jueves, 19 de septiembre de 2013

La pizza

La protagonista de esta historia era una mujer muy especial. Su principal característica era que siempre pensaba primero en los demás. Había sufrido de mucha pobreza en su niñez y eso la había marcado para siempre.

Ya en sus años dorados vivía en casa de una sobrina nieta. Sus sobrinos bisnietos la adoraban. Se hacía cargo del manejo de la casa, que bajo sus órdenes funcionaba casi a la perfección. Ese "casi" la hacía exasperarse muchas veces, pero era parte de su forma de ser. En verdad, era casi imposible concebir la casa sin su presencia.

Tenía un don extraordinario para la cocina. Casi siempre veía las recetas en algún programa de televisión y sin apuntar ni nada, al día siguiente sorprendía a todos con una comida que provocaba los aplausos de los comensales.

Su rápida mente siempre estaba pensando en diferentes maneras de generar recursos. Esa pobreza tan grande que conoció en sus primeros años le había enseñado a no dejarse estar, y así fue que se le ocurrió unir esa voluntad de ganar un beneficio económico con su habilidad para la cocina.

Cerca de su casa había una panadería. Una mañana se fue a hablar con el propietario y le propuso que cada día le dejaría una pizza completa para que él la vendiera por trozos. Al hombre le pareció una buena idea y quedaron en comenzar al día siguiente.

Efectivamente, al día siguiente, poco después de las 3:00 de la tarde, ella cumplió su parte del trato, dejó la pizza y recibió el pago acordado. La operación se repitió a lo largo de varios meses y tanto ella como el dueño de la panadería estuvieron más que contentos con el trato.

Hasta que un día, cuando llevaba la pizza caliente recién sacada del horno a su lugar de destino, se percató de que un perro la seguía. El pobre can, a todas luces un animal callejero, debe de haber sentido el delicioso aroma de esta delicia e instintivamente lo siguió.

Ella primero no le hizo caso y siguió su camino. El perro no cejaba en su empeño. Así que trató de desprenderse del animal, pero no pudo. Caminaban al mismo ritmo. Deben haber formado un par digno de atención: la mujer con la fuente de olorosa pizza caliente y el hambriento perro que no se despegaba de su lado. Hasta que le dio miedo que el hambre hiciera que el pobre animal callejero la atacara y tomó la decisión de regresar a casa con la fuente llena.

Los más felices fueron los sobrinos, a los que normalmente no permitía ni acercar la nariz a la cocina para que no le arruinaran la mercadería. Se dieron un banquete ese día. En cuanto a ella, decidió unilateralmente dar por terminada la venta diaria de pizzas.

El dueño de la panadería debe seguir esperando hasta ahora la llegada puntual de su producto estrella.

38 comentarios:

  1. Curiosa historia
    Impredecible final :)

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  2. ¿Por qué abandono?! Yo hubiera seguido.
    Besosss

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  3. Adorable, extrañada e irrepetible tía. Ya se dijo una vez: "nunca encontrarán otra como ella, porque cuando la hizo, Dios rompió el molde".

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  4. Nada como ver disfrutar a sus sobrinos-nietos y sobrinos-bisnietos...
    Eso es el mayor regalo, la máxima felicidad para ella; el tesoro lo tenía en casa.

    Como siempre, un relato desbordante de ternura.
    Gracias, feliz fin de semana Gabriela.

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    1. El tesoro era ella misma, Milena. Esos sobrinos bisnietos sin duda eran muy afortunados por tenerla.

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  5. La pizza que no llegó.
    A Marcela le encanta esa historia.

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  6. Me da la idea de que pudo ser tu tía o alguien como ella, pues no tengo noticias de que ella fuera tan pobre alguna vez, pero sí generosa y muy especial.
    Buena historia.
    Carinos

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    1. Generosa, especial, única, inolvidable, todo eso y más era esta mujer tan querida, AleMamá.

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  7. No puedo dejar pasar algún comentario sobre esta historia. Así era esta emprendedora, luchadora, no se dejaba amilanar; sin embargo, tengo la impresión que el motivo por el que dejó ese negocio es que no quería causar ningún problema a las personas de su entorno familiar, al pensar que en algún momento podría ser atacada por el perro.

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    1. Bien pudo haber sido esta la razón de que dejara el negocio, Virginia.

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  8. Mejor que en esos años dorados lo disfrute la familia, verdad?

    Un beso

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  9. Buen regalo regresó a su casa, con ese miedo al perro... que encantados se comieron sus sobrinos:))
    Me gustan los relatos que nos traes:))
    Buen fin de semana.
    Un beso.

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    1. Tan encantados quedaron que años después siguen recordando el banquete, Laura.

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  10. Sem dúvida, uma mulher extraordinária!
    Bom domingo!
    Beijo

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  11. Es verdad que a veces uno toma caminos que piensa que puede controlar, pero siempre hay un momento en la vida que tienes que tomar una decisión, ella eligió lo seguro, su familia, quizá gano más.
    Un beso amiga Gabriela.

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    1. Creo que podemos decir que la familia ganó más con la aparición del perro, Fernando.

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  12. Hola Gabrielita. me divirtio muchisimo tu en-
    trada. Me encanto!
    Te quiero.
    Cotiti.

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  13. ¡Qué bonita entrada Gabriela!!!

    Me habría encantado probar esa pizza. Con ese cariño como ingrediente sería deliciosa.

    Un besito

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    1. Todo plato que se hace con cariño es delicioso, Laly, ya sea una pizza o un sencillo plato de arroz con huevo frito.

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  14. As pessoas que passam algum tipo de privação na vida são bondosas e amáveis com seu próximo. Essa senhora lembrou minha mãe que sempre dividiu o pouco que tinha.
    Bjos e tenha uma ótima semana.

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    1. Tu mamá y la señora de esta historia se hubieran llevando muy buen, Anajá.

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  15. Pizza, pizza, pizza y sus miles de historias. La mejor de todas las que me comí la semana pasada en Roma.

    Un abrazo, Gabriela.

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    1. Hace tiempo que no me como una pizza rica, lo vengo postergando tontamente por diversas razones.

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  16. Tremendo banquete que se habrán dado sus sobrinos nietos, nada como una rica pizza casera, y preparada con cariño, mejor áun!

    Un abrazo,

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    1. El banquete de sus vidas, Soñadora, sobretodo porque normalmente les estaba prohibido acercarse al manjar.

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  17. Adorable y tierna historia, mezcla de esfuerzo y amor.

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  18. Qué preciosa historia cuya protagonista es una mujer extraordinaria con una habilidad y creatividad fuera de lo comùn. Desde luego tenìa capacidad empresarial y si no llega a ser por el perro callejero hubiera acabado abriendo una pizzerìa.
    Mujer admirable. Gracias Gabriela por traérnosla aquì para que la conozcamos nosotros también un poco.
    Abrazos venecianos Gabri con lluvia y bajas temperaturas
    Chusa

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    1. Los más felices con esa pizzería que quedó trunca sin duda hubieran sido los sobrinos, Chusa.

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  19. Olá Gabriela, boa tarde minha amiga! Me perdoe a demora em estar por aqui, minha vontade não esta combinando com o pouco tempo que estou tendo nos últimos dias...Grande coração tinha essa senhora, incrível o que faz a precariedade da vida de alguém.Muito amor e sabedoria tem a sua história.
    Beijos com carinho
    Marilene

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