Este blog ha servido muchas veces como lugar donde renegar (¡vaya que sí!), pero en esta entrada quiero contar un episodio que me dejó muy gratamente sorprendida.
Se acercaba la fecha de vencimiento de mi pasaporte así que decidí hacer el trámite de la renovación a comienzos de enero de este nuevo año. Más que renovar, lo que debía hacer era obtener un pasaporte nuevo pues el anterior ya tenía una renovación y las normas no admiten una segunda.
Averigüé los requisitos, pagué la tasa respectiva, saqué las fotocopias necesarias y el primer viernes de 2014 salí mucho más temprano de lo habitual hacia la oficina descentralizada de pasaportes que queda relativamente cerca de mi casa. No sé cómo será en otros países, pero en el Perú son muchas las entidades estatales que cuentan con oficinas descentralizadas, bastante más chicas que la entidad principal y que brindan solamente algunos servicios, pero los suficientes para descongestionar las sedes centrales y hacer la atención más ágil.
La atención empieza a las 8:00 a.m. y a las 7:20, que fue la hora de mi llegada, ya había algunas personas antes que yo sentadas en semicírculo en sillas blancas de plástico. Poco antes de las 7:30 a.m., una fuerte voz nos ordenó ponernos en una cola "en el mismo orden en que estaban sentados". En el Perú podemos ser muy indisciplinados para casi todo, pero en cuestión de orden en filas, somos muy respetuosos. Así que la orden se cumplió sin dudas ni murmuraciones.
El dueño de la fuerte voz, un señor con cara inexpresiva, procedió a revisar los documentos de cada uno. A algunos les decía que les faltaba tal o cual copia, e indicaba con bastante amabilidad cómo solucionar el inconveniente. Revisado el pequeño legajo, asignada un número de atención. A mí me tocó el número 17.
Pocos minutos antes del inicio de las actividades, el mismo hombre llamó a las personas cuyo número estaba escrito con plumón amarillo. Eran menos de diez personas, y las mandó a todas a la puerta con el número 1. De inmediato, llamó a quienes teníamos números hasta el 20. También nos mandó a la puerta número 1.
Es gracioso ver cómo se forma camaradería con desconocidos solamente porque la casualidad quiso que estuviéramos juntos en una cola. En mi caso, me dediqué a la lectura, pero de rato en rato observaba a mi alrededor cómo la gente hablaba de sus desventuras con total desenfado con sus ocasionales compañeros de cola.
Menos de media hora después, me tocó acercarme a la ventanilla. La señorita copió mis datos tal como están en el registro de identidad del Perú, imprimió el papel y me dijo dónde debía firmar. De ahí me mandó a la cola para la foto, que en diez minutos ya me habían tomado.
La última espera fue para recoger el documento final. Lo tuve en mis manos a las 9:10 a.m.
Me quedé pensando en lo fácil que fue todo, pero también me quedé pensando en las personas que hacen esto posible. Trabajadores a los que muchas veces consideramos como obstáculos en el camino, parte de una burocracia que hemos aprendido a mirar con recelo por causa de lo que frecuentemente consideramos trabas en nuestra vida. Creo que debe haber un cambio de actitud. En el caso del personal de Migraciones, su trabajo nos permite viajar y conocer personas y lugares nuevos, o visitar a personas queridas. Merecen de nosotros el mismo respeto que pedimos que nos den.
Espero poder estrenar mi pasaporte nuevo pronto...
Se acercaba la fecha de vencimiento de mi pasaporte así que decidí hacer el trámite de la renovación a comienzos de enero de este nuevo año. Más que renovar, lo que debía hacer era obtener un pasaporte nuevo pues el anterior ya tenía una renovación y las normas no admiten una segunda.
Averigüé los requisitos, pagué la tasa respectiva, saqué las fotocopias necesarias y el primer viernes de 2014 salí mucho más temprano de lo habitual hacia la oficina descentralizada de pasaportes que queda relativamente cerca de mi casa. No sé cómo será en otros países, pero en el Perú son muchas las entidades estatales que cuentan con oficinas descentralizadas, bastante más chicas que la entidad principal y que brindan solamente algunos servicios, pero los suficientes para descongestionar las sedes centrales y hacer la atención más ágil.
