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Y también había de los otros, de los que no sabían nada, porque de esos nunca faltan.
En ese último grupo estaba mi amigo Alejandro. Meses antes, por los malos resultados de su examen parcial, pensó en abandonar el curso, dejar de ir a las clases, dejar que lo desaprobaran y volver a matricularse al ciclo siguiente. Era algo que hacía mucho, y a los demás nos parecía mal porque implicaba volver a pagar. Y no costaba poco. Así que lo convencimos de completar el curso, aunque fuera con la nota mínima.*
Llegado el día del examen final, Alejandro nos pidió que lo ayudáramos. "Yo iba a abandonar el curso, ustedes me convencieron de quedarme hasta el final. Hoy ayúdenme, por favor".
El compromiso estaba hecho.
Empezó el examen, que era un caso práctico sobre el cual debíamos responder una serie de preguntas. El profesor comenzó dictando el caso: "El 26 de mayo, la FECHOP giró una letra de cambio ...".
Entonces, la voz de Alejandro sonó susurrante, pero lastimera y desesperada: "por favor, por favor, díganme qué es la FECHOP, ¿¡qué es la FECHOP!? ¡¡¡DÍGANME QUÉ ES LA FECHOP!!! No se jueguen con la nota, no se jueguen con la nota".
Nadie le hizo caso. Yo pensaba que era una broma de las suyas, además estaba muy ocupada tomando nota de lo que el profesor dictaba. Finalmente, no era relevante qué era la FECHOP para continuar con el examen. Por cierto, es la Federación de Choferes del Perú, que agrupa a conductores de transporte público.
Alejandro siguió clamando y nos dimos cuenta de que no era broma. Y no era momento de discutir si el dato era relevante o no. Alguien le susurró tan alto como pudo: "es la Federación de Choferes del Perú".
Pasado ese tenso momento, la calma volvió. Dimos el examen. No recuerdo las notas de cada quien, pero lo importante es que Alejandro aprobó. Con 11, pero aprobó.
Y la anécdota es motivo de risa cada vez que nos reunimos.
De nada, Alejandro.
😁
ResponderEliminar¿Y cuándo una anécdota del colegio?
Ya sabes de quién. jaja
Con esas anécdotas se podría llenar todo un blog. Pero sí, ahí hay buen material, ja, ja.
EliminarJajjajaja….que linda historia….como esas, muchas he pasado, por suerte y sin criticar, no como Alejandro… gracias por no dejar de enviarme las historias de tu blog.
ResponderEliminarBuenos días ante todo.
Alejandro es ahora un abogado que ejerce su profesión en una ciudad del norte del Perú. No sé si recordará ese momento de desesperación.
EliminarPues hizo bien en no tirar la toalla a pesar de los nervios. Es increíble lo traicioneros que pueden llegar a ser. Una vez me quedé absolutamente en blanco en un examen, vamos, como si me hubiesen absorbido el cerebro, jajajajaj.....
ResponderEliminarEsa sensación es horrible. La única vez que me pasó logré superarla, pero quedé muy nerviosa.
Eliminar😊👏👏👏Los nervios de los exámenes. 😘
ResponderEliminarTerribles...
EliminarMenos mal que no lo oyó el profesor. Un beso
ResponderEliminarCreo que sí lo oyó, pero seguro como no era relevante para el examen, simplemente lo ignoró. Alejandro corrió con suerte.
EliminarLa pregunta era: características de un buen reproductor
ResponderEliminarDe las siete, escribí seis y me faltaba una, entonces llame la atención de una compañera, ella gesticulo la frase (algo que nunca domine), intento tirarme un papelito y nada. Finalmente se levantó, entrego su examen al cate y al pasar por mi lado susurro: “vigor sexual”
Jajaja
Cada vez que nos encontrábamos ambos reíamos recordando ese momento
Todos tenemos por lo menos una historia estudiantil con exámenes. En el momento pasamos gran angustia, pero ya ahora lo recordamos con risas,
EliminarRealmente valió la pena el empujón de los compañeros que lo animaron a no perder la oportunidad de dar el examen a perder o ganar y ...... ganó pues con ese 11 y segun dicen hoy es un profesional.
ResponderEliminarDespués de tantos años no sé si Alejandro recuerda, o quiere recordar, el asunto, pero lo cierto es que evitó repetir el curso.
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ResponderEliminarAyyy esos nervios , que traicioneros son. El susurro le dió un gran empujón.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Los nervios son malos consejeros.
EliminarSegurísimo que Alejandro nunca olvidará qué es la FECHOP.
ResponderEliminarNi él ni ninguno de los involucrados.
EliminarGabriela me queda una duda ¿Es bueno ayudar a alguien que no estudió?
ResponderEliminarSupongo que no, pero a los veinte años lo más importante es aprobar los cursos.
Eliminar🤷♀️
Qué mal lo pasábamos en los exámenes, los recordamos con horror... El pobre de Alejandro creía que se Moria cuando escuchó la palabrita en cuestión, pensando que ahí estaba la clave de todo... 'Menos mal que aprobó!
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Así se reacciona cuando no tienes idea del examen. La prueba es que aprobó con las justas, pero en ese momento lo importante era aprobar.
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