Se levantó como todos los días, puntualmente a las 6 de la mañana. Algo le fastidiaba desde hacía algún tiempo. Desde hacía mucho tiempo en realidad, pero no se sentía capaz de expresarlo en palabras. Como si al mantener su fastidio en secreto pudiera fingir que no existía.
Pero existía.
Había sido siempre una niña modelo, la mejor alumna, la que tenía siempre la tarea mejor hecha. Hecha por ella misma, además, no como los demás a quienes sus papás les hacían las tareas. Terminó el colegio con el primer puesto de su promoción. Ingresó a la universidad con un puntaje altísimo. Terminó la universidad como la primera de su promoción. No le fue difícil conseguir trabajo. EL trabajo que muchos de sus compañeros hubieran querido tener.
Toda su vida había seguido las reglas. Pero desde hacía un tiempo algo se rebelaba en su interior. "Estoy harta", pensó. Lo repitió en voz alta esta vez, y solamente con escuchar esas dos palabras, algo se desató en su interior.
Harta de escuchar el despertador puntualmente a las 6 am. Harta de ponerse todos los días el mismo trajecito sastre color azul. El uniforme azul, que le hacía acordar al otro de color gris que había usado tantos años. Harta de tomar un desayuno ligero porque no había mucho tiempo. Harta del mismo tráfico de todos los días. Harta de cumplir los horarios.
Harta, así de simple.
Estaba harta.
Así que esperó lo suficiente y llamó a decir que no iría a trabajar ese día, que no se sentía bien. Al momento de marcar el teléfono pensó que se arrepentiría en el último minuto, pero no fue así. Al contrario... se sintió liberada.
Escogió su buzo nuevo, el azul. Recodó que dudó al momento de comprarlo. Sabía que era probable que no se lo pudiera poner en mucho tiempo. El traje sastre azul era la vestimenta obligada cada día.
Se puso el buzo, metió las llaves en su bolsillo y salió a caminar. A caminar plácida y serena entre el ruido y la prisa, pensando en la paz que se puede encontrar en el silencio. El mar azul a su costado. Infinito. Eterno. Pensó a dónde llegaría si trazaba una línea recta hacia el oeste. No importaba. Estaba en paz consigo misma. Miraba el cielo, no tan azul como le hubiera gustado, pero ahí estaba. En la calle. A plena luz del día. Y lo mejor es que sentía que ese fastidio que la acompañaba últimamente había desaparecido.
Se sintió libre como no se sentía hacía mucho tiempo. "Tal vez debo hacer esto más a menudo", se dijo.
--------------------------Pero existía.
Había sido siempre una niña modelo, la mejor alumna, la que tenía siempre la tarea mejor hecha. Hecha por ella misma, además, no como los demás a quienes sus papás les hacían las tareas. Terminó el colegio con el primer puesto de su promoción. Ingresó a la universidad con un puntaje altísimo. Terminó la universidad como la primera de su promoción. No le fue difícil conseguir trabajo. EL trabajo que muchos de sus compañeros hubieran querido tener.
Toda su vida había seguido las reglas. Pero desde hacía un tiempo algo se rebelaba en su interior. "Estoy harta", pensó. Lo repitió en voz alta esta vez, y solamente con escuchar esas dos palabras, algo se desató en su interior.
Harta de escuchar el despertador puntualmente a las 6 am. Harta de ponerse todos los días el mismo trajecito sastre color azul. El uniforme azul, que le hacía acordar al otro de color gris que había usado tantos años. Harta de tomar un desayuno ligero porque no había mucho tiempo. Harta del mismo tráfico de todos los días. Harta de cumplir los horarios.
Harta, así de simple.
Estaba harta.
Así que esperó lo suficiente y llamó a decir que no iría a trabajar ese día, que no se sentía bien. Al momento de marcar el teléfono pensó que se arrepentiría en el último minuto, pero no fue así. Al contrario... se sintió liberada.
Escogió su buzo nuevo, el azul. Recodó que dudó al momento de comprarlo. Sabía que era probable que no se lo pudiera poner en mucho tiempo. El traje sastre azul era la vestimenta obligada cada día.
Se puso el buzo, metió las llaves en su bolsillo y salió a caminar. A caminar plácida y serena entre el ruido y la prisa, pensando en la paz que se puede encontrar en el silencio. El mar azul a su costado. Infinito. Eterno. Pensó a dónde llegaría si trazaba una línea recta hacia el oeste. No importaba. Estaba en paz consigo misma. Miraba el cielo, no tan azul como le hubiera gustado, pero ahí estaba. En la calle. A plena luz del día. Y lo mejor es que sentía que ese fastidio que la acompañaba últimamente había desaparecido.
