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La única indicación era que la niña debía tomar un jarabe para la tos a una hora determinada. "Una cucharada llena, con la cuchara que está en la caja del jarabe", fue la indicación recibida.
Así, tía y sobrina se dispusieron a pasar la tarde juntas. Como siempre, buscaron qué hacer, y pasaron de dibujar y pintar, comer helados a hacer dulcecitos en la cocina, todo entre preguntas y respuestas que iban y venían de ambos lados.
De repente sonó la alarma previamente fijada para no olvidar la hora del jarabe. La niña se acercó con toda tranquilidad a cumplir con la dosis a la hora precisa. Su tía sirvió el jarabe hasta que la cuchara estuvo casi llena. Le dio temor llenarla hasta el tope, pensaba que el exceso podría derramarse:
- No, esta cuchara no está llena. Falta un poquito —dijo la niña.
- Sí, pero si la lleno se puede derramar hasta que tomes el jarabe.
- ¡Lo siento mucho! Mi mamá me da la cuchara llena.
Fue tajante.
Su tía se quedó pensando cómo solucionar tan nimio detalle y darle la dosis completa a la niña sin derramar una gota del jarabe ya servido.
- Ya sé. Te tomas esto que ya está servido y luego te pongo otro poquito para completar lo que siempre tomas.
Por un segundo tuvo el temor de un nuevo rechazo de la niña. Que le dijera que lo sentía, que debía tomarse todo en una sola cucharada como hacía con su mamá. Vio los ojitos de la niña, brillaban. Estaba expectante, pensando en su respuesta.
- Bueno —dijo finalmente la niña.
A modo de tácita aceptación de la propuesta, la niña abrió la boca y recibió la primera cucharada, la que estaba casi llena. Un instante después la volvió a abrir para el poco restante.
Luego ambas siguieron pintando hasta que acabó la tarde, que acabó demasiado rápido.
Los niños son muy suyos. Un beso
ResponderEliminarY ojalá nunca perdieran esa características que los hace tan especiales.
EliminarLa niña, muy responsable, no quería hacer algo diferente a la costumbre que tenía con su madre... La tía fue paciente y conciliadora, tratando de buscar una solución que contentase a ambas. ¡Menos mal que lo consiguió!
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Pobre si la niña no quedaba convencida. Hasta ahora estarían negociando sobre cómo tomar mejor el jarabe.
EliminarPor si acaso no solo los niños quieren cumplir al pié de la letra las órdenes pues yo conocí a una señora mayor que si le mandaban tomar media pastilla pero si al partirla en dos salían desiguales, tiraba la pastilla rota y cortaba otra hasta que le salga exactamente la mitad.
ResponderEliminarPor si acaso se trata de mi suegra.
Lo primero que se me viene a la cabeza es cuántas pastillas desperdiciaba la señora con esta operación.
EliminarMira pues, exigente y precisa la niña. Felizmente pudiste convencerla con una explicación sencilla. Y al final se tomó el jarabe.
ResponderEliminarLa convenció su tía, felizmente la niña quedó convencida y no hubo mayor problema.
EliminarA pequena demonstrou ser obediente, mas também inteligente pois aceitou a sugestão da tia . As crianças são seres surpreendentes!
ResponderEliminarY a veces se convierten en adultos sorprendentes, para bien del mundo que les rodea.
EliminarAyyy los niños... Seguro que le dijo a su mamá, que le dieron dos cucharadas, una medio llena y otra con un poquino :))
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo.
Puede ser. Esa niña se las trae.
EliminarEra una niña pero no tonta . Un abrazo en la distancia . Gracias por pasar por mi blog y comentar.
ResponderEliminarEs que no tiene un pelo de tonta.
EliminarGracias por la visita también.