Un día de semana cualquiera vas paseando por una avenida muy comercial. De verdad, vas paseando y mirando, sin las prisas propias con las que la vida diaria nos ha acostumbrado a movernos.
En eso, te ves en la entrada de una gran tienda de ropa. Un cartel enorme en la puerta dice "GRAN REALIZACIÓN - HASTA 50% DE DESCUENTO". Sabes que no necesitas nada, pero la tentación es más fuerte y entras con la idea de mirar solamente.
Miras acá, ves más allá, algunas cosas te llaman la atención, otras no merecen ni una segunda mirada. Hasta que en un estante una casaca, chaqueta o chamarra llama tu atención. Te gusta, pero no para ti, sino para alguien que quieres mucho. Te gusta el diseño a cuadros, la tela es gruesa y la prenda es abrigadora. Ves que hay tres combinaciones de colores en un tejido tipo escocés: negro con rayas guindas y toques plomos, plomo oscuro con rayas azules y toques celestes y marrón con rayas anaranjadas y toques mostaza. Te gusta la que tiene azul, pero como no es para ti, decides llamar al verdadero destinatario de la compra.
Luego de los saludos de rigor, describes la casaca, dices que tiene capucha, dos bolsillos para mantener las manos abrigadas y cierre. Cuentas cómo son los colores hasta que te das cuenta de algo y dices:
- ¿Sabes qué? Mejor le tomo una foto a las tres combinaciones y me dices cuál prefieres.
Procedes con la foto, la mandas a través de una aplicación mágica que has aprendido a usar. Cuando ves las dos marquitas verdes que indican que el destinatario ya vio tu mensaje, vuelves a llamar y viene la pregunta:
- ¿No hay así, igual, pero de un solo color? Me gustaría marrón, si se puede.
Miras alrededor y sí, hay de color entero. Hay tres tonos de marrón. Con un solo color es fácil que con las telas estampadas, porque con dos palabras el color se describe solo. No crees mucho en los colores con nombres como camote, camello, caramelo. Vas a lo básico: marrón oscuro, marrón claro, marrón chocolate, etc.
Ya sin foto, convienen en el marrón elegido. Sales con la compra en una bolsa roja, diciéndote que vivimos tiempos inimaginables, en que una compra se puede decidir instantáneamente gracias a una cámara que tienes en el teléfono que llevas en el bolsillo.
En eso, te ves en la entrada de una gran tienda de ropa. Un cartel enorme en la puerta dice "GRAN REALIZACIÓN - HASTA 50% DE DESCUENTO". Sabes que no necesitas nada, pero la tentación es más fuerte y entras con la idea de mirar solamente.
Miras acá, ves más allá, algunas cosas te llaman la atención, otras no merecen ni una segunda mirada. Hasta que en un estante una casaca, chaqueta o chamarra llama tu atención. Te gusta, pero no para ti, sino para alguien que quieres mucho. Te gusta el diseño a cuadros, la tela es gruesa y la prenda es abrigadora. Ves que hay tres combinaciones de colores en un tejido tipo escocés: negro con rayas guindas y toques plomos, plomo oscuro con rayas azules y toques celestes y marrón con rayas anaranjadas y toques mostaza. Te gusta la que tiene azul, pero como no es para ti, decides llamar al verdadero destinatario de la compra.
Luego de los saludos de rigor, describes la casaca, dices que tiene capucha, dos bolsillos para mantener las manos abrigadas y cierre. Cuentas cómo son los colores hasta que te das cuenta de algo y dices:
- ¿Sabes qué? Mejor le tomo una foto a las tres combinaciones y me dices cuál prefieres.
Procedes con la foto, la mandas a través de una aplicación mágica que has aprendido a usar. Cuando ves las dos marquitas verdes que indican que el destinatario ya vio tu mensaje, vuelves a llamar y viene la pregunta:
- ¿No hay así, igual, pero de un solo color? Me gustaría marrón, si se puede.
Miras alrededor y sí, hay de color entero. Hay tres tonos de marrón. Con un solo color es fácil que con las telas estampadas, porque con dos palabras el color se describe solo. No crees mucho en los colores con nombres como camote, camello, caramelo. Vas a lo básico: marrón oscuro, marrón claro, marrón chocolate, etc.
Ya sin foto, convienen en el marrón elegido. Sales con la compra en una bolsa roja, diciéndote que vivimos tiempos inimaginables, en que una compra se puede decidir instantáneamente gracias a una cámara que tienes en el teléfono que llevas en el bolsillo.
