Luego de una reciente vista a México, y antes de compartir las crónicas de ese viaje, vuelvo a publicar una entrada escrita con ocasión de un viaje hecho años atrás.
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Los aeropuertos son lugares llenos de emociones, de gente que llega, de gente que parte, de gente que se saluda, de gente que se despide, de gente que llora, de gente que ríe, de gente que va sola, de gente que va acompañada, de gente que va sola que preferiría ir acompañada, de gente que va acompañada que preferiría ir sola.
Los aeropuertos son lugares de comienzos, de finales, de decisiones definitivas, de decisiones momentáneamente definitivas, de decisiones definitivamente no definitivas.
Los aeropuertos son lugares donde se inician aventuras, expediciones, travesías. Los aeropuertos son lugares de inicios de descubrir nuevos nombres, nuevas imágenes, nuevas costumbres. Los aeropuertos son lugares donde terminan viajes, aventuras y donde empiezan los recuerdos.
Los aeropuertos son lugares de millas, de kilómetros, de horas de llegada, de horas de partida, de retrasos, de puntualidades, de equipaje, de alegrías, de tristezas, de sonrisas, de lágrimas, de risas, de ansiedades, de tranquilidades, de miedos, de calmas, de amabilidades, de torpezas.
Por donde se les mire, los aeropuertos son puntos de partida y de llegada.
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Los aeropuertos son lugares llenos de emociones, de gente que llega, de gente que parte, de gente que se saluda, de gente que se despide, de gente que llora, de gente que ríe, de gente que va sola, de gente que va acompañada, de gente que va sola que preferiría ir acompañada, de gente que va acompañada que preferiría ir sola.
Los aeropuertos son lugares de comienzos, de finales, de decisiones definitivas, de decisiones momentáneamente definitivas, de decisiones definitivamente no definitivas.
Los aeropuertos son lugares donde se inician aventuras, expediciones, travesías. Los aeropuertos son lugares de inicios de descubrir nuevos nombres, nuevas imágenes, nuevas costumbres. Los aeropuertos son lugares donde terminan viajes, aventuras y donde empiezan los recuerdos.
Los aeropuertos son lugares de millas, de kilómetros, de horas de llegada, de horas de partida, de retrasos, de puntualidades, de equipaje, de alegrías, de tristezas, de sonrisas, de lágrimas, de risas, de ansiedades, de tranquilidades, de miedos, de calmas, de amabilidades, de torpezas.
Por donde se les mire, los aeropuertos son puntos de partida y de llegada.
Lo mejor de un aeropuerto es encontrar rostros queridos y abrazos de bienvenida cuando llegas a tu destino.
ResponderEliminarLo mejor de llegar es que te reciban con una sonrisa.
EliminarSon misteriosos, enigmaticos, con un viaje por el tiempo...son una puerta a otra dimension...desconocida, nueva, diferente...Quizas como bien dices "punto de partida y llegada", pero jamas sabras cual es la que toca vivir.
ResponderEliminarBesos, feliz dia!!
Partida y llegada, a veces a una vida totalmente nueva, Patricia. Que sea para bien.
EliminarY una lata a la hora que cancelan un vuelo que nos impedirá hacer una conexión, o a la hora de los sobrepesos al documentar maletas.
ResponderEliminarUn beso de anís.
Las cancelaciones son siempre lamentables, Sara, pero los aeropuertos son mucho más que eso.
EliminarLos aeropuertos esos inmensos lugares donde cabe todo lo que has descrito...de donde partimos con la emoción de la aventura y llegamos con la maleta llena de recuerdos.
ResponderEliminarAcertado post le has dedicado.
Un beso.
Una maleta llena de recuerdos que vivirán por siempre con nosotros, Laura.
EliminarSon grandes testigos de emociones de idas y vueltas...
ResponderEliminarImagina si pudieran hablar, Milena.
Eliminarpara mí son siempre lugares de alegría y tristeza; de alegría cuando comienzas tu viaje y de tristeza cuando se acaba.
ResponderEliminar¡Adoro viajar!
Pues somos dos. Después de un viaje, uno llega recargado y lleno de anécdotas.
EliminarGabriela has hecho una síntesis perfecta sobre todo lo que se vive en un aeropuerto. Al llegar sube la adrenalina, pues no se sabe ciertamente que va a suceder en más: saldrá el vuelo a horario?. en qué fila me pongo?, el equipaje llegará conmigo?,habrá turbulencias? qué veré cuando llegue?...etc, etc.
ResponderEliminarBesos hoy desde
http://norma2-siempreesprimavera-norma2.blogspot.com.ar/2015/11/asi-suenan-los-anillos-de-un-tronco-de.html
Yo agrego una pregunta más: ¿qué películas encontraré entre las que ofrecen?
EliminarQuerida Gabriela, excelente a tua definição de aeroporto.
ResponderEliminarDecididamente, não gosto de aeroportos.
Bom fim de semana.
Beijo da Nina
Para quien viaja tanto como tú, Nina, se entiende que no te gusten mucho los aeropuertos.
EliminarY por todo lo que dices, Gabriela, resultan apasionantes...únicos.
ResponderEliminarLlenos de misterio también, Esteban.
EliminarLo has explicado de una manera exhaustiva Gabriela. A mì me gusta llegar al destino, el aeropuerto me produce una cierta ansiedad, aunque cada vez se parecen màs a un centro comercial y eso distrae bastante. En cualquier caso mientras espero el aviòn tengo siempre una rara sensaciòn de algo que se queda atràs...
ResponderEliminarTengo esa misma sensación, Chusa, pero a la vez tengo la idea de que se vienen cosas buenas y nuevas.
EliminarNo solemos viajar mucho en avión, así que para nosotras los aeropuertos son directamente sinónimo de aventura.
ResponderEliminarUn beso fuerte de las dos
J&Y
Las estaciones de tren y de bus también tienen su encanto.
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