Hace poco más de un mes decidí cambiar mi celular. El que tenía funcionaba bien, pero había comenzado a tener algunas fallitas. La principal era que la batería duraba poco más de dos días, mucho menos de la semana entera que duraba cuando recién lo compré, a mediados de 2010.
Sabía que quería un teléfono de la misma marca que uso hace años, una marca que viene de un país muy al norte de todo, donde dicen que hay muchísimos lagos y de donde vino una película que me encantó y que espero poder ver de nuevo alguna vez.
Al local del operador de la red móvil fui, y esperé que me tocara el turno de ser atendida. Cuando finalmente llegó mi turno, y tras los saludos de rigor, le dije al vendedor más o menos lo siguiente:
- Quisiera un teléfono como este -y le mostré el que hasta ese día había usado-, no un smartphone, con timbrados personalizados para saber quién me llama, pero sobre todo que tenga cámara y que sea fácil descargar las fotos a una computadora.
La función de las fotos es básica porque adornan muchas entradas de este blog.
El hombre sacó un catálogo y llegó a la página de la marca que buscaba. Me mostró varias opciones pero me sugirió un modelo en particular. Me lo pintó tan maravilloso y funcional al teléfono que si me hubiera dicho que volaba, se lo hubiera creído. Hice caso de la recomendación y decidí adquirir ese teléfono.
Pagué en la caja y después fui a recoger el teléfono nuevo de manos de un técnico que le colocó la batería y le insertó el mismo chip de mi teléfono antiguo. Me hizo un recuento de los accesorios que venían en la caja: el cargador de la batería, el adminículo para manos libres, el manual del usuario y el certificado de garantía.
- ¿Cómo? ¿Y el cable para descargar las fotos?- le pregunté.
- No, este modelo no viene con cable para fotos. Lo tiene que comprar aparte, y acá a la entrada hay un módulo donde lo puede encontrar.
Bastante fastidiada, regresé donde el vendedor y, sin importarme que estuviera atendiendo a otro cliente, le dije:
- ¿No le pedí específicamente que quería un teléfono del cual poder descargar las fotos fácilmente?
- ...
- Resulta que este teléfono que me acaba de vender no viene con el cable para descarga de fotos.
- Si, pero... -y con la mano empezó a señalar hacia la entrada.
- Si, ya sé que ahí lo venden. Pero eso significa un gasto mayor.
Fui al módulo de la entrada y la señorita que atiende me dijo que los cables de ese modelo se habían terminado y que no sabía cuándo le llegaría una nueva remesa. Regresé donde el vendedor, que seguía atendiendo al mismo cliente de un rato antes:
- ¿Sabe qué? Justamente el cable para este modelo se ha terminado. Y acá me quedo, ensartada con un teléfono al que le falta lo único que quería que tuviera. Felizmente con ustedes, compartida la vida es más. No sé más qué, pero no quiero imaginar lo que sería si la frase fuera "compartida, la vida es menos".
Al día siguiente fui a un lugar que me queda bastante cerca y que se especializa en artículos de computación y afines donde pude comprar el cable preciso (nota aparte: es un lugar fascinante). Asunto solucionado, pero eso no quita el disgusto que a un cliente le den algo que no tiene exactamente lo único que pedía. Justamente, como la quinta rueda del coche.
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Sabía que quería un teléfono de la misma marca que uso hace años, una marca que viene de un país muy al norte de todo, donde dicen que hay muchísimos lagos y de donde vino una película que me encantó y que espero poder ver de nuevo alguna vez.
Al local del operador de la red móvil fui, y esperé que me tocara el turno de ser atendida. Cuando finalmente llegó mi turno, y tras los saludos de rigor, le dije al vendedor más o menos lo siguiente:
- Quisiera un teléfono como este -y le mostré el que hasta ese día había usado-, no un smartphone, con timbrados personalizados para saber quién me llama, pero sobre todo que tenga cámara y que sea fácil descargar las fotos a una computadora.
