Entonces vienen los términos grasas trans, grasas polinsaturadas, grasas saturadas, grasas hidrogenadas. Grasas en casi todos los tamaños, formas y colores. Como para satisfacer el gusto de todos los clientes. Lo que nunca he visto es que expliquen a los ignaros qué son las grasas trans, polinsaturadas, saturadas, hidrogenadas y similares. Qué son y dónde están, para que las mamás puedan saber qué deben excluir de las loncheras de sus hijos.
Pero lo que fue una completa novedad para mí fue una lista que encontré hoy. Una lista de alimentos peligrosos. Lo novedoso es que su peligro no radica necesariamente en sus componentes. La lista original, en inglés, en la página web de la revista Time.
A continuación, indico algunos de los que llamaron mi atención.
1. El hot dog: pero no por ser embutidos ni por tener no sé cuál de los tipos de grasas. No... Los hot dogs son peligrosos por su forma, porque pueden provocar que los niños se atoren al comerlos. La Academia de Pediatría de Estados Unidos ha recomendado que sean rediseñados.
Mi generación creció comiendo este embutido en muchas formas. Creo que todos recordamos las queridas salchipapas. Nunca he sabido de nadie que se haya atorado por culpa de su forma.
2. Las hojas verdes: a pesar de haber pasado mi vida oyendo que hay que comer verduras, ahora resulta que las hojas verdes como la lechuga, la col y la arúgula son potencialmente peligrosas porque pueden no estar bien lavadas.
O sea que porque hay personas que no tienen tiempo, o ganas, de lavar las hojas verdes antes de comerlas, ya no podremos disfrutar de una ensalada César.
3. El atún: debido a sus altos niveles de mercurio, ahora deberemos mirar con desconfianza cuando nos ofrezcan una apetitosa causa limeña.
4. La yuca: si no está bien preparada puede producir cianuro, un componente mortal que puede envenenar a quien lo consume.
He leído muchos libros de Agatha Christie, pero nunca me imaginé que matar fuera tan fácil como comer una yuca.
5. El café: no por la cafeína, sino porque uno se puede quemar el cuerpo si está muy caliente y lo derramamos encima de nosotros. El café no es una bebida que yo tome, pero si el argumento para su peligro es la temperatura, habría que incluir a la leche (eso si me molestaría, y mucho), el té y todas las infusiones que se les pueda ocurrir.
O sea que porque alguien fue torpe y derramó su café, mi amiga del blog Coffeewallah no podrá disfrutar de su preciada bebida.
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