a mi casa.
A los pocos días la recibí, e inmediatamente la corté en dos. Después redacté una carta notarial a través de la cual les devolvía la tarjeta, que había pegado al final de la carta. No sé si alguien habrá tomado esa actitud tan radical antes.
No pasaron ni 24 horas para que me llamaran a pedir explicaciones. Ni siquiera disculpas. Explicaciones. Les dije que les agradecería que no volvieran a emitir ninguna tarjeta que yo no hubiera solicitado previamente.
Algo similar me pasó con una tarjeta de un banco que ya no existe y del que ni siquiera era clienta. La diferencia fue que esa vez nadie me avisó por teléfono. Un día, un mensajero tocó el timbre de mi casa y me avisó que venía a entregarme mi tarjeta. Se la recibí, y delante de él la corté en dos, la pegué en el cargo firmado y pedí que la devolviera con el mensaje "Tarjeta no solicitada".
Esa vez no hubo ningún pedido de explicaciones.
Y ni qué decir de las llamadas telefónicas. Mi respuesta siempre es "gracias, pero no, gracias". A veces, ante la insistencia, mi respuesta es: "si quisiera el crédito que usted me ofrece, iría al banco a buscarlo y no esperaría a que ustedes me llamaran".
Termina siendo una injusticia, porque las personas que me llaman solamente cumplen con su trabajo (por cierto, nada agradable ni fácil) y son el último eslabón de una cadena corporativa.
Como leí en una columna de un semanario limeño, a ver si a los inventores de estas genialidades les gustaría tal invasión de su privacidad. Porque, ¿con qué derecho, me pueden decir?
Foto: imagen de Google
Felicitación
Hace 13 horas
Cierto, hay dias q la mitad d las llamadas entrantes son de este tipo... grrrrr.
ResponderEliminarAcá en Chile, no escapamos de esa nefasta tendencia. Pero, hasta ahora, no he sabido que si devuelves la tarjeta partida en dos, tengan el descaro de pedirte explicaciones.
ResponderEliminar¡Insólito!
Saludos, Gabriela.
Asi fue, Esteban, y ademas durante un tiempo me llamaban periodicamente a tratar de "convencerme". No lo lograron, y no creo que lo logren.
ResponderEliminartienes razón!
ResponderEliminarlo que hemos tenido en Alemania es peor aún:
consiguieron no sólo el nombre y la dirección de millones de personas (probablemente, a través de la Cía. de teléfonos más grande de acá, la Telekom, que es pseudo privada, porque la mayoría de las acciones las tiene el estado), sino que además, los números de cuenta de bancos y le robaron plata a millones de personas (también en mi familia!),
un abrazo Gabriela!
Me pasó muy similar, un día recibí un nip de una tarjeta que jamás pedí. Luego inscribí mi nombre en un dizque registro gubernamental para evitar publicidad bancaria indeseada y cuando seguí recibiendo esas llamadas, me dijeron que pusiera mi queja en el banco personalmente!! o sea, todavía que recibo llamadas, tengo que perder el tiempo para ir a quejarme en persona.!! es horrible y es mundial. Por ahí Marta Salazar puso un post de chiste, sobre movistar que dan ganas de seguirlo al pie de la letra.
ResponderEliminarSaludos desde México. Hilda
Parece que esta es una plaga universal. Acá se anuncia un registro en el Indecopi, la entidad estatal que regula al competencia y los derechos del consumidor, y se supone que los bancos no podrán contactar a los que figuren en ese registro. Pero si va a ser como dice Hilda...
ResponderEliminarEfectivamente Gabriela viendo comentarios, nota uno que es una plaga mundial. En mi país inició hace varios meses ese registro con la misma intención y resultó como te dije, si quieres quejarte tienes que enviar un correo postal o ir en persona. Como si uno tuviese su tiempo!! NO puedes hacer la queja por mail! imagina! en la era de la comunicación electrónica, es inconcebible que puedas suscribirte al registro por internet pero no quejarte por la misma vía!!
ResponderEliminarOjalá y lo digo sinceramente, en tu país, dicho registro funcione de mejor forma.
Saludos desde México. Hilda