Solo faltó que enviaras la casaca-chaqueta-chamarra a través de la misma cámara a su destinatario. Eso sí, seguro que cuando la entregaste personalmente, no faltó ese calor humano que siempre habrá entre las personas, a pesar de todos los adelantos tecnologícos..
ResponderEliminarSi eso llegara a faltar, estaríamos perdidos, Acirema.
EliminarGenial!!!!!
ResponderEliminarÉsta es una de las maravillas de las nuevas tecnologías. Lo que nos ha facilitado la vida! Y el calor humano nunca faltará, ya estaba presente cuando hiciste las fotos...
Un beso
Laly
Ciertísmo, Laly. El (ojalá siempre) infaltable calor humano me hizo pensar en comprar la casaca.
EliminarLo cierto es que todo esto nos asombra y nos obliga a preguntarnos ¿Qué otra cosa nos sorprenderá en un tiempo no muy lejano?.
ResponderEliminarCariñosGabriela
A veces creo que lo que falta es que sintamos olores a través de la pantalla, Norma. Dependiendo de muchas cosas, eso puede ser muy bueno o muy malo. ja, ja.
EliminarLa comunicación avanza a pasos de gigante... increíble, tu relato hace unos pocos años, hubiese sido ciencia ficción...
ResponderEliminarPasa un buen fin de semana Gabriela.
Casi como comunicación con extraterrestres, Milena.
EliminarAsí es amiga, quién me iba a decir a mí hace treinta años, que podría decirle a mi marido que no había mantequilla, cuando él ya estaba en el supermercado y que él me iba a poder preguntar de qué marca la quería...todo en un instante y a tiempo real. :D
ResponderEliminarBesazo
Y menos todavía cuando nos decían que en el futuro, todos circularíamos en autos voladores y trajes de astronauta, Dolega.
EliminarQuerida Gabrielita, Me encanto tu entrada. Asi que
ResponderEliminarte fue muy facil preguntarle a Gonzalito el color?
Por supuesto, lo virtual, es de gran ayuda. Te ima-
ginas, que vendra en un tiempo,no muy lejano?
Te quiero.
Cotiti.
¡Uff! Creo que no me llega la imaginación para eso, Consuelo, así que a sentarse a esperar y ver.
EliminarSão os incríveis sinais dos tempos. As nossas avós chamariam a isto magia!
ResponderEliminarbeijo
O simplemente no lo hubieran creído, Nina.
EliminarMe da vértigo pensar en el futuro.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces, a mí también Chelo.
EliminarNo podíamos imaginar, y no hace tanto tiempo... lo que podemos hacer hoy con un pequeño móvil....Que será lo próximo que veamos??
ResponderEliminarBuen domingo Gabriela:))
Un beso.
Ya casi es impensable salir de casa sin el celular, Laura.
EliminarOlá Gabriela, boa tarde! Pois é minha amiga, a tecnologia é capaz de fazer coisas que nem imaginávamos a algum tempo atrás, viver sem o celular hoje é quase impossível...E a internet então, você ai em Lima e eu aqui em São Paulo nos falando como se estivéssemos na mesma cidade, no mesmo bairro, na mesma rua, vizinhas até...Isso é incrível e formidável, você não acha?
ResponderEliminarBeijos com carinho
Marilene
Me parece igualmente increíble, Marilene, y más porque hace apenas pocos años no lo hubiéramos imaginado.
EliminarImagina, Gabriela, lo que son el celular de múltiples posibilidades, Internet, los satélites de comunicaciones y mil maravillas más de los tiempos actuales, para un ciudadano del mundo nacido en la década de los 30. No salgo de mi asombro día tras día.
ResponderEliminarTe cuento que para una ciudadana nacida en la década del 70 todo eso también es eterna y continua fuente de asombro, Esteban.
EliminarOlá Gabriela tudo bem?
ResponderEliminarFalou em liquidação e roupas, mexeu comigo. Sou consumista demais.
A tecnologia está em nossa vida e veio para ficar,, as vezes penso se é bom ou ruim. Em certos casos é ótimo, tomar uma decisão, encontrar alguém. mas para quem mora no campo a tecnologia ainda é pouco usada. Temos a barreira de não conseguir se conectar com o mundo.
Bjos e tenha um ótimo dias.
Ojalá que esa tecnología pueda ayudarlos a conectarse más fácilmente con el mundo exterior, Anajá.
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