Chusa y Laly |
Al cabo de un rato de seguir oyendo alarmas y perros, noté que las dos ventanas principales de la sala estaban abiertas. Eso me hizo pensar que fuera lo que fuera lo que había pasado, la cosa era medianamente seria. Al cerrar las ventanas, vi que mucha gente corría hacia la avenida Larco. Pero en casa seguíamos sin saber qué había pasado.
Hasta que logré ver que dos chicas que viven en mi edificio regresaban. Una de ellas contó que en la casa que está frente al hotel de la calle paralela a la mía había habido una explosión de un balón de gas. Después se supo que todo fue producto de una deflagración de gases, donde sucede una inflamación de sustancias a una velocidad inferior a la velocidad. En una explosión, la inflamación ocurre a una velocidad mayor.
Pero ese no era momento de explicaciones técnicas.
Al día siguiente, la curiosidad me llevó a mirar en el lugar de los hechos. La casita donde se había producido la deflagración estaba en ruinas (ese mismo día, terminaron demoliéndola). Los vidrios de las casas y edificios aledaños estaban destrozados y desparramados por todos lados, y la calle estaba llena de otros curiosos, equipos periodísticos, personal del Serenazgo de Miraflores y policías.
A lo largo del día recibí varias llamadas de personas preocupadas por lo que había pasado, que en mi caso no fue nada.
O eso parecía.
En algún momento de la tarde, al salir al pequeño patio que está en la parte de atrás del departamento una sorpresa esperaba en el piso: dos muñecas vestidas como mujeres de la serranía peruana. Las que están en la foto que abre este post. Podían haber caído de cualquier departamento, como consecuencia de la deflagración. Se le preguntó a todos los vecinos y todos dijeron que las muñecas no son suyas.
Así que ahí se quedaron, como un recuerdo de una noche rara. Una noche en la que hubo deflagraciones y llovieron muñecas.
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Saludos de USA.
ResponderEliminarQuerida Gabrielita, Afortunadamente la defla-
gracion no causo nada malo para ti.Gracias a
Dios.En cambio te trajo el hermoso regalo de
dos munecas hermosas con vestidos tipicos pe-
ruanos. Linda entrada.
Love.
Cotiti.
Efectivamente, dos muñecas cayeron del cielo... literalmente.
EliminarBuenos días Gabriela, aquí hace mucho friiiooo.
ResponderEliminarUn desastre material y hay que dar gracias por no haber víctimas.
Ahora toca la dificil situación de de volver a rehacer todo. Lo malo de esto es que te quedas sin nada...y sobre todo sin recuerdos....Y a tí te han caido del cielo dos bonitas muñecas.
Un beso.
Te mando un poquito del calor que hace por acá hoy, Laurita. Ojalá llegue a Béjar en buena forma.
EliminarUna madrugada de una fuerte explosión que más parecía un trueno gigantesco (alguien pensó que ya se venía el fin del mundo), y luego en el patio aparecieron dos hermosas muñecas. Después de algo malo llegó algo bueno, bonito. Después del susto, la sonrisa. Las muñecas esperan a su dueña (se supone que será una jovencita). Entretanto siguen ahí, vestidas como cholitas peruanas, recontraperuanas. Para hacernos olvidar un momento de preocupación que felizmente no llegó a mayores. Un buen susto sin grandes consecuencias. Lindo relato Gaby.
ResponderEliminarNo fue el fin del mundo, no esta vez al menos.
Eliminar:D
Felicidades por tu cumple(un tanto atrasado mi saludo).Me da gusto encontrarte en mi blog visitándome.Ultimamente estoy un poco remolona de escribir algo ya que el calor es agobiante aquí y ni modo de estar en la compu mucho rato.Un beso.-
ResponderEliminarGracias por los saludos cumpleañeros, no los cuento como atrasados porque lo que importa es la intención más que la fecha.
EliminarMenos mal que no hubo victimas aunque la pobre gente que se quedo sin casa vaya faena.
ResponderEliminarLas muñecas muy bonitas merece la pena que las guardes. Un abrazo
Las muñequitas están bien guardadas, Chelo. Ahí se quedarán a menos que su dueño las reclame. Ojalá que no.