Se sintió libre como no se sentía hacía mucho tiempo. "Tal vez debo hacer esto más a menudo", se dijo.
1. Gracias a Renzo por su mención a Seis de enero en su post sobre BlogDay2010.
2. En muchos distritos de Lima han instalado el sistema de semáforos inteligentes. No sé cuánto se habrá gastado para tenerlos instalados y funcionando, pero me imagino que no ha sido una inversión barata. Por eso mismo, no entiendo qué sentido tiene haber gastado recursos en instalar un sistema para agilizar el tránsito si van a terminar poniendo policías a (¿)dirigir(?) el tránsito. Lo único que generan es confusión y embotellamientos... como si nos hicieran falta.
2. En muchos distritos de Lima han instalado el sistema de semáforos inteligentes. No sé cuánto se habrá gastado para tenerlos instalados y funcionando, pero me imagino que no ha sido una inversión barata. Por eso mismo, no entiendo qué sentido tiene haber gastado recursos en instalar un sistema para agilizar el tránsito si van a terminar poniendo policías a (¿)dirigir(?) el tránsito. Lo único que generan es confusión y embotellamientos... como si nos hicieran falta.
QUE BUEN RESUMEN DE UNA QUE SE REBELO Y SE ZAFO DE LA MULTITUD PARA SER ESO PERSONA,NO UNA MAS ENTRE LA MASA SPENGLERIANO EL TEMA "DEJE DE SER MASA Y ME CONVERTI EN INDIVIDUO
ResponderEliminarHermoso relato....me encanta tu blog...cuando quieras visitame..también me gustan las visitas Limeñas....
ResponderEliminarDéjame que te cuente, limeña.
Déjame que te diga la gloria,
del ensueño que evoca la memoria,
del viejo puente, del río y la alameda.
Déjame que te cuente, limeña.
Ahora que aún perfuma el recuerdo,
ahora que aún se mecen en un sueño,
el viejo puente del río y la alameda.
Jazmines en el pelo y rosas en la cara.
Airosa caminaba la flor de la canela,
derramaba lisura y a su paso dejaba
aroma de mixtura que en el pecho llevaba.
Del puente a la alameda,
menudo pie la lleva.
Por la vereda que se estremece
al ritmo de sus caderas.
Recogía la risa de la brisa del río
y al viento la lanzaba
del puente a la alameda.
Déjame que te cuente, limeña.
Déjame que te diga morena mi pensamiento,
a ver si así despiertas del sueño.
Del sueño que entretiene, morena,
tus sentimientos.
Aspira de la lisura
que da la flor de canela
adornada con jazmines
matizando tu hermosura.
Alfombras de nuevo el puente
y engalanas la alameda,
que el río acompasará tu paso por la vereda.
Y recuerda que...
Jazmines en el pelo y rosas en la cara.
Airosa caminaba la flor de la canela,
derramaba lisura y a su paso dejaba
aroma de mixtura que en el pecho llevaba.
Del puente a la alameda,
menudo pie la lleva.
Por la vereda que se estremece
al ritmo de sus caderas.
Recogía la risa de la brisa del río
y al viento la lanzaba
del puente a la alameda.
AMO esta canción
NO HAY MEJOR MANERA DE SENTIRSE VIVO...QUE CUANDO NOS LIBERAMOS DE LO QUE NOS ANGUSTIA Y ALTERA.
ResponderEliminarSUELO PREGUNTAR...¿QUÉ BUSCA USTED EN LA VIDA...SER UNO MÁS DEL MONTÓN O SER UNO ENTRE TODOS?...LA RESPUESTA ES OBVIA...SOLO QUE EL SISTEMA ABRUMA Y A VECES GANA.
LÁSTIMA POR AQUELLOS QUE NO PUEDEN ELEGIR UNA MEJOR MANERA DE VIVIR LA VIDA.
EL HASTÍO ES AGOBIANTE...O ESTRESANTE...COMO SE DICE AHORA.
ME QUEDO CON MUCHA REFLEXIÓN Y VIVENCIAS PERSONALES...RESULTADO DE TU RELATO EN FICCIÓN...QUE ES REALIDAD PARA MUCHOS.