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El hombre sacó un catálogo y llegó a la página de la marca que buscaba. Me mostró varias opciones pero me sugirió un modelo en particular. Me lo pintó tan maravilloso y funcional al teléfono que si me hubiera dicho que volaba, se lo hubiera creído. Hice caso de la recomendación y decidí adquirir ese teléfono.
Pagué en la caja y después fui a recoger el teléfono nuevo de manos de un técnico que le colocó la batería y le insertó el mismo chip de mi teléfono antiguo. Me hizo un recuento de los accesorios que venían en la caja: el cargador de la batería, el adminículo para manos libres, el manual del usuario y el certificado de garantía.
- ¿Cómo? ¿Y el cable para descargar las fotos?- le pregunté.
- No, este modelo no viene con cable para fotos. Lo tiene que comprar aparte, y acá a la entrada hay un módulo donde lo puede encontrar.
Bastante fastidiada, regresé donde el vendedor y, sin importarme que estuviera atendiendo a otro cliente, le dije:
- ¿No le pedí específicamente que quería un teléfono del cual poder descargar las fotos fácilmente?
- ...
- Resulta que este teléfono que me acaba de vender no viene con el cable para descarga de fotos.
- Si, pero... -y con la mano empezó a señalar hacia la entrada.
- Si, ya sé que ahí lo venden. Pero eso significa un gasto mayor.
Fui al módulo de la entrada y la señorita que atiende me dijo que los cables de ese modelo se habían terminado y que no sabía cuándo le llegaría una nueva remesa. Regresé donde el vendedor, que seguía atendiendo al mismo cliente de un rato antes:
- ¿Sabe qué? Justamente el cable para este modelo se ha terminado. Y acá me quedo, ensartada con un teléfono al que le falta lo único que quería que tuviera. Felizmente con ustedes, compartida la vida es más. No sé más qué, pero no quiero imaginar lo que sería si la frase fuera "compartida, la vida es menos".
Al día siguiente fui a un lugar que me queda bastante cerca y que se especializa en artículos de computación y afines donde pude comprar el cable preciso (nota aparte: es un lugar fascinante). Asunto solucionado, pero eso no quita el disgusto que a un cliente le den algo que no tiene exactamente lo único que pedía. Justamente, como la quinta rueda del coche.
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Horror... realmente para pelicula de terror. Veo que no cambian las cosas, estara en el ADN de los empleados en tiendas, bancos y compañias de servicios? Asi los entrenaran para trabajar en servicio al cliente? o, seremos nosotros, los clientes, los que somos muy poco pacientes y exigimos demasiado? Pamplinas... es solo que no cambian porque no les importamos excepto para ganar en sus ventas. Ja ja, que amargada sone, no? Siento mucho tuvieras que pasar por ese "trago amargo". Besitos. Silvana
ResponderEliminar¿Quién sabe, Silvana? Y realmente no sé si pensar que es cosa de la empresa o de los propios vendedores.
EliminarDentro de todo lo que te puede pasar si caes en manos de uno de esos vendedores te tocó lo mas light ah, ayer vi en la TV que una señora había comprado un celular y cuando le llega la cuenta le clavaron contrato por 10 celulares y era un cuentón obviamente. A un amigo le pasó algo parecido el año pasado. En octubre alquilé un nextel por unos días para comunicación al extranjero y dejé $100 de garantía que se supone me reembolsarían al mes siguiente... ya es casi abril y hasta ahora no lo hacen, cada que llamo me dan cada mecida con eso que la próxima semana lo harán... ya me hiciste acordar, ahorita los vuelvo a llamar.
ResponderEliminarNo los llames, Coqui. Mándales una carta notarial con tu queja. Creo que puede ser más efectivo que una llamada.
EliminarRealmente de esas cosas no se mucho, hasta ahora en este caso las lisuras no me han funcionado así que si manana veo que no han reembolsado voy a tener que hacerlo.