EliminarYo también escuché la deflagración. Me hizo saltar de la cama hasta el techo y me dije: "otra vez los terroristas". Fue también cerca de mi casa. Gracias a Dios, no te pasó nada, Gabriela.
ResponderEliminarQué curioso, Cyrano. Por mi cabeza no pasaron los terroristas. Es que es una época de la que nadie quiere acordarse.
EliminarMira pues...
ResponderEliminarQue casualidad lo de las muñecas. Eso debe ser buena suerte para tí.
¿Cómo las vas a bautizar?
No les había pensado un nombre. Le voy a preguntar a Marcela que para eso se pinta sola.
EliminarAquí vengo otra vez Gabriela...Hoy hice el pie de manzana, como tú lo llamas...Me quedó buenisimooo, compré manzanas reinetas que son las más acídas... tiene una pinta estupendale. hice unas fotos pero no puedo mandarte.
ResponderEliminarEstá rico rico....Gracias por la receta animo a todas que lo hagan.
Un beso
¡Hey! Me alegra que te animaras a hacerlo.
Eliminar¡Ay qué susto! Menos mal que no te pasó nada.
ResponderEliminarUn abrazo y las muñecas están de regalo... Se nota que eres una linda persona, le preguntaste a todos en tu edificio por las muñecas... Demasiado linda!!!
En verdad quien preguntó fue mi mamá. El mérito es de ella. Le diré de tu comentario.
EliminarQue feo pobre gente , despertarse con una explosión .
ResponderEliminarLas muñecas se ven muy lindas .
Un beso , cuídate .
Nancy
Muy feo, Nancy. Yo estoy a una cuadra de donde fue todo, y el ruido fue muy fuerte.
EliminarGracias por venir.
Las muñecas son muy bonitas y tiernas y serìa un feliz hallazgo si no provinieran quizàs de la casa que se desmoronò... Pero, efectivamente es muy extraño que estén tan lindas y perfectas ya que tras la deflagraciòn se supone que tendrìan que estar quemadas o tiznadas...Quién sabe, puede ser que te las hayan dejado las hadas del océano...podrìas llamarlas Chusa y Laly si no se te ocurre nada mejor...jeje!
ResponderEliminarUn beso Gabriela desde Venecia
Chusa
Prefiero pensar que las hadas del Océano Pacífico las trajeron hasta acá.
EliminarApoyo tu idea, desde hoy se llaman Chusa y Laly. Gracias por la sugerencia.
Hola guapa, aquí estoy, más vale tarde que nunca ¿verdad?
ResponderEliminarMe ha encantado el relato y la forma en que lo has narrado. Me has tenido en tensión, me he relajado al intuir el final, pero sólo era un guiño, para con sólo tres palabras: "o eso parecía", al más puro estilo Hitchcockniano, provocas un vuelco y vuelve la tensión. GENIALLLLL!!!! El final precioso y las muñecas preciosas. Yo tengo también dos cholitas que me trajo mi amiga Rocío de Cuzco.
Jijiji, y la idea de Chusita me encanta.
Besos guapísima
A estas alturas, un post en Seis de enero no está completo sin tu comentario, Laly. :D
EliminarLa idea de Chusa también me encantó, así que bautizadas quedan.
Gracias guapa, eres un encanto!!!
ResponderEliminarGracias, ya lo sabía... ja, ja.
Eliminar:D
Tremendo susto se habrán llevado, en especial los que vivían al costado y se les reventaron las ventanas, evoca tiempos pasados de coches bomba y demás.
ResponderEliminarLindas las muñequitas, contraste total.
Besitos,
Tiempos pasados que ojalá en el pasado por siempre queden, Soñadora.
EliminarGracias por su interés.
ResponderEliminarJejeje...qué graciosas te han quedado con esos nombres...muy chulitas!
ResponderEliminarBesos
Chusa
Qué lástima no se encontrara a los dueños, esperemos nadie sufra por la ausencia de las muñequitas :)
ResponderEliminarCoincido que fue un detalle lindo buscar a su dueño (leo que eso fue idea de tu mami)
Y que bueno que no pasó del susto.
Saludos. Hilda
Ahí están felices, adornando la sala de la casa, Hilda.
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