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- A Sri Lanka.
- ¿¡A dónde!?
De ahí venía la explicación, que Sri Lanka es una isla en forma de gota al este de India. Creo que nadie nunca antes había oído la expresión "lágrima de la India".
Debo haber escuchado esas preguntas más de 50 veces en los últimos dos meses cuando en la conversación surgía el asunto de mi viaje. Y es que la última reunión de Global Voices se llevó a cabo en Colombo, capital de Sri Lanka.
Como suele ser con estos viajes, los preparativos fueron casi tan emocionantes como el viaje mismo. Lo que más opacaba la emoción era la cantidad de horas que debía pasar en un avión: en total, 25 horas, sin contar las esperas en tres aeropuertos. El tramo más largo era de 15 horas... entre Sao Paulo y Dubái.
Finalmente, llegamos a una ciudad que nos recibió llena de verde. Digo llegamos porque el grupo de iba nutriendo en cada parada. De Lima partí sola, en Sao Paulo me encontré con Victoria y en Dubái ya éramos más de diez. A Colombo nuestro avión llegó casi junto a otro procedente de Doha, con otra parte del grupo. Así que en el aeropuerto internacional de Bandaranaike éramos un grupo muy nutrido que partió en tres camionetas rumbo al hotel.
En la tarde de la llegada, Janine, Tadeo y yo fuimos a una tienda de artesanías. En realidad, los tres andábamos como zombies, veníamos viajando desde el sábado y ya era lunes. Hechas las compras, regresamos al hotel. Todavía no anochecía y Janine y yo, que compartíamos la habitación, ya estábamos durmiendo como si fuera medianoche.
Ni cuenta nos dimos de la lluvia que empezó esa noche. Que empezó esa noche y no paró en toda la semana que estuvimos por ahí.
Es rara la sensación de lluvia para mí, que vivo en una ciudad asentada en un desierto donde la lluvia son gotas mínimas que no echan a perder los planes de nadie. Ahora ya puedo decir que sé cómo es oír llover.
El hotel elegido estaba al lado de la playa, a la que nadie pudo ir porque no paró de llover. Desde mi ventana, veía el mar encrespado por el viento que acompañaba la constante precipitación. El Índico ante mis ojos, tan cerca y a la vez tan lejos.
Así transcurrió esa inolvidable semana, entre reuniones, risas, encuentros, conversaciones y mucha camaradería. Y lluvia, mucha lluvia. Supe que al día siguiente de mi partida, que fue de noche, salió el sol.
Tuve que recorrer casi medio mundo para ver llover. Valió la pena toda la aventura.
HOLA GABY: BELLA EXPERIENCIA, SIEMPRE ES UN GUSTO ENORME LEERTE, PERCIBIR TUS SENSACIONES, GRATAS.
ResponderEliminarNO HAY COMO LA LLUVIA VERDAD?.
SOY ADICTO A LAS CAÍDAS DE AGUA, LÁSTIMA QUE NO TENGAMOS ESE GOCE EN NUESTRA ADORADA LIMA.
SUELE QUEDAR SIEMPRE FRUSTRACIÓN CUANDO NO SE DISFRUTA DEL MAR, EN ÉPOCA DE LLUVIAS, ME PASÓ EN RÍO...SOBRE TODO EN UNO DESCONOCIDO COMO EL ÍNDICO.
DEBES CONTARNOS MÁS SOBRE TU VIAJE, NOS DEJAS CON LAS GANAS DE CONOCER, A TRAVÉS DE TUS RELATOS CÓMO SON AQUELLOS LARES.
GRACIAS A DIOS POR TRAERTE CON BIEN A NUESTRO PAÍS.
SALUDOS Y BIENVENIDA.
PD. POR CIERTO, GENIAL EL CÓDIGO QR EH!!!!!
Fue un viaje largo, productivo, interesante, lleno de novedades. Di casi la vuelta al mundo y por ratos me sentía en otro mundo.
EliminarSi resulta hermoso viajar, más lo es cuando tenemos las posibilidades de llegar a lugares tan lejanos y exóticos, Gabriela.
ResponderEliminarClaro que para ver llover, pero lo que es llover, hay sectores de Chile que te quedarían"algo" más cerca.