ResponderEliminarAbstente de lisuras en la carta notarial. ¡Suerte!
Eliminarcon perdon del aludido pero Kafka resulta ser un tarado al lado de estos tetelemeques.
EliminarPobre Kafka, Cyrano. Coincido contigo: sus relatos son cuentos de niños al lado de estas historias de la vida real.
EliminarDespués del mal trago, al menos pudiste encontrar el cable... ahora espero que nos mandes muchas fotos.
ResponderEliminarTe he dejado en premio pasa a por él
Un beso
Muchas gracias, Laura. Ahorita paso por allá.
EliminarA mi móvil nunca le ha durado la bateria una semana ni cuando era nuevo.
ResponderEliminarLo que les interesa es vender aunque sea utilizando verdades amedias. Un abrazo
Verdades a medias que a veces son peores que una mentira completa, Chelo.
EliminarImagino que fue un disgusto...en ciertos centros hay una caja de sugerencias o quejas...no se si este tenia...caso contrario muchas personas optan por comentar en twitter el nombre de la tienda y la queja asi tanto clientes como vendedores toman consciencia...pero bueno, es pasado, lo bueno es que encontraste el cable y que ahora tienes un nuevo celular...al cual creo le diria "Näkemiin"?
ResponderEliminarBesos,
besos,
Acá existe lo que se llama Libro de Reclamaciones, Patricia, pero la verdad es que estaba tan molesta que ni me acordé de pedirlo.
EliminarTodo comenzó.... mmmmmm
ResponderEliminar¿Se acuerdan cuando vivíamos sin celulares?
Si me acuerdo, Acirema. Todo era más complicado, y más simple a la vez.
EliminarHola, Gabriela:
ResponderEliminarPor lo menos aquí en mi negocio "El cliente siempre tiene la razón"
Un abrazo.
Me gustaría ir a tu negocio, Rafael.
Eliminar:D
Saludos de USA.
ResponderEliminarGabrielita querida.Menos mal que ya tienes el
cable. Disfruta de tu phone y de tu cable. Si-
gue tomando muchas photos lindas.Te quiero.
Cotiti.
Y eso que no fue gracias al ¿diligente? vendedor, Consuelo.
EliminarCreo que hubiera hecho un escándalo y lo hubiera devuelto. Dentro de todo eres una decente reclamona. Me encantó verte!!!
ResponderEliminarCreo que lo hubiera hecho si el teléfono en sí mismo no hubiera sido lo que esperaba, Claudia. Eso de decente reclamona me ha hecho reír.
EliminarNo hay nada más frustrante que cuando nos atienden en alguna compra en forma irresponsable. El caso que mencionas, Gabriela, no por repetido deja de ser indignante. Desmiente aquella frase cliché, "el cliente siempre tiene la razón".
ResponderEliminarLo desmiente totalmente, Esteban. Más bien nos hace sentir como si fuéramos la quinta rueda de un triciclo.
EliminarPues mira yo es que soy muy patosa para las innovaciones y tengo un mòvil de los antiguos, solo sirven para llamar y recibir llamadas y mensajes, que yo sepa. Algùn dìa lo cambiaré, y las fotos las saco con la càmara digital que no domino para nada...Pero es cierto que cuando hacen ofertas apetitosas casi siempre hay gato encerrado... Esperamos tus fotos tan chulas. Por cierto, me encantan las estampistas que colocas en tus posts.
ResponderEliminarUn abrazo Gabriela desde una Venecia luminosa y calurosa
Chusa
En este caso, Chusa, no era precisamente una oferta en el precio sino más bien las maravillas que el teléfono ofrecía, pero faltaba el dichoso cable para poder gozarlo en su totalidad.
EliminarY no podias devolverlo? es terrible esa falta de atencion al cliente, de todas formas deberias mandar una queja a Indecopi o a la misma empresa, si no reclamamos las cosas quedan en nada.
