Su partida de nacimiento decía que tenía cinco nombres. Yo la conocía como Maricarmen, aunque de chicos le decíamos la tía Titita. Sus nietos la volvieron a bautizar como Maque tiempo después.
Era mi madrina, amiga de mi mamá desde los tiempos en que ambas llegaron a Lima a estudiar en la universidad, una Medicina, Ciencias Económicas la otra. Venía de Huancayo, directo a una pensión regentada por monjas, en donde conoció a mi mamá. Curiosamente, las dos cambiaron de carrera y terminaron estudiando Periodismo.
Si sacamos cuentas, esa amistad hace rato que cumplió las Bodas de Oro. Y estaba firme como el primer día.
Su nombre venía asociado a mil historias de confusiones y despistes, a cual más graciosa. Resulta que Maricarmen nació zurda en un tiempo en que eso era malo, en una época en que a los niños zurdos se les amarraba la mano izquierda para que escribieran "como tiene que ser". Ella lo resolvió escribiendo como diestra en el colegio y como zurda en su casa. Lo que sin duda es un logro que merece todo reconocimiento le valió no tener idea de cuál es la derecha y cuál la izquierda. Felizmente, yo vivo en un tiempo en que a los zurdos nos dejan expresarnos libremente con la mano que más nos acomoda.
Por lo tanto, para ella perderse era lo más común. Una vez, en sus tiempos universitarios, regresando a casa en un bus, se encontró con la ruta cerrada por algún motivo. Como el bus tomó otro camino, ya no supo dónde estaba ni cómo retomar las calles que tuve que aprender a conocer de memoria. Terminó regresando en un camión, sentada al lado de un amable chofer que accedió a llevarla a su casa, y que le daba fuertes pisotones cada vez que apretaba algún pedal. Por no pecar de malagradecida, aceptó cada pisotón sin decir nada.
Era admirable cómo tomaba esos incidentes con un humor envidiable.
No se contentó con estudiar Periodismo. Su sueño era ser abogada, y lo consiguió cuando ya era madre de hijos profesionales. Se llenaba de orgullo cuando contaba que estaba estudiando y luego cuando se graduó. Después quiso abrir un blog, aventura en que la acompañé. Hasta ahora me asombro de lo rápido que aprendió y de cómo creció su lista de amigos por ese medio. Por eso decía que yo era su madrina de blogs. Lamentablemente, personas inescrupulosas tomaron por asalto su cuenta y se vio obligada con mucha pena a dejar blog y amigos.
Esta mañana me enteré de que ya partió. Después de pasar meses enteros enfrentándose a una serie de reveses a su salud de los que no vale la pena ni recordar ni mencionar, podemos decir que ya descansa.
Hasta siempre, tía Titita.
Era mi madrina, amiga de mi mamá desde los tiempos en que ambas llegaron a Lima a estudiar en la universidad, una Medicina, Ciencias Económicas la otra. Venía de Huancayo, directo a una pensión regentada por monjas, en donde conoció a mi mamá. Curiosamente, las dos cambiaron de carrera y terminaron estudiando Periodismo.
Si sacamos cuentas, esa amistad hace rato que cumplió las Bodas de Oro. Y estaba firme como el primer día.
Su nombre venía asociado a mil historias de confusiones y despistes, a cual más graciosa. Resulta que Maricarmen nació zurda en un tiempo en que eso era malo, en una época en que a los niños zurdos se les amarraba la mano izquierda para que escribieran "como tiene que ser". Ella lo resolvió escribiendo como diestra en el colegio y como zurda en su casa. Lo que sin duda es un logro que merece todo reconocimiento le valió no tener idea de cuál es la derecha y cuál la izquierda. Felizmente, yo vivo en un tiempo en que a los zurdos nos dejan expresarnos libremente con la mano que más nos acomoda.
Por lo tanto, para ella perderse era lo más común. Una vez, en sus tiempos universitarios, regresando a casa en un bus, se encontró con la ruta cerrada por algún motivo. Como el bus tomó otro camino, ya no supo dónde estaba ni cómo retomar las calles que tuve que aprender a conocer de memoria. Terminó regresando en un camión, sentada al lado de un amable chofer que accedió a llevarla a su casa, y que le daba fuertes pisotones cada vez que apretaba algún pedal. Por no pecar de malagradecida, aceptó cada pisotón sin decir nada.
Era admirable cómo tomaba esos incidentes con un humor envidiable.
No se contentó con estudiar Periodismo. Su sueño era ser abogada, y lo consiguió cuando ya era madre de hijos profesionales. Se llenaba de orgullo cuando contaba que estaba estudiando y luego cuando se graduó. Después quiso abrir un blog, aventura en que la acompañé. Hasta ahora me asombro de lo rápido que aprendió y de cómo creció su lista de amigos por ese medio. Por eso decía que yo era su madrina de blogs. Lamentablemente, personas inescrupulosas tomaron por asalto su cuenta y se vio obligada con mucha pena a dejar blog y amigos.
Esta mañana me enteré de que ya partió. Después de pasar meses enteros enfrentándose a una serie de reveses a su salud de los que no vale la pena ni recordar ni mencionar, podemos decir que ya descansa.