La atención empieza a las 8:00 a.m. y a las 7:20, que fue la hora de mi llegada, ya había algunas personas antes que yo sentadas en semicírculo en sillas blancas de plástico. Poco antes de las 7:30 a.m., una fuerte voz nos ordenó ponernos en una cola "en el mismo orden en que estaban sentados". En el Perú podemos ser muy indisciplinados para casi todo, pero en cuestión de orden en filas, somos muy respetuosos. Así que la orden se cumplió sin dudas ni murmuraciones.
El dueño de la fuerte voz, un señor con cara inexpresiva, procedió a revisar los documentos de cada uno. A algunos les decía que les faltaba tal o cual copia, e indicaba con bastante amabilidad cómo solucionar el inconveniente. Revisado el pequeño legajo, asignada un número de atención. A mí me tocó el número 17.
Pocos minutos antes del inicio de las actividades, el mismo hombre llamó a las personas cuyo número estaba escrito con plumón amarillo. Eran menos de diez personas, y las mandó a todas a la puerta con el número 1. De inmediato, llamó a quienes teníamos números hasta el 20. También nos mandó a la puerta número 1.
Es gracioso ver cómo se forma camaradería con desconocidos solamente porque la casualidad quiso que estuviéramos juntos en una cola. En mi caso, me dediqué a la lectura, pero de rato en rato observaba a mi alrededor cómo la gente hablaba de sus desventuras con total desenfado con sus ocasionales compañeros de cola.
Menos de media hora después, me tocó acercarme a la ventanilla. La señorita copió mis datos tal como están en el registro de identidad del Perú, imprimió el papel y me dijo dónde debía firmar. De ahí me mandó a la cola para la foto, que en diez minutos ya me habían tomado.
La última espera fue para recoger el documento final. Lo tuve en mis manos a las 9:10 a.m.
Me quedé pensando en lo fácil que fue todo, pero también me quedé pensando en las personas que hacen esto posible. Trabajadores a los que muchas veces consideramos como obstáculos en el camino, parte de una burocracia que hemos aprendido a mirar con recelo por causa de lo que frecuentemente consideramos trabas en nuestra vida. Creo que debe haber un cambio de actitud. En el caso del personal de Migraciones, su trabajo nos permite viajar y conocer personas y lugares nuevos, o visitar a personas queridas. Merecen de nosotros el mismo respeto que pedimos que nos den.
Espero poder estrenar mi pasaporte nuevo pronto...
Yo lo acabo de renovar y el trámite aquí fue rapidísimo, el único inconveniente es que hay que esperar que el correo lo traiga al domicilio(dentro de la smana). La rapidez en nuestro caso se debe a que existen"maquinas" que ahorran burocracia"
ResponderEliminarBesoss
Eso debe ser buenísimo, Norma, hacerlo a través de una máquina y solamente esperar a que el documento llegue a nuestras manos. Eso sí, no es un sistema apto para quienes dejan todo a último minuto a quienes les puede llegar el día de viaje y ellos sin pasaporte.
EliminarA veces en estas oficinas te encuentras personas que hacen su trabajo de tal manera que te facilitan bastante las gestiones.
ResponderEliminarBuen viaje cuando lo estrenes. Un abrazo.
Espero que ese estreno no se haga esperar mucho, Chelo.
EliminarEsa fue mi experiencia la última vez. Muy bien hecho.
ResponderEliminarOjalá no venga un genio de esos que no faltan a querer cambiar las cosas, Carmen.
EliminarHas hecho bien Gabriela en subrayar el trabajo eficaz en este caso de la oficina de Migraciones ya que normalmente es un lugar comùn resaltar lo contrario. Y ahora a estrenar ese pasaporte.
ResponderEliminarCreo que se debe publicar lo bueno y lo malo, Chusa. Lamentablemente, lo malo hace termina siendo más visible por ser más ruidoso.
EliminarHola Gabriela, tuve oportunidad de vivir lo que describes en diciembre que acompañé a mi hija a renovar el suyo. Salí gratamente impresionada!
ResponderEliminarSaludos,
Es bueno que la eficiencia se conozca, Soñadora. Me alegra ver que hay mejoras en lugares insospechados.
EliminarBuena experiencia para ti, que te encanta viajar. Ahora que el pasaporte pronto su trabajo. Pronto.
ResponderEliminarEspero que sus páginas no estén blancas por mucho tiempo.
