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Llamas a preguntar qué pasó y un hombre que repite instrucciones y consignas como si fuera una máquina te responde que "es un cambio que obedece a mejoras en bien de los clientes". Cuando replicas que en qué realidad alterna es una mejora que te quiten programas que ves sin anuncio previo (ni posterior, digamos la verdad), el hombre que repite como si fuera una máquina vuelve con la cantaleta.
Ajo y agua nomás.
De un momento a otro, el periódico que compras pone anuncios con "Desde el domingo, tu diario favorito crece". Ingenuamente te preguntas si aumentará el número de páginas, el tamaño del diario o tal vez habrá más columnistas. Tienes curiosidad por saber por dónde vendrá el cambio.
Cuando llega el día tan esperado, notas que el único cambio está en el precio. De un plumazo, el diario cuesta 50 % más. No hay más secciones, no hay más columnistas, no hay más páginas. Al contrario, jurarías que hay menos páginas.
Decides cambiar el diario que compras todos los días. Y de nuevo, ajo y agua.
El canal que ves todos los días repite impunemente capítulos de series hasta la saciedad. No son series que continúen, cada episodio es una historia. Sabes que la serie tiene infinidad de capítulos más porque los has visto antes. Sin entender por qué, el canal comienza a dar los mismos cuatro capítulos uno tras otro, como si no hubiera más. Y sabes que sí hay muchos más.
Ese mismo canal repite las promociones también hasta la saciedad.
Reclamas ambas circunstancias por medio de una red social, crees que te harán caso, pero no. Ya se sabe, ajo y agua.
¿El cliente siempre tiene la razón? Francamente, no lo creo.
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A mí también me quitAron una serie sin avisar. Un beso
ResponderEliminarQué mal se siente eso, también me ha pasado.
EliminarYo tampoco lo creo, Gabriela. Aquí en Chile mi servicio de TV cable, ante mi intento de cortar el llamado Canal del Fútbol mientras no hubiera fútbol por la contingencia del país, me ofreció gratuidad en ese servicio mes a mes. Por cierto no cumplió. Allí el cliente nunca tiene la razón.
ResponderEliminarPara ofrecer son bien rápidos y amables. Para cumplir son "si te he visto, no me acuerdo".
EliminarEse eslogan sobre el cliente hace mucho que dejó de ser real, Gabriela... Por aquí también te sientes impotente y totalmente desprotegida frente a las empresas que controlan la telefonía y algunos medios de comunicación... ¡Es tremendo!
ResponderEliminarBesos mil de las dos
J&Y
Esas empresas abusan porque saben que son necesarias. Es terrible el maltrato a los clientes.
EliminarGabriela, isso é muito irritante, é um bauso intolerável. Relativamente à operadora que me serve, depois de alguns episódios como os que relatas, vou mudar, vou escolher outra. É a minha forma de protestar e marcar posição. Afinal o dinheiro é meu. Por isso, posso exigir bons serviços.
ResponderEliminarBoa semana.
A veces, es lo único que nos queda: cambiar y pasar por todo el trámite que eso conlleva.
EliminarPor lo general no piensan en los clientes, solo en el beneficio económico, una pena.
ResponderEliminarSería bueno un equilibrio entre ambas cosas, ¿no?
EliminarRealmente al cliente ni siquiera lo consultan porque segun ellos solo ellos tienen la razón. Me tienen renegando pues mi novela la estan repitiendo no se hasta cuando y es in abuso.pero ahi nos tienes... siempre prendiendo la TV
ResponderEliminarEso de las repeticiones son un caso. Los canales deberían decir la verdad: "ya no recibimos la novela, lamentamos el inconveniente". Por lo menos quedarían mejor ante el televidente.
EliminarAsí es amiga en todos lados. El cliente Nunca tiene la razón y juegan con nosotros y como bien dices.. .Ajo y agua.
ResponderEliminarBuen miércoles.
Un abrazo.
Y así quedamos todos, bien "ajados y aguados".
EliminarQue tengas buena noche.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Gracias! Igual para ti.
EliminarGabriela
ResponderEliminarInfelizmente, aqui no Brasil, muitas empresas não respeitam o consumidor. Muitas vezes a "corda sempre arrebenta para o lado mais fraco"que é o consumidor. Mas vale a pena reclamar os direitos. Sempre.
um abraço
Regiane
Y lamentablemente, los clientes siempre somos ese lado más débil.
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