El búmeran, versión castellanizada del boomerang, es un arma arrojadiza, propia de los indígenas de Australia, formada por una lámina de madera curvada de tal manera que, lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida.
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Una noche de sábado de hace algunos años, en tiempos cercanos a la Navidad, me di cuenta de que en el brazo me faltaba una pulsera de plata. No podía recordar cuándo la había visto por última vez, así que busqué en todos los rincones que pude en mi casa. Para mi mayor frustración, ese día había caminado por muchos lugares, por lo que con mucha pena tuve que aceptar que la pulsera se había perdido.
De todas maneras, cada vez que limpiaba debajo de los muebles de mi cuarto, buscaba con la esperanza de encontrar la pulsera perdida. Pero nada.
Así pasó un año entero. Ya hasta me había olvidado de la existencia de la pulsera hasta que en una de esas molestas limpiezas obligatorias vi un pequeño destello en una esquina. Cuando me acerqué a ver de qué se trataba... eureka. Era la pulsera perdida. Se había encajado en una parte de zócalo que se había despegado de la pared y ahí se había pasado cómodamente más de un año.
Al cabo de unos meses, advertí la ausencia de la otra pulsera. Al igual que con la primera, justo fue un día en que había estado en muchos sitios. Busqué y busqué, pero no la encontré. No voy a tener suerte en lo mismo dos veces, me dije.
La di por perdida.
Hasta que hace apenas unas semanas, la encontré encima de mi escritorio. No he querido preguntar dónde estaba ni quién la encontró. Prefiero creer que el efecto búmeran opera sin ningún tipo de intermediación.
Eso me hizo recordar que un día, también de la nada, reapareció mi marcador de libros. Seguramente la dimensión desconocida terminó por aburrirlo.
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Una noche de sábado de hace algunos años, en tiempos cercanos a la Navidad, me di cuenta de que en el brazo me faltaba una pulsera de plata. No podía recordar cuándo la había visto por última vez, así que busqué en todos los rincones que pude en mi casa. Para mi mayor frustración, ese día había caminado por muchos lugares, por lo que con mucha pena tuve que aceptar que la pulsera se había perdido.
De todas maneras, cada vez que limpiaba debajo de los muebles de mi cuarto, buscaba con la esperanza de encontrar la pulsera perdida. Pero nada.
Así pasó un año entero. Ya hasta me había olvidado de la existencia de la pulsera hasta que en una de esas molestas limpiezas obligatorias vi un pequeño destello en una esquina. Cuando me acerqué a ver de qué se trataba... eureka. Era la pulsera perdida. Se había encajado en una parte de zócalo que se había despegado de la pared y ahí se había pasado cómodamente más de un año.
Al cabo de unos meses, advertí la ausencia de la otra pulsera. Al igual que con la primera, justo fue un día en que había estado en muchos sitios. Busqué y busqué, pero no la encontré. No voy a tener suerte en lo mismo dos veces, me dije.
La di por perdida.
Hasta que hace apenas unas semanas, la encontré encima de mi escritorio. No he querido preguntar dónde estaba ni quién la encontró. Prefiero creer que el efecto búmeran opera sin ningún tipo de intermediación.
Eso me hizo recordar que un día, también de la nada, reapareció mi marcador de libros. Seguramente la dimensión desconocida terminó por aburrirlo.
Hola querida viajera, claro que te extrañabamos, al menos ten la seguridad de que yo te extrañaba, espero que lo estes pasando muy bien en ese lugar de "la dimensión desconocida", ja,ja, broma a parte.
ResponderEliminarMe gustan mucho tus narraciones misteriosas, donde "los espíritus chocarreros, nos juegan malas pasadas".
Yo hace unos meses, perdí misteriosamente mi Pasaporte de la Unión Europea, lo busqué por toda la casa, yo lo había puesto en una mesa de mi dormitorio, paradito junto a una foto de mi nieta, porque mis hijos me lo pedían para facilitar sus visas cuando viajaron a Madrid, me lo devolvían y ponían en el mismo lugar.
Un día miro al lugar y ya no estaba. ya lo había dado por perdidi y un día revisando carteras que no usaba hacia años, !Oh sorpresa!, en un bolsillo muy disimulado, estaba el famoso pasaporte, ¿cómo llegó a esa cartera?, aún lo ignoro, ¿quién lo puso?, tampoco lo se. Tu que eres experta en éste tipo de miterios, ¿qué opinas?....
