Mira tú lo que son las cosas. Vengo de visitar una ciudad en la que creo que no estuviste nunca y ahí estás presente, casi en cada paso.
Visito la sede central del líder mundial de noticias, y pienso en cómo hubieras disfrutado subir esa escalera mecánica que te eleva ocho pisos sin pausa. Sentí que estuviste ahí cuando el guía preguntó si alguien sabía el significado de las tres letras que identifican el nombre del canal y estuviste ahí cuando terminé contestando la pregunta.
Cómo no ibas a estar cuando visitamos la sala que el guía calificó como mágica porque hace desaparecer a la gente. Como cuando me lo explicaste aquella vez hace tanto tiempo, el efecto reapareció ante mis ojos. O debo decir que desapareció. El guía le dio otro nombre que no recuerdo, y entonces yo le dije "en el Perú lo llamamos croma". Se asombró, me dijo que el otro nombre de la técnica era the chroma key. Ahora pienso que tal vez yo haya sido la primera persona en los recorridos de este atento guía que conocía qué era el efecto croma. Solamente que allá lo usan con verde, no con azul. ¿Sabías eso?
Luego visité el museo de la gaseosa más famosa del mundo. Retrocedí en el tiempo, a esa época en que todo lo que había era escasez. Ahí estaba yo, rodeada por todos lados del universal logo rojo y blanco y mi mente volvió a los días de ese verano ochentero en que caminábamos cuadras de cuadras buscando sin éxito la famosa gaseosa. Y de cómo nos alegramos la vez que la dueña de una bodega nos dijo que solamente la tenía helada. ¿Te acuerdas de eso?
Y para que veas cómo son las cosas, hasta una estatua tuya hay en esa ciudad en la que creo que no estuviste nunca. Digo que creo que no estuviste porque, al menos yo, te vi en cada paso. Aunque para verte en cada paso bien sabes que no necesito subirme a un avión.
La niña que sentada a tu lado aprendió nombres de países raros con capitales y gentilicios incluidos hojeando contigo incansablemente el recordado Almanaque Mundial te encontró leyendo en un rincón de Peachtree Street, en Atlanta, capital del estado de Georgia, fundada en 1837.
--------------Visito la sede central del líder mundial de noticias, y pienso en cómo hubieras disfrutado subir esa escalera mecánica que te eleva ocho pisos sin pausa. Sentí que estuviste ahí cuando el guía preguntó si alguien sabía el significado de las tres letras que identifican el nombre del canal y estuviste ahí cuando terminé contestando la pregunta.
Cómo no ibas a estar cuando visitamos la sala que el guía calificó como mágica porque hace desaparecer a la gente. Como cuando me lo explicaste aquella vez hace tanto tiempo, el efecto reapareció ante mis ojos. O debo decir que desapareció. El guía le dio otro nombre que no recuerdo, y entonces yo le dije "en el Perú lo llamamos croma". Se asombró, me dijo que el otro nombre de la técnica era the chroma key. Ahora pienso que tal vez yo haya sido la primera persona en los recorridos de este atento guía que conocía qué era el efecto croma. Solamente que allá lo usan con verde, no con azul. ¿Sabías eso?
Luego visité el museo de la gaseosa más famosa del mundo. Retrocedí en el tiempo, a esa época en que todo lo que había era escasez. Ahí estaba yo, rodeada por todos lados del universal logo rojo y blanco y mi mente volvió a los días de ese verano ochentero en que caminábamos cuadras de cuadras buscando sin éxito la famosa gaseosa. Y de cómo nos alegramos la vez que la dueña de una bodega nos dijo que solamente la tenía helada. ¿Te acuerdas de eso?
Y para que veas cómo son las cosas, hasta una estatua tuya hay en esa ciudad en la que creo que no estuviste nunca. Digo que creo que no estuviste porque, al menos yo, te vi en cada paso. Aunque para verte en cada paso bien sabes que no necesito subirme a un avión.
