Esta no es toda la odisea. Para ver la traducción completa en castellano, ver acá. Y para ver la versión original en inglés, ver acá.Pasé dos semanas trabajando en Ucrania - junto con el corresponsal de Stern, Tilman Müller [que hacía la parte escrita], trabajábamos en una historia grande sobre una visión general del país.
Antes de empezar a trabajar, nos reunimos con el editor del periódico en inglés [Kyiv Post] - y pedimos consejo: cómo llegar acá, y cómo llegar allá. A la pregunta de cómo hacer tomas a algo referido al ejército ucraniano, este sabio hombre recomendó no desperdiciar tiempo ni energía -de todas maneras no va a funcionar.
Confiado en exceso, dejé de lado este consejo y comencé a llamar al señor Khalyavynsky - “jefe del servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Ucrania”. Durante tres días, no estaba[...]. Al tercer día, la secretaria se apiadó de nosotros y nos dio su número de fax. Escribí una carta en inglés, pidiéndole que nos ayudara con la grabación de dos cosas: estábamos interesados en la flota ucraniana ubicada en Sebastopol y la unidad de la guardia de honor ubicada en Kiev. Envié la carta Hamburgo por e-mail, pedí que la imprimieran, que los gerentes la firmaran y la enviaran por fax a Kiev.
Al dia siguiente, llamé de nuevo al servicio de prensa:
- Buenos días, mi nombre es Serhiy Maksimishin, fotógrafo de la revista Stern, Alemania. Me gustaría saber si ha habido alguna respuesta a nuestra carta enviada por fax.- ¿Qué carta por fax? No ha habido ninguna carta por fax de Alemania. - ¿Cómo que no ha habido ninguna carta? Nuestra sala de prensa dijo que mandó una ayer… - No pueden habernos mandado nada, porque no hubiéramos podido recibir nada. - ¿¿¿Cómo así??? - Porque hemos estado sin papel de fax desde hace una semana ya. - Oh Dios, ¿cuándo lo tendrán?
- En realidad, lo tenemos, pero la persona que sabe cómo ponerlo no está.
- ¿Y cuándo aparecerá esta persona?
- Llámenos el lunes, tal vez alguien aparezca…Los llamé el lunes. El papel de fax ya estaba puesto. [...]
- Señorita Svitlana, le habla de nuevo Serhiy Maksimishin, fotógrafo de la revista Stern, Alemania. Dígame por favor, ¿han recibido nuestro fax? - Si, un tipo de algo ha llegado… - ¿¿¿Qué quiere decir, “un tipo de algo”??? - Oh, pero está en un idioma extranjero, así que, ¿quién puede leerlo?... - ¿Cómo? ¿¿¿Ni una sola persona en toda la sala de prensa sabe inglés??? ¿No les da vergüenza? - Bueno… espere… preguntaré… Cinco minutos después:
- No, el jefe [del servicio de prensa] dijo que Stern debería mandarnos la carta en ucraniano.- ¿Puedo traducirla yo? - Espere. Otro cinco minutos después:
- El señor Khalyavinsky dice que, como una excepción, puede venir a nuestra oficina y traducirla acá.
[...] Empiezo a traducir. [Ella] mira por encima de mi hombro y protesta: “¿Por qué lo traduce al ruso? ¡El jefe dijo que debería estar en ucraniano!” Volví a empezar, esta vez en ucraniano. Quién diablos sabe qué es “unidad de guardia de honor” en ucraniano. Por fin, doy el fax de la carta y la traducción escrita a mano a la secretaria, se la lleva detrás de la puerta cubierta con falso cuero negro. Diez minutos después, se nos permite ingresar a la oficina del señor Khalyavinsky. A juzgar por lo bien alimentado que está, su rango no debe ser menor al de teniente coronel; no se levanta de su escritorio, esconde sus pies en chancletas azules de caucho debajo de la mesa.
[...]
Todo esto, durante una semana entera.
P.S. Si alguno de ustedes piensa que el servicio de prensa del Ministerio de Defensa ruso emplea a personas de otro tipo, están equivocados. Como decía un conocido mío, “estamos trabajando desde adentro de un cerrado círculo de [tarados]”.
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