Te esperamos pronto...broma, pasea y disfruta de nuevos aires y paisajes.
Con mucho cariño desde nuestro Perú, como siempre muy entretenido con más de 30 candidatos para Presidentes.
Maricarmen
Pues que suerte has tenido, pero ten cuidado no pierdas más que siempre no te va a pasarlo mismo.
ResponderEliminarUn saludo
Cuando era chico mi hermano canjeó un bumeran con unas chapas de gaseosa. Nunca logró hacer que funcione.
ResponderEliminarAhora que recuerdo todavía no me devuelve mis DVDs de Evangelion. ¡Canastos!
Me gustó el post.
¡Aunque así sea es bueno que las cosas las tenga el legítimo dueño!
ResponderEliminarBesos
Me pasó algo igualito a lo de tus pulseras con mi cancionero de Misa. Siempre lo dejo en el mismo lugar, pero un domingo, no estaba. Ha pasado más de un mes y el domingo pasado, Gonzalo abrió ese cajón para buscar otra cosa y me dijo: “Mamá, ¿no se te había perdido tu cancionero?”. Yo le dije que sí, y me contestó muy tranquilo, “No, acá está, en el cajón de siempre”. Misterios que tiene la vida.
ResponderEliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarGabrielita, que alegria volver a leer tu post. Te extrane muchisimo. Sabes aunque parezca increible y para muchos hasta ridiculo, pero hay misterios en esta vida, que hacen pensar que, algo sobrenatural nos rodea. A mi me paso algo muy parecido y tambien con una pulsera que tenia que, tenia para mi un enorme
valor; no por el valor extrinseco, sino por el valor intrinseco, el valor sentimental. Busque en el carro, por toda la casa, no hubo un rincon que no fuera revisado. Nada! Mucha pena, mucha depresion y lagrimas. Acepte que la habia perdido. Despues de anos, dos dias antes de venir a USA. la encontre al borde de un mueble del dormitorio. Increible. Como es que la aspiradora no la recogio? Asi podria contar muchas anecdotas de este tipo, no tendria espacio para escribir. La tercera Dimension? Los bumeran.......? A proposito de los bumeran, no los conocia. Gracias por la informacion. Verdaderamente, nunca se termina
de aprender.
Te quiero. Cotiti
También me sucedió con una pulserita de oro que me regalaron en mi primer año de enamorados... Yo ya la había dado por perdida, con mucha penita of course...y oh oh maravilla!!! Apareció muchísimo tiempo después cuando mi enamorado iba a vender un VW que teníamos y se afanó tanto al limpiarlo que hasta sacó los asientos, jaja. La bendita pulserita se había metido en el carril por donde se desliza el asiento para moverse hacia atrás o adelante ...oh myyyy!!!! Menos mal que no lo mandó a lavar a la calle!!!
ResponderEliminarPero una vez a mi hijita de bebita se le cayó una perlita y desapareció en nuestra cara pelada PARA SIEMPRE.
La aparición más misteriosa es la de encima de la mesa.
ResponderEliminarPregunta: ¿Tienes hijas adolescentes?
Estas son historias divertidas, me alegro mucho de tus pulseras y los favoritos por arte de magia apareció. Realmente no tengo mucho suerte con eso, he pensado alguna vez se pensó que había perdido uno de mis anillos, pero que se encuentran en el cuarto de baño. Parece que se lava y no se dan cuenta.
ResponderEliminarEs curioso cómo nos damos cuenta de las cosas sólo después de que se han ido, no?
Estrella
http://estrella05azul.wordpress.com
Son espíritus chocarreros, de esos que golpean y zapatean justo encima del techo de mi dormitorio, especialmente cuando me pongo a leer, y cuando sé positivamente que el departamento de arriba está desocupado desde hace muchos años.
ResponderEliminarSe nota que no puedes con tu genio.
