jueves, 14 de septiembre de 2017

Reclamo airado e infundado

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Relativamente cerca de mi casa, hay un autoservicio bastante grande al que suelo ir a hacer compras. Voy caminando y si las compras no son muy pesadas, regreso caminando también. Pero a veces la carga es mucha y ahí amerita tomar un taxi.

Felizmente, a la entrada siempre hay siempre una fila de taxis registrados en la tienda con los que se puede regresar a casa con seguridad. Las tarifas que cobran son bastante razonables.

Una de tantas veces que tomé un taxi de regreso a casa, me tocó un conductor bastante conversador. Aunque ese día hubiera preferido un viaje silencioso, el tono amable del chofer me hizo seguirle la charla fácilmente.

Pocas cuadras después de haber partido, le cambió la voz. Me di cuenta de que lo que seguía era más serio que sus opiniones sobre el clima y el estado de las pistas:
- ¿Sabe qué me pasó el otro día?
- ...
- Se acercó una señora a mi taxi, igualito como hizo usted ahorita, y me preguntó cuánto le cobraba por llevarla a su casa.

En Lima, con los taxis que uno toma en la calle y no a través de una agencia, el trato del precio del recorrido se hace entre chofer y pasajero antes de subir al auto. En casos como los taxis registrados en los autoservicios, las tarifas son fijas y no cabe discutir al respecto.

Entonces, me siguió contando:
- La única compra de la señora era un televisor. Grande, mínimo 32 pulgadas. La caja nuevecita, se veía la marca. Cuando me dijo dónde vivía, le dije la tarifa y su respuesta fue: "muy caro, señor".

A pesar de que el taxista le dijo que la tarifa ya estaba fijada, la señora insistió en una rebaja. Como la respuesta siguió siendo negativa, la señora se fue de manera bastante altanera y tomó un taxi de la calle. El primero que le dio la tarifa que ella esperaba pagar, sin duda.

Dice el taxista que menos de cinco minutos después, vio que la señora regresaba, casi corriendo con el rostro desencajado. Dando gritos, prácticamente se lanzó sobre el taxista, que no entendía nada hasta que logró sacar en claro que la señora había sido víctima de un robo. El taxista en cuyo auto se había ido la señora la obligó a bajarse en la siguiente cuadra y arrancó raudamente con el televisor nuevo en su caja intacta.

- ¿Se imagina? Por ahorrar uno o dos soles, la señora terminó perdiendo su televisor nuevo recién comprado. Se fue a acusarme con el administrador del autoservicio, que con mucha educación le dijo que la responsabilidad era de ella por no tomar el taxi de la tienda. Muerta de cólera, la señora se fue. Supongo que esta tienda perdió una clienta ese día.
- Una clienta que no necesitan, señor.
- Tiene usted toda la razón.

Este es mi más reciente artículo para Global Voices: Santa Rosa de Lima: Santidad a con modernidad.

22 comentarios:

  1. Pobre señora, cuánta inseguridad,¿no? Quizás se dejó parte de sus ahorros en el tv. ¿Allí los almacenes no tienen entrega a domicilio de grandes electrodomésticos? Vaya faena...

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    1. Sí tienen entrega, pero algunas personas piensan más en ahorrar unas monedas que en la seguridad. El costo puede ser muy alto.

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  2. Ilógico, verdad? Hay riesgos que no se toman.

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  3. Quando visitei o Peru, fui alertada para o perigo de entrara em táxis não referenciados. Pelo que contas, o perigo é real!

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    1. Hay de todo, y la verdad es que esta señora se arriesgó demasiado. Como en cualquier parte, hay que tener cuidado y no exponerse.

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  4. Pobre señora , pero sabiendo del riesgo que corrìa no sé porqué lo cogió.

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    1. La respuesta es una sola, Chelo: por tacaña, tan simple como eso.

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    2. Es la famosa "viveza criolla". En este caso le salió mal a la señora que pretendió ahorrarse algún dinero antes que cuidar su seguridad.

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    3. Le salió el tiro por la culata, Acirema, se encontró con un criollo más vivo que ella.

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  5. ¡Qué situación para la señora! Por ahorrarse unos duros que mal le salió la jugada, fue un poco rácana, sin duda, pero no se merecía ese desenlace.

    Besos mil de las dos

    J&Y

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    1. Nadie se merece que le roben, pero como dijo Carmen en su comentario, hay riesgos que no se toman.

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  6. A veces tanta racanería pasa factura. La próxima vez tendrá más cuidado.
    Buen inicio de semana Gabriela. Besos

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  7. ¡Qué miedo! Yo, sin duda no me hubiera arriesgado.

    Un besote

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    1. La verdad, yo tampoco, y menos si consideras que el "ahorro" debía ser muy poco en comparación al riesgo.

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  8. curioso que se negocie el precio del recorrido con el taxista, tal vez por eso la señora pretendía rebaja también en el taxi de la tienda, cierto que aunque no se merecía el robo tampoco el pobre taxista merecía el rapapolvo que la atolondrada mujer le soltó...

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    1. Ese sistema de tomar taxi no es algo que me guste mucho tampoco, pero felizmente ahora hay taxis con sistemas más formales.
      Digamos que la señora pudo haber evitado el mal resultado que afectó a otras personas.

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  9. Ese sistema de negociar casi ya no existe en Chile,
    pero hay una manera más "moderna" de esquilmar a los pasajeros, Gabriela:
    Adulterar los taxímetros.

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    1. Siempre habrá un vivo que irá por el camino de "hecha la ley, hecha la trampa".

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  10. La verdad que los boleros son muy romántico y recordarlos en un placer como mayor que soy .

    Las comidas con las exvocecitas son verdadero placer !

    Pensar que un simple HOLA cuando no lo esperas es maravilloso !

    Ja,ja el manjar al final fue al cielo . Yo cuando llegué a España era lo que hacia para tener algo similar a el dulce de leche de mi país .

    Lo del taxi pasa si , uno no piensa que eso puede pasar ; creo que en nuestros países pasa mas a menudo , y es triste .


    Un beso , cuìdate .

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    1. Hubiera pensado que en España es fácil encontrar manjarblanco, dulce de leche o como se le conozca por allá. Pero sí, ese manjarblanco se fue al cielo, lugar perfecto para tremendo manjar de los dioses.

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