SALUDOS Y GRACIAS MI QUERIDA GABY
La rutina aburre, el tratar de ser perfecta en todo también.
ResponderEliminarLo triste es no tener nada ni nadie que te exige hacer cosas y cumplir horarios; y dejar pasar las horas y los días sumida en la tristeza sin deseos de hacer nada.
Despertar cada mañana pensando que que será un día igual al de ayer y similar al de mañana.
Me dejas intrigada. ¿Qué pasó después? ¿Volvió a la rutina o empezó un nuevo camino?
ResponderEliminarYa que Eschinefa te dejó ese vals, yo te dejo una de Doménico Modugno:
ResponderEliminarUn puntapie a la ciudad
Domenico Modugno
Siempre estoy aqui
encadenado a esta escribania
mientras allà sobre la niebla
se extiende el horizonte y sigo aqui
no no es fiesta ... pero
al despacho hoy no voy
cada dia siempre allì
mas por que porque si
esta mañana quien irà
quiero dar un puntapie a la ciudad
o amor mio ven tu tambien
y el jefe hoy que trabaje solo el
trabaje solo el
que han hecho de mi
que me tienen simpre aqui
solo soy un robot
que hace años dice si
esa mañana mis pulmones
quieren aire
o amor mio ven tu tambien
y el jefe hoy que trabaje solo el
quiero el verde en torno a mi
el perfume del jazmin
cuando llega el mes de abril
no mwe importa este mundo"
Besos
Es que ser perfecta siempre, aburre.
ResponderEliminarEn Madrid ocurre lo mismo, semáforos, agentes de movilidad (montones, todos juntos) y unos atascos del diez.
Un abrazo
"He put the keys in his pocket and went for a walk. A peaceful and serene walk through the noise and haste, thinking about what peace there may be in silence. The blue sea at your side. Infinite. Eternal."..
ResponderEliminarSo Beautiful.. u are a profound story teller Gabie :)
Hola Gabriela:
ResponderEliminarY cuando sonó el despertador y tuvo que levantarse..., que pasó?
Porque supongo que te refieres a un bello sueño lleno de utopía...
De todas formas, romper moldes, siempre es positivo, aunque sea una ilusión!
Feliz fin de semana,
Luis
De eso se trata, Cyrano, de dejar de ser uno más de la masa. Captaste la esencia de Azul.
ResponderEliminarGracias Eschinefa, me pasaré por ahí en cualquier momento.
Qué bueno sería poder despercudirnos de todo lo que nos agobia, ¿no Antonio? Por lo menos una vez en la vida.
La que mencionas es una espiral muy triste, María del Carmen.
Creo que la última línea te da una pista, Lina.
Otra linda letra de Modugno, AleMamá. Gracias por compartirla.
Si hablamos de atascos y de tráfico caótico, mi pobre Lima pierde, María Jesús.
Thanks Lasto Adri. That's an excerpt from the Desiderata. I recommend you to read the complete text.
No Luis, no fue un sueño. Más bien para ella fue como despertar de un largo letargo. Y le gustó.
Viva la espontaneidad y salir de la rutina!
ResponderEliminarHola Gabriela:
ResponderEliminarEs bueno, a veces, dejar transcurrir nuestro YO auténtico.
Un abrazo.
Hay gente que pareciera tener todo pero el alma vacía. Es mejor darse una pequeña libertad antes de explotar y mandar todo al diablo.
ResponderEliminarLima no tiene el cielo azul pero que lindo que es cuando uno vive lejos de èl!!
Creo que no estamos preparados para nada inteligente jiji somos latinos y hacemos lo que nos parece x eso tienen que ademàs poner policìas para que interpreten lo que dicen los semàforos, es como los puentes de la panamericana..la gente sigue y seguirà cruzando por abajo.
Besos
Romper con la rutina de vez en cuando es hasta terapéutico, Zocadiz.
ResponderEliminarLo malo, Esteban, es cuando somos nostros mismos quienes sojuzgamos a ese "yo" interno.
Nuestro cielo no será azul, Katia, pero al menos a mí me hace sentir en casa.
A veces hace falta hacer esas pausas y reconocernos humanos. No?
ResponderEliminarBello relato, Gabriela.
Un abrazo,
Cati
Me encantó el relato. En verdad, me recuerda cuando hace tres años tomé una decisión nada fácil en relación con el trabajo que tenía entonces.
ResponderEliminarAdemás, el azul es mi color favorito.
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