Hasta siempre, tía Titita.
A través de este post le haces a Maricarmen un hermoso homenaje, esa gran mujer sin duda, besos
ResponderEliminarSí, realmente era especial.
EliminarAmiga de verdad, así es Maricarmen. ES. Será muy difícil hablar de ella en pasado. Porque siempre estará entre nosotros. Ahora también está junto a su Javier de toda la vida.
ResponderEliminarEs de quienes nunca se van, Acirema.
EliminarGran mujer que no se ha ido del todo, os deja mucho y bueno para recordarla.Y ahora descansa ya en paz.
ResponderEliminarBonito post Gabriela allá donde esté seguro que sonrie el verlo.
Buen fin de semana.
Un beso.
Espero que así sea, Laura.
EliminarA Maricarmen la conozco post mortem, Gabriela, gracias a tu pluma. Me ha fascinado su historia de fervor y esfuerzo.
ResponderEliminarQué terrible que nuestros antepasados hayan considerado ser zurdo, casi obra del diablo.Ahora, eso de no saber distinguir entre la derecha y la izquierda no tiene importancia, de momento que muchos políticos tampoco lo saben.
Y eso que me he quedado corta en historias, Esteban. Fácilmente daría tema para muchas entradas de blog.
EliminarLo siento muchísimo, Gabriela.
ResponderEliminarBonito homenaje a una mujer todoterreno que dejó huella.
Es una pena que debamos separanos de nuestros seres queridos...
Un beso
Pd: curiosamente tengo una tía a la que obligaron a escribir con la derecha siendo zurda en la época que mencionas.
Hoy es ambidiestra también.
Todoterreno es una buena manera de definirla, Marta. Dejó huella, sin duda.
EliminarUn emocionado recuerdo para una persona tan importante en tu vida. Y te agradecemos enormemente que hayas compartido tu cariño y sentimientos con todos nosotros. Una de nosotras también es zurda, y gracias a Dios, siempre le han dejado serla.
ResponderEliminarSentimos mucho tu pérdida, un beso enorme
J&Y
Gracias a las dos.
EliminarXOXO.
Bonito homenaje, aquí queda un trocito de ella, bien inspirador.
ResponderEliminarLo que queda de ella es enorme, Milena, realmente grande.
EliminarPrecioso escrito Gabriela. GRAN MUJER. Estas personas nunca se van del todo, en tu corazón siempre brillará toda la alegría que te transmitió y todo lo que viviste y aprendiste con ella.
ResponderEliminarBesos de ánimo.
Sí, era alegría lo que transmitía, siempre llena de historias tan bien contadas.
EliminarSus hijos dicen: gracias (vía Facebook).
ResponderEliminarEl mayor: "Me has hecho recordar historias que no escuchaba desde niño y recordar la vocación permanente por aprender que ella tenía, le encantaba estudiar. Estoy seguro de que desde el cielo está disfrutando lo que escribes".
El menor: "Mi mami las veía no solo como sobrinas, sino como amigas, y siempre estuvo orgullosa de ustedes. Sus papás y los nuestros siempre fueron grandes amigos y siempre lo serán! Gracias por todo!".
La ahijada dice: de nada.
EliminarGabriela, esse é um relato lindo com fim triste.
ResponderEliminarTitita, porém, não morrerá nunca, enquanto permanecer viva no coração de quem a ama.
Beijo da Nina
Y por lo visto, son tantos los que la quieren que se quedará por un buen rato.
Eliminar¡Qué putada Gabriela! Lo siento mucho :(
ResponderEliminarGracias Holden, lo has definido perfectamente.
EliminarFoi uma vitoriosa enquanto viveu, que bom que Titita deixou boas lembranças para ser lembrado. meus sentimentos.
ResponderEliminarBjos tenha uma ótima semana.
Sí, una victoriosa, Anajá. Ya se le extraña.
EliminarHola: siento mucho leer este triste noticia. Que descanse en Paz. Mucho ánimo. Acabo de llegar a tu blog y me gusta esa idea de convertirlo en tu espacio para compartir vivencias. En este momento he creado un blog dedicado a los jóvenes y al uso que hacen de las nuevas tecnologías. Te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.
ResponderEliminarBienvenida Marta y gracias por la visita. Sigamos en contacto, me paso a visitarte también.
EliminarGabriela, es una linda forma de despedirte escribir estos recuerdos de ella. Siempre se cruzan en nuestro camino seres especiales que son un ejemplo de empuje y perseverancia.
ResponderEliminarTe comento que también soy zurda y justamente por esas correcciones de antes hay cosas que hago mejor con la derecha.
Saludos!
Yo nunca quise someterme a un mundo al revés. Toda la vida he usado la mano izquierda para todo, salvo contadas cosas como cortarme las uñas de la maño izquierda, ja, ja.
EliminarVoy a mirar más bajo la falda del blog..
ResponderEliminarMuy bien, Jordim.
Eliminaro.O
Hasta siempre a tia Titita que con tu bonito homenaje y sin conocerla nos la has hecho apreciar. Nunca la olvidaràs
ResponderEliminarImposible. Es inolvidable.
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