La niña que sentada a tu lado aprendió nombres de países raros con capitales y gentilicios incluidos hojeando contigo incansablemente el recordado Almanaque Mundial te encontró leyendo en un rincón de Peachtree Street, en Atlanta, capital del estado de Georgia, fundada en 1837.
¿Alguien sabe qué se puede hacer para combatir la encuestitis? ¿Existirá algún antídoto?
Es verdad, ese niño no podía dejar de leer. En la mesa del comedor leía hasta las etiquetas de los frascos, cualquier cosa que tuviera letras atraía su atención, desde tan chiquitito. Él era así (¿qué difícil es decir "era", no es verdad? ¿Seguirá siendo así?)
ResponderEliminarNo lo habíamos comentado, pero imaginaba que te había pasado algo como lo que cuentas en Atlanta. Me sucede todo el tiempo, cuando voy a lugares nuevos, que sé le habrían impresionado. O cuando voy a lugares ya recorridos, que me traen recuerdos de otras épocas, más felices, o más tristes. Da igual, son épocas en las que el camino se hacía de a dos.
ResponderEliminarSiempre está, y siempre estará.
Bonito viaje, pero no sé a quién se lo dedicas, a quién recuerdas de un modo tan intenso. Es que no te he conocido desde siempre como tus amigos del Perú, pero me interesa. ¿Nos puedes contar algún detalle?
ResponderEliminarBesos
Todos los que lo conocimos lo recordamos tanto,que esta ahi,no se ha ido a ninguna parte...
ResponderEliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarGaby. El conocia el mundo entero, habia leido tanto,tanto desde que era tan chiquito; los lentes le quedaban grandes, y los sujetaba en medio de su naricita, me parece verlo, sujetando un libro inmenso sobre sus piernas,sentadito en un sillon, yo le decia que parecia una ratita de biblioteca.El siempre estara presente.
Dejo un legado muy bonito.
Te quiero.
Cotiti.
Él es y seguirá siendo único y muy especial para quienes lo llevamos vivo en nuestro corazón.
ResponderEliminarA propósito... yo también sabía el nombre técnico de ese "mágico" efecto, acuérdate que trabajé en Chroma Producciones, jajaja NI MODO !!!!
Así sigue siendo, Lina, seguro que si.
ResponderEliminarPor lo menos en Atlanta está en todas partes, Ana Cé.
Ese niño era, es, mi hermano mayor, AleMamá.
Es mejor pensarlo así, Cyrano.
Así es, Consuelo.
El guía se llevaría la misma sorpresa contigo, Mariela. Ya me imagino.
Bienvenida Patty, y gracias.
Querida amiga, una lágrima me asomó al leer tu post y tener claro que hablabas de tu hermano. un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarClau
Hola Gabriela:
ResponderEliminarDebe ser muy triste pensar en tan grande ausencia, pero a la ver reconfortante imaginar todo el panorama junto a él.
Un beso.
Gaby, no lo sabía, pero se nota que es una ausencia tremenda y muy presente. ¡Cuánto lo siento!
ResponderEliminarTal como dices, ES tu hermano mayor. Que en la gloria esté.
Un abrazo grande.
QUÉ HERMOSO RELATO...LLENO DE SENSIBILIDAD Y DE AMOR.
ResponderEliminarASÍ AQUELLA PERSONA, TAN ESPCIAL Y QUERIDA NUNCA PASARÁ AL OLVIDO.
DONDE ESTÉ Y COMO ESTÉ JAMÁS DEJARÁ DE RECORDARTE.
SOY DE LOS QUE TIENEN SEGURO QUE NUESTROS ÁNGELES NOS PROTEGEN Y CUIDAN SIEMPRE.
NO DEJO DE DISFRUTAR Y DE PENSAR EN LO BIEN QUE HACES A LOS QUE LO NECESITAMOS CON TUS EXPERIENCIAS DE VIDA Y DE VIAJES.
