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No fue exactamente un día, sólo nueve horas. ¡NUEVE HORAS! ¿Qué pasó? "Avería masiva", decían en la empresa cuando todavía contestaban el teléfono. Después solamente una grabación, el problema afectaba a varios distritos de la Gran Lima.
Comenzó a la 11 de la mañana. Sin microondas, sin hervidor eléctrico, sin televisión, sin computadora, ¡sin Internet! ¡Qué se puede hacer sin Internet!
Así terminó la mañana, así continuó la tarde, calurosa e interminable tarde. Empezó a oscurecer. Velas, ¿tenemos velas? Encontramos una vela usada y pequeña. Voy a la bodega de la esquina y compro un paquete que contiene cuatro velas. Ya llega la noche. Precavidamente vuelvo a la bodega para comprar una botella de agua. La bodega ha cerrado y solo nos atienden por una ventanilla. Hay una fila de gente, todos piden velas. No hay, les dicen. O sea, yo compré el último paquete. Me siento culpable y regreso a casa. Luego pienso, ¿y si les ofrezco algunas de las velas del paquete? ¿Me las quitarían de las manos como hambrientos de luz? ¿Cuánto vale una vela? ¿En cuánto la podría vender? ¡Ay! ¡Ay! Qué dilema de conciencia.
Cada vez oscurece más y hay que encender las velas. No está tan mal a pesar de todo. La noche de este caluroso verano comienza a refrescar, no hay nada que hacer y conversamos.
Y de repente, plum, vuelve la luz, se encienden los focos, suena la bomba de agua, todo se ilumina, la vida vuelve a la normalidad. Fueron nueve horas para recordar que dependemos de la electricidad para muchas cosas, pero que aún así la vida continúa, y hasta para pensar en cuánto puede costar una vela cuando la necesitamos para sobrevivir.
¿Seguro tienes fosforos?
ResponderEliminarComo dependemos de nuestras comodidades. No imaginas como vivimos sin internet, solo puedo decirte es posible. Doloroso, pero posible.
Claro que se puede, pero realmente es difícil.
EliminarGabriela, o ser humano tem uma imensa capacidade de adaptação, mas, mesmo assim, viver sem electricidade é algo dificil de imaginar. Ainda bem que o problema ficou resolvido ao fim de noe horas. Espero que não se repita.
ResponderEliminarBeijo
Como dice mi mamá: a todo se acostumbra uno... menos a no comer. Y es cierto.
Eliminar¡Y tanto que dependemos de la electricidad! Y las compañías eléctricas abusan de ello, bueno de todos nosotros...
ResponderEliminarUna buena opción sería impulsar más la energía solar, eso sería fantástico.
Por otro lado, me encanta la luz de las velas...
A mí también me encanta la luz de las velas... pero no cuando no tengo otra opción.
EliminarY pensar que durante miles de años, el hombre no conocía la electricidad...pero vivía igual.Claro que cuando les observo a mis nietos todo lo que NO teníamos antes, se miran entre ellos como pensando "Qué viejo más antiguo".
ResponderEliminarEntiendo esa sensación. Cuando les cuento cosas de mi niñez a mis sobrinos, me parece que les hablo de cosas prehistóricas para ellos.
EliminarHace poco también tuvimos una avería de ese tipo por aquí, solo que empezó a media tarde y no se solucionó hasta bien entrada la madrugada... Lo peor fue el frío que pasamos, y lo que echamos de menos la tele cuando, al final de la jornada, ya solo te apetece sentarte calentita a ver tu serie favorita mientras el sueño te va venciendo...
ResponderEliminarMuchos besos de las dos
J&Y
Dependemos tanto de la electricidad que nuestra vida se trastoca totalmente cuando falta.
EliminarMe encantó el comentario de J&Y. De verdad, uno se da cuenta de lo que tenemos a diario, solo cuando nos falta. Ver nuestra serie favorita de TV, por ejemplo.
ResponderEliminarO calentar la comida en medio minuto en el horno microoondas...
EliminarEs cierto, cuando se va la electricidad es cuando realmente nos damos cuenta de que sin ella no somos nada. A mí me ocurre que tengo la sensación de volver a lo auténtico, de quitarnos lo superfluo de encima, no sé, algo extraño. Un beso
ResponderEliminarEs una buena manera de verlo, para no sentir que la vida se ha vuelto tan dependiente de la electricidad.
EliminarDesde luego estamos tan acostumbrados al mundo moderno que en cuanto nos quitan algo tan básico como la electricidad nos damos cuenta de la vida tan afortunada y cómoda que tenemos.
ResponderEliminarUn besito
Sí, Marta, y casi sentimos que nos han arrancado la vida, ja, ja.
EliminarLa electricidwd se ha hecho imprescindible en nuestras vidas, como otras muchas cosas.
ResponderEliminarGracias por visitar mi blog y comentar. Un abrazo
Y no tenerla un día nos hace ver que es importante, pero se puede seguir viviendo casi normalmente.
EliminarNos agobiamos si nos falta un rato 9 horas son interminales...Se nos fue un día a la hora de hacer la comida y desde entonces tenemos en casa un camping gas de la caravana, con todo eléctrico no podemos ni guisar. Por aquí cada dá es más largo ya, y eso que ha vuelto el frío.
ResponderEliminarBuen martes.
Besos.
En casa también tenemos cocina eléctrica. No es habitual en el Perú, la mayoría usa cocina a gas. Así que a comprar comida hecha, no quedó más remedio ese día.
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