Hotel |
Entró puntual al hotel en el que trabajaba haciendo la limpieza de los cuartos. Ni conocía las caras de los huéspedes, entraba cuando ellos ya se habían ido. Y si se los cruzaba en algún pasadizo, a ella casi no la veían.
No importaba. Ella hacía su trabajo y aunque era agiotador, lo hacía con cariño. Le gustaba dejar los cuartos bien ordenados, deshacer el caos que los turistas dejaban todos los días.
"Si yo me fuera de vacaciones, también dejaría todo desordenado, para variar de las obligaciones diarias", se decía mientras hacía magia con sus manos. Y es que hacía magia, en un segundo sacaba las arrugas de las sábanas, desaparecía los papeles regados en el suelo, doblaba las toallas en el baño y reponía los frasquitos.
Después de hacer magia en un cuarto, salió y pasó al siguiente. Casi como una máquina, infalible y mecánica.
Al abrir la puerta, el desorden la golpeó sin aviso. A pesar de que ya estaba acostumbrada, ese desorden la impresionó. Puso manos a la obra de inmediato, aunque no sabía por dónde empezar.
Sobre una silla vio una caja. "Claro, con este desorden ni cuenta se dieron y se olvidaron de esto", pensó ,mientras se acercaba a la caja. Debía dejarla en la Administración, por si los huéspedes la reclamaban.
Al tenerla en la mano, vio que había una nota escrita a mano pegada con cinta adhesiva: "Gracias por mantener nuestro cuarto ordenado y limpio. Perdón por nuestro desorden. Como compensación le dejamos un dulce de nuestro país para que lo disfrute con quien más quiera".
Se quedó sin palabras, paralizada de asombro. A la máquina infalible le tomó un buen rato reponerse.
Máquina infalible y ahora ¡más dulce! (porque seguramente ya lo era, suelen ser personas dulces).
ResponderEliminarY más consciente de que no es invisible.
EliminarQué agradable sorpresa se llevó la señora. No es muy común que las personas se detengan a pensar en los demás aunque sea con un pequeño regalo.
ResponderEliminarY seguro que lo disfrutó con quien más quiere, como decía la nota.
EliminarQue buen detalle. Seguro que le dio fuerza para seguir haciendo bien su trabajo , como era su costumbre.
ResponderEliminarYo creo que aún le dura la sonrisa.
EliminarDesde luego fue un detalle, pero mejor que hubiera venido acompañado de cierto orden en esa habitación. ¡No entendemos eso de dejar el cuarto como si fuera una cuadra para que lo limpie y ordene otro! Nooooo, eso es para nosotras una falta de educación y de respeto hacia el otro, por mucho pastelito que dejen.
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Como piensa Raquel, es para variar de las obligaciones diarias. Lo malo es que personas como ella pagan los patos rotos.
EliminarPienso que es lógico dejar algo de desorden en el.hotel pero eso mismo sirve para que muchas chicas tengan trabajo arreglando y limpiando a las cuales sí.les puede agradecer con una propina.
ResponderEliminarO con un dulce también.
EliminarSorpresa que le alegró el día.
ResponderEliminarBuen domingo.
Un abrazo.
Y el día siguiente también sin duda.
EliminarBuena semana, Laura.
Bonito detalle para un trabajo muy ingrato y poco reconocido.
ResponderEliminarEra la idea, hacer visible lo invisible.
Eliminar:D
Esse foi um gesto bonito. O reconhecimento do trabalho bem feito.
ResponderEliminarOjalá gestos así se multiplicaran.
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