EliminarNo tengo duda amiga que detrás de un buen trabajo siempre hay personas profesionales, que su interés y buen hacer nos facilitan la vida. Afortunadamente la actitud y aptitud de las personas que trabajan en la administración cambia. Recuerdo la pasividad de algunas personas que se creían con el derecho de manipular y ningunear al usuario de una gestión pública, cuando realmente ese usuario estaba pagando con creces el servicio.
ResponderEliminarEsperemos que estas personas que trabajan adecuadamente, contagien al resto de parásitos que nos torturan con su actitud.
Buen viaje amiga, empieza bien tu proyecto viajero
Creo que todo parte de un cambio de actitud, de sentir que el otro no es un adversario sino una persona con los mismos derechos.
EliminarEs verdad que cuando guardamos colas entablamos conversaciones con desconocidos para pasar el rato. A llenar esas páginas;)
ResponderEliminarBuen martes.
Un beso.
Sí, y a veces nos terminamos enterando de cada cosa...
EliminarEs bueno decir las cosas buenas y malas que nos suceden, sobre todo en el tema burocrático, porque es cierto que se tiene una imagen generalizada del empleado público como alguien vago, despreocupado y que le encanta poner problemas al resto de la humanidad y no siempre es así.
ResponderEliminarTambién hay gente muy profesional y cumplidora de su deber.
Besazo y a estrenarlo
Es una mala imagen que tal vez en algún momento fue merecidamente ganda, Dolega. Esperemos que esos tiempo no vuelvan.
Eliminar¡Espero que lo estrenes volando hacia tierras españolas! =)
ResponderEliminarMe encantaría que así fuera.
Eliminarohhh...Así que preparando el material para salir de viaje :) No hay duda que las cosas están mejorando y esas personas quizás están haciendo un esfuerzo por minimizar la mala impresión en el sistema.
ResponderEliminarQué bien que todo salió relativamente rápido.
iela
Un viaje todavía en calidad de buenos deseos, estimada Iela.
EliminarÉ muito bom quando conseguimos vencer a maldita burocracia!
ResponderEliminarBeijinhos
Sí, nos hace sentir que es un buen día.
EliminarHay veces que la burocracia y un empleado poco profesional llegan a desesperarte. Por suerte, y como en todas partes, la vida también te sorprende con la otra cara de la moneda.
ResponderEliminarSí, a veces nos hacen sentir que fuera una guerra entre dos bandos, ¿no?
EliminarY colorín, colorado...como en un cuento...podrás seguir recorriendo el mundo, amiga, sin pausa ni tregua.Bueno...más que las necesarias, para trabajar, entre gira y gira.
ResponderEliminarAsí lo espero, Esteba, así lo espero.
EliminarEspero que con ese pasaporte renovado tengamos oportunidad de verte por estas tierras.
ResponderEliminarY muchísimas gracias por tus amables palabras hacia estos trabajadores del sector público (por la cuenta que me trae). En todos los años que llevo trabajando para la Administración he conocido a mucha gente muy válida y responsable de su trabajo y unos pocos (los menos) que dejaban mucho que desear. Tengo que decir que, al igual que en la empresa privada y en el trabajo autónomo (que también he conocido)
A mí no me cabe la menor duda de que los buenos servidores son más, Lalo. Lo malo es que son los otros los que hacen más bulla.
EliminarFeliz ano de 2014!!!
ResponderEliminarBeijo.
Nita
¡Gracias! Igualmente.
EliminarQue tengas buena semana ;)
ResponderEliminarIgual por Béjar.
EliminarAquí no tardan nada. Además cuentas con la posibilidad de pedir hora por internet (y elegir el día y la hora que mejor te viene) y así no tienes que esperar colas.
ResponderEliminarNo está mal y no da pereza ir a renovar DNI o pasaporte.
Besos
Yo quiero así, ja, ja.
EliminarAunque parezca mentira, a veces es motivante ver la manera en que se trabaja con eficiencia en cualquier lugar.
ResponderEliminarEn un medio en que constantemente nos encontramos con muchas cosas negativas, siempre es bueno leer acerca de quienes hacen su trabajo con esmero, dedicación y efectividad. Estas personas sí tienen muy claro lo que es "servicio al cliente". Felicidades por tu post y aunque virtual, una felicitación a esas personas que se dedican a hacer bien su trabajo.
Sí, Tere, y es más gratificante cuando vamos con la disposición de "enfrentarnos" con las personas que nos van a atender. Vale el reconocimiento a un trabajo hecho con eficiencia.
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