ADELANTE COMO LOS VALIENTES MI QUERIDA GABY.
MUCHAS GRACIAS DE CORAZÓN POR COMPARTIR TUS BELLOS MOMENTOS.
SALUDOS
ANTONIO
Los ojos se me hicieron agua. ¿Alguien podría describir de forma sensata lo que causan las ausencias?
ResponderEliminarEllas martillan así haya pasado el tiempo, se hacen sentir de formas variadas, pero ante todo, nos permiten recordar que hubo otros tiempos en honor a los cuales tenemos que trabajar por un grato presente.
Un abrazo,
Cati
Yo siempre odié el Almanaque Mundial ja ja ja
ResponderEliminarLe agarré el gusto a la lectura con los libros de Santillana. Luego pasé por La Palabra del Mudo de la cual fui fanático años enteros...
¡Saludos!
Contra la encuestitis?... pues no se.
ResponderEliminarQue tal si pruebas seguir escribiendo y así al menos nos libras a los demás de malas tentaciones.
Un abrazo y gracias por tu visita
Quizás me pase un pco como a ese niño , tampoco puedo dejar de leeros. Estoy de descanso tengo dificultades para conectarme pero en cuanto puedo aquí estoy leyendo los blogs amigos . Un beso
ResponderEliminarGracias Clau.
ResponderEliminarEfectivamente es una ausencia muy grande, Esteban. Demasiado grande.
Tus palabras siempre vienen desde el fondo del alma, Cati.
El Almanaque Mundial era compra obligada en la casa, Renzo. Cada noviembre había que comprar el del año siguiente.
Ojalá escribir me librara de la encuestitis, Isable.
Gracias por pasar por acá, Chelo. Y difruta del descanso.
Que manera tan hermosa tienes de relatar amiga, me traslade a la sede central de noticias (pense era CNN je je)
ResponderEliminary luego la coca cola con su forma de botella tan especial...
Y lo mejor de todo es que lo relatas como en companyia de alguien muy especial, alguien que dejo su luz en tu corazon y para siempre...ese tipo de amor jamas muere, lo se...y cuando recuerdo celebro la luz que me dejo.
De la encuestitis, no existe antidoto que yo sepa ja ja...yo creo que durara por siempre (al menos hasta que alguien pueda escuchar los pensamientos je je) y de combatirla ya desearia, sobre todo en epocas de eleccion politica :(
bueno, una opinion humilde.
besitos,
Querida Gaby,
ResponderEliminarAl leer tu entrada, me sentí tan triste y angustíada que no podía escribir nada,lo vi como en una película, todo lo que describes,sobre todo el Almanaque Mundial, y sus listas que escribía a máquina de nombres de países, y otras cosas más, tenía 3 años y ya sabía leer, si no podía dejar de leer, leía hasta en la hora del recreo en el colegio en primaria.
Como no recordar a quien conocí desde el vientre de su madre, y recordar con el cariño que me decía "Tía Titita", he llorado, pero pienso que él siempre está con nosotros, ahora estarán los tres juntos, ya sabes a quienes tres me refiero.
Con mucho cariño,
Tía titita
Un relato lleno de ternura, añoranza y mucho sentimiento, en pocas palabras hermoso.
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
Este es un puesto tan intenso, Gabriela, muy hermoso!
ResponderEliminarAbrazos!
Si te digo que me encanta como escribes... me crees verdad?
ResponderEliminarmaravilloso tu relato impregnado de recuerdo de esa persona tan especial para quienes lo conocisteis, me ha conmovido tu modo de contar el viaje acercándonos a él terminando en esa escultura del niño lector que te evocó su figura...
ResponderEliminarun abrazo y buen viernes santo 🍨
gracias por haberme guiado hasta aquí con tu respuesta mail 🐾
ResponderEliminarGracias a ti, querida Chusa,
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