Nunca olvidaré una colosal precipitación que me tocó en la austral Punta Arenas, insólita para quién vive en Santiago. En segundos y sin remedio quedas empapado hasta el alma. De modo que comprendo plenamente tus sensaciones en Sri Lanka.
Imagínate yo, Esteban, nada acostumbrada a la lluvia pues en Lima es algo que no hay. Y eso que fue torrencial solamente por momentos, pero para mí era como un diluvio, ja, ja.
EliminarCada viaje tiene sus sorpresas y encantos. En este, la omnipresente lluvia fue la característica. Toda una novedad para mí que casi no sé lo que es ver llover.
ResponderEliminarPena que tenha chovifo sempre. Deve ser uma ilha muito interessante.
ResponderEliminarCiertamente, es una isla muy interesante. Un mundo diferente.
Eliminar¡Menudo viaje, Gabriela! Qué emoción cruzar el mundo con amigos y compartir experiencias y vivencias que unen para toda la vida. Y si a eso, le añadimos la lluvia... ¿Qué más se puede pedir?
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Un día sin lluvia hubiera sido bueno, ja, ja. Pero como experiencia valió totalmente la pena.
EliminarGracias por compartir tus experiencias de ese viaje al otro lado del mundo. Y qué lindo ver la lluvia y recordar las de nuestra Selva. Bienvenida y a seguir contando tus recuerdos de viaje en tu blog.
ResponderEliminarPara quien no está acostumbrado a la lluvia, como yo, la cosa fue totalmente nueva e inolvidable.
EliminarCada viaje nos deja un sinfin de vivencias y recuerdos. Que bonita experiencia debe haber sido, gracias por compartir!
ResponderEliminarSaludos!
Ciertamente, Soñadora, fue todo un mundo de experiencias.
EliminarLindo viaje, sobre todo yendo a tierras tan lejanas a las que por lo general ni siquiera se le ocurre que las pueda conocer. Te felicito por haber hecho ese viaje que dejará grabados muchos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solamente por la cantidad de horas de vuelo, ya el viaje requiere valor, ja, ja.
EliminarQué viaje emocionante, Gabriela! Lo recordarás siempre.
ResponderEliminarBesos
Definitivamente, sí.
EliminarLos viajes siempre nos dejan buenos recuerdos. Este además te hizo el regalo de saber como suena la lluvia. Me encanta ver llover Gabriela y más ese olor a limpio que deja después.
ResponderEliminarGracias por compartir y por estar siempre
Buen fin de semana.
Besos.
Nunca había visto llover tantos días seguidos, y ya eso es una experiencia nueva.
EliminarQue Lindo y envidiable tu viaje.
ResponderEliminarE inolvidable.
EliminarComo é longe esse lugar. meu Deus. Mas valeu pela chuva. Quando quiser ver chuva venha aqui em minha cidade, chove quase todos os dias. Inverno e verão.
ResponderEliminarQuero te desejar um feliz natal e novo ano cheio de alegrias pra ti e tua família.
Bjos
Sí que está lejos, Anajá, ten la certeza de que valió la pena.
Eliminar¿25 horas de viaje???? Qué barbaridad. Seguro que fue una experiencia increíble. Pues fíjate, a mí la lluvia me trae recuerdos de la infancia. Siempre llovía y las botas de goma eran parte de nuestros pies. Ahora tengo la sensación de que llueve menos que antes. Un abrazo
ResponderEliminarUna barbaridad, y es tan lejos como se oye. Pero ya de vuelta en casa, con las incomodidades dejadas de lado, todo se hace pequeño al lado de las experiencias adquiridas.
EliminarViajar, viajar, viajar que envidia.
ResponderEliminarDusfrutalo siempre que puedas. Un abrazo .
Así lo haré, Chelo, tenlo por seguro.
EliminarFeliz Natal, querida Gabriela.
ResponderEliminarAté ao ano!
Beijinhos
Obrigada, Nina.
Eliminarqué viaje tan aventurero donde el sonido de la lluvia es protagonista y además lo dices sin lamentarse casi como si fuera un verdadero gusto oír llover días seguidos después de un viaje interminable...como siempre el verdadero placer es leerte...
ResponderEliminarFeliz Navidad junto a tu familia 🎄🎶🎹🎸🎷
Para mí, la lluvia así es una novedad. Si bien nos impidió algunas actividades al aire libre, no se puede decir que interrumpiera la magia de la reunión.
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