ResponderEliminarY tambien difundir el nombre de la empresa y la tienda, si estamos desprotegidos por el sistema legal al menos hacerles pasar verguenza por su pesimo servicio.
En más de una ocasión he reclamado por malos servicios, Amazilia Alba, y estoy convencida de que vale la pena reclamar.
EliminarHola Gabriela!
EliminarCon lo felices que éramos antes de la llegada de los móviles... si es que...
A mi ahora me lo quitan y mato!
Un BEsazo y feliz finde!
A mí me da cierta angustia no tener el mío conmigo, Carolina.
EliminarHola Gabriela, bonita,
ResponderEliminarvi tu entrada hace unos días desde mi supermegaultramoderno móvil... me hice un lío de narices y no pude comentar...Lo peor del caso es cuando recibí mis primeras llamadas y yo golpeaba con el dedo para descolgar y no se descolgaba (es táctil), hasta que me dijeron que tenía que desplazar el dedo y no golpear... Podría haber estado así días...
Lo que cuentas es digno del más puro surrealismo. Y dudo mucho que no supieran lo que estabas pidiendo. Espero que, al menos, podamos disfrutar de tus fotitos ahora que ya tienes el paquete completo.
Un besito
Laly
Creo que por eso no quiero tener un teléfono supermegaultramoderno, Laly. Al menos por ahora.
EliminarYo también creo que el hombre sabía muy bien lo que yo estaba pidiendo. Y sabía que el modelo que me vendió venía sin cable. En fin, felizmente se pudo solucionar.
Hola querida Gaby,
ResponderEliminarMe he entretenido mucho con todo lo que esribiste y los diferentes comentarios, sobre los celulares, te contaré lo último que me pasó.
Llamaron a mi celular y me dijeron textualmente: "Buenos días señora María de Rubira", disculpe señorita esa persona no vive aquí, "¿Cómo que no es la persona que contesta?", !no, la que contesta no tiene ese nombre, se ha confundido de número!, "imposible,se que el número es xxxxxxx, lo he visto en la computadora", ¿y la computadora dice que ese número corresponde a María de Rubira?, "Bueno, es muy largo y yo lo he cortado un poco", !mire señorita, usted me dejó sin padre y me casó con mi madre!,"¿Cómo, no puede ser", si puede ser:Mi nombre es: María del Carmen, mi apellido paterno es Rodríguez de Arce, y el materno es, Rubira, "imposible, como voy a decir tantos nombres". Como comprenderan, le corté, ya que discutir con alguien que llegó tarde al reparto de cerebros, era perder el tiempo y la paciencia. Dicha señorita, ofrecia ofertas de nuevos celulares, ¿creen que venda algo?.
Cariños,
María del Carmen
La verdad, creo que tuviste mucha paciencia. Yo no les dejo pasar del saludo, Maricarmen. A estas alturas, mi nombre ya debería estar en una lista de clientes antipáticos.
EliminarUn horror!! Y no estaba la opción de anular la compra?? Yo estoy convencida que muchas veces esto no pasa por mala voluntad del vendedor sino porque son burros y literalmente no les da la cabeza. Besos!!
ResponderEliminarCoincido contigo en que no parecen ser personas de muchas luces, Katia. Eso o hay clientes que no se dan cuenta de las deficiencias y no dicen nada.
EliminarBueno eso es una constante en Lima. La gente no se queja de nada y así funcionan las cosas. Acá las cosas solo funcionan cuando te quejas jaja
EliminarEs un mal universal, ja, ja.
Eliminar....Y eso que dicen compartida la vida es mas jiji!!!!
ResponderEliminarVine a conocerte desde el blog de Chusa, un gustazo y si me encanta tu avatar!!!
Imagínate si dijeran que compartida es menos... ¿cómo sería eso? Mejor no imaginarlo.
EliminarGracias por la amable visita.