Es un misterio universal, que no conoce fronteras. He leído al respecto en artículos con toques de humor. He oído sobre esto en programas cómicos provenientes de diversas latitudes. También ha ocurrido en mi casa, y eso hace que el asunto sea más misterioso todavía.
Me refiero a las medias que desaparecen cuando se van a lavar.
Muchas veces he seguido el proceso para entender en dónde es que una de las dos medias que conforman el par simplemente se desvanece. Uno se saca las medias, las dos medias a la vez. En mi caso, van a dar a una bolsa de tela que tiene un cierre y de la que no pueden salir ni aunque den mil vueltas en la lavadora. Es más, cuando la bolsa debidamente cerrada sale de la lavadora, las medias están completas. Están completas también el momento de tenderlas al sol.
El misterio surge en el momento en que las medias deben regresar al cajón donde esperarán que las escojamos de nuevo para volverlas a usar. Es ahí donde el número de medias, que en en todo ese proceso se contaba de dos en dos, se vuelve impar.
Puedes buscar hasta cansarte en todos los sitios lógicos, en los ilógicos, en los probables y en los improbables. Podrás mirar dos, tres y más veces en los mismos lugares y tu búsqueda será infructuosa. Simplemente te resignas a tener una media impar o la terminas emparejando con una de color casi idéntico que tiempo antes había quedado misteriosamente sin pareja.
Cuando ya ni te acuerdas del asunto, abres un cajón en donde no habrías buscado jamás la media perdida porque es un cajón que nada tiene que ver con las medias y... ¿será? Pero... ¿cómo llegó acá? Es la media pródiga, bien puesta en un lugar muy visible por el que has pasado innumerables veces desde que la media decidió fugar.
La media puede haber aparecido, pero el misterio sigue vigente. Volverá a pasar, con toda certeza. Como que con toda certeza se multiplicarán los colgadores de ropa, pero ese es otro cuento. O será como dice Seinfeld, que el día de lavado es la fiesta de la ropa y en medio de la efusión de ropa que nunca se ve porque no combinan juntas, las medias aprovechan la confusión y el barullo para escapar.
Quién sabe.
Me refiero a las medias que desaparecen cuando se van a lavar.
Muchas veces he seguido el proceso para entender en dónde es que una de las dos medias que conforman el par simplemente se desvanece. Uno se saca las medias, las dos medias a la vez. En mi caso, van a dar a una bolsa de tela que tiene un cierre y de la que no pueden salir ni aunque den mil vueltas en la lavadora. Es más, cuando la bolsa debidamente cerrada sale de la lavadora, las medias están completas. Están completas también el momento de tenderlas al sol.
El misterio surge en el momento en que las medias deben regresar al cajón donde esperarán que las escojamos de nuevo para volverlas a usar. Es ahí donde el número de medias, que en en todo ese proceso se contaba de dos en dos, se vuelve impar.
Puedes buscar hasta cansarte en todos los sitios lógicos, en los ilógicos, en los probables y en los improbables. Podrás mirar dos, tres y más veces en los mismos lugares y tu búsqueda será infructuosa. Simplemente te resignas a tener una media impar o la terminas emparejando con una de color casi idéntico que tiempo antes había quedado misteriosamente sin pareja.
Cuando ya ni te acuerdas del asunto, abres un cajón en donde no habrías buscado jamás la media perdida porque es un cajón que nada tiene que ver con las medias y... ¿será? Pero... ¿cómo llegó acá? Es la media pródiga, bien puesta en un lugar muy visible por el que has pasado innumerables veces desde que la media decidió fugar.
La media puede haber aparecido, pero el misterio sigue vigente. Volverá a pasar, con toda certeza. Como que con toda certeