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Se levantó como pudo, se alistó como pudo. Salió a las carreras, casi deja la puerta de la casa abierta. Corrió al paradero y tuvo la suerte de que justo pasara el bus que la llevaba.
"A pesar de todo, las cosas pueden salir bien", se dijo.
Llegó a la clase con diez minutos de retraso, y calculó que habría perdido apenas cinco minutos de disertación del profesor. "No es tan terrible", se dijo.
Divisó un asiento libre bastante cerca de la puerta y fue directo a ocuparlo.
Cuando intentaba concentrarse en la clase, se dio cuenta de que estaba al lado del chico más guapo del salón. Sí, ese al que todas miraban de lejos y con quien nadie se atrevía a hablar. Él se volteó, la miró fijamente, la saludó con un leve movimiento de cabeza, que ella correspondió nerviosamente. Le notó una extraña expresión, pero no le dio mayor importancia.
"Ya, atiende", se dijo.
Así transcurrió la clase, ella intentando atender, él volteando a mirarla de rato en rato, Siempre con la misma rara expresión, que ella interpretó positivamente.
"Buenos, chicos, hasta la próxima clase. Muchas gracias", se despidió el profesor mientras guardaba el libro con el que siempre daba su clase.
Ella vio cómo el chico salía del salón sin apuro. De ahí, se levantó y fue directo al baño. Con las prisas de la mañana ni se había acordado de ir. Al entrar al baño, se cruzó con otra chica que salía y que la miró con la misma expresión rara que había tenido el chico a lo largo de toda la clase.
Se miró al espejo y lo vio. Ahí estaba el tremendo rulero azul eléctrico que se ponía todas las noches para amansar ese mechón rebelde y con vida propia que en su apuro olvidó completamente.
"Ay, no, las cosas finalmente me salieron mal".
Siempre podría ser peor... decía por ahí, un tal Murphy... ��
ResponderEliminarMe gustó el relato, muy ameno y divertido... Te deja pegado queriendo saber qué sucede.
Saludos!!
Y vaya que estuvo peor...
Eliminar¡Gracias por leer!
Qué faena. Pobrecilla. Un beso
ResponderEliminarTremendo chasco, pobre.
EliminarMuy gracioso.
ResponderEliminarY vergonzoso...
EliminarLas que vivimos apuradas nos suele suceder cosas parecidas. Por eso antes de salir, con la almohada aún pegada a la cara, me fijaba si no me había puesto una prenda al revés...jejeje!...
ResponderEliminarBesosGabriela
Nunca me ha pasado, debe ser porque soy precavida con la hora.
EliminarYa tiene tema de conversación con el guapo 😉
ResponderEliminarSi se atreve a hablarle después de eso.
EliminarJa ,ja ja pero viéndolo bien algo positivo sacó de su descuido pues logró que el chico guapo de la clase la mirara directamente y de cerca.
ResponderEliminarNo creo que le haya gustado mucho el motivo, ja, ja.
EliminarSe olvidó del rulero! Bueno, puede pasar una vez, pero seguro nunca más le volverá a ocurrir. Divertida historia.
ResponderEliminarEs de esas cosas que solamente pasan un vez en la vida.
Eliminar¿En serio? Jajajajaja... ¡Nos pasa algo así y no volvemos por clase en la vida! Aunque, desde luego consiguió que el chico guapo se fijara en ella...
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
A mí también se me caería la cara de vergüenza...
EliminarDicen que las prisas no son buenas para nada.
ResponderEliminarSeguro que el próximo dia que coincida con el chico le dice algo.
Veremos qué pasa.
EliminarJajaja, muy bueno Gabri. Qué bien sabes mantener la intriga hasta el final. El despiste y el atolondramiento van del brazo con las prisas. A mí me pasa que aunque madrugue bastante para ir al trabajo en mi coche siempre acabo corriendo al último minuto. Y a menudo me olvido de algo, e incluso una vez llevaba el impermeable del revés. Rulos no uso por suerte pues no los necesito pero me daría apuro llegar al trabajo en pantuflas...
ResponderEliminarPor cierto, muy humilde el profe agradeciendo a los estudiantes la atención. Debería ser al contrario, no?
Un saludo muy afectuoso hasta Lima.
P. D. Siento estar alejada de Bloguilandia más que nada por perderme relatos asi. Intentaré de todos modos entrar de vez en cuando en vuestros espacios si el tiempo libre y las cervicales me lo permiten 🤗🦋🍁
Chisa, qué sorpresa encontrarte por acá.
EliminarPasa por acá de vez en cuando. Siempre es un gusto verte y leerte.
Ayyy esasss prisas. Muy muy bueno. Me paseé una vez por Béjar con la camiseta del revés, nadie me dijo nada, pero cuando me dí cuenta me puse como un tomate y me metí en un portal a darle la vuelta.
ResponderEliminarBuen lunes.
Un abrazo.
Felizmente pudiste solucionarlo.
EliminarBuena semana y buen noviembre, Laura.
un placer descubrirte y leerte O quizas te he leido antes
ResponderEliminarun abrazo lleno de frio desde un Otoño en Miami
Bienvenida, y que seas visita frecuente.
EliminarAcontece a quem faz tudo correndo. Não é o meu caso. Sou absolutamente pontual!
ResponderEliminarPor eso es mejor levantarse a tiempo.
Eliminar:D
Coitada da moça. ahah essas coisas acontece.
ResponderEliminarBjos minha querida, fique com Deus!!!
Gracias, Ana+´ja. Quedae con Dios también.
EliminarEsas cosas pasan cuando tenemos la mente puesta en diferentes temas. ¿Cúando buscamos las gafas y están sobre la cabeza? Pobre chica!
ResponderEliminarPobre, seguramente hasta ahora recuerda el asunto.
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