ResponderEliminarEstas de viaje y sigues dandole a la computadora.Existen dos posibilidades o el viaje se te ha convertido en algo aburridisimo o no estas durmiendo por las noches.Me gusto tu entrada
Hola Gabriela:
ResponderEliminarmmmmmm. No creo en nada anormal en la materia,pero cuando la vivencia es de personas confiables como tú (ya lo he dicho en otra ocasión, me parece), quedan algunas dudas. Poquitas, eso sí.
Un beso.
Me encantó!! A eso es lo que llamo "momentos chéveres". ;)
ResponderEliminarUn gran saludo para ti.
Cati.
Pd. Ojalá pasara lo mismo con mi gorro de lana azul :(
Sospecho que los causantes de tu factor boomerang son los duendes...no existe mayor explicación, sobretodo si tu espacio no es invadido por adolescentes como alguien sugiere (yo tengo dos duendes propios más algunos que pululan por ahí)
ResponderEliminarEn todo caso, lo bueno fue la recuperación.
Un abrazo
HOLA GABY: CASUALIDAD, ENERGÍAS, DESEOS...¿CÓMO SABER LA REALIDAD DEL ASUNTO?.
ResponderEliminarLO IMPORTANTE ES QUE APARECEN Y SE SIENTE UNA SENSACIÓN INDESCRIPTIBLE CUANDO ESO PASA ¿VERDAD?.
ASÍ COMO LO QUE TÚ COMENTAS DE TUS PULSERAS, HAY MUCHAS COSAS, IMPORTANTES O NO, POR LA QUE DEBEMOS ESPERAR CON LA SANTA PACIENCIA, Y NO DESESPERAR EN EL INTENTO.
ESPERO QUE TU PASEO SEA FRUCTÍFERO Y SOBRE TODO SATISFACTORIO...MIS MEJORES DESEOS.
SALUDOS POR CASA, FELICIDADES AMIGA QUERIDA.
ANTONIO
Como diría un amigo mío "Eso lo hizo un duende" jejeje
ResponderEliminarUn besote y qué buena suerte...
Mi madre cuando pierde cosas le reza a un santito y a un hermano de ella que falleció y las cosas como que aparecen casi siempre... casualidad?
Bueno... lo que sea...
Un abrazo!
Hola Gabriela:
ResponderEliminar¿No habrá algún fantasma en tu hogar?
¡Pulseras movibles!
Un cordial saludo,
Luis
A veces es mas lindo creer lo que a uno lo hace mas feliz :)
ResponderEliminarUn beso!
jajaj a mi siempre me pasa, pierdo todo y después aparece mágicamentnte
ResponderEliminarLos invito a pasar por mi blog
clarasojo.blogspot.com
Hola!Te he dejado un regalo en mi blog. Puedes pasarte a recogerlo cuando quieras, ya sabes qeu no hay compromiso . Un abrazo
ResponderEliminarYo diría que ese es un típico caso de dimensión desconocida, Maricarmen.
ResponderEliminarYa lo sé, Chelo, por eso tengo cuidado. Pero cuando pasa, pasa.
Ojalá recuperes tus DVDs, Renzo.
Claro, AleMamá, pero es difícil dar por perdido algo a lo que nos hemos acostumbrado.
Otra dimensión desconocida, Ana Cé.
Encontrar algo después de años debe ser una sensación muy especial, Consuelo.
Felizmente la lavada del carro fue a fondo, Mariela. Gracias a eso apareció la pulsera.
No María Jesús, en casa no hay adolescentes. Por eso es que es más raro todo.
Así pasa a veces, Estrella, el agua se los lleva y solamente podemos verlos irse.
Golpean, zapatean, taladran y clavan, Lina.
Ningnua de las dos, Cyrano: el post estaba listo y lo publiqué para que no me olviden, ja, ja.
Gracias por lo de confiable, Esteban. Viniendo de un señor como tú es un halago.
Ojalá encuentres tu gorro, Cati. Avisa si es así.
Tal vez sean los duendes de la dimensión desconocida, Mary.
:D
Lo malo es cuando no aparecen, Antonio.
¿Qué santito es ese, Cheluca? Nunca está demás, ja, ja.
Espero que no haya fantasmas, Luis.
Pero lo cierto es que las pulseras "regresaron", Katy.
Hay veces en que yo no he recuperado lo perdido, Clari. Gracias por la visita.
Gracias Chelo, me daré una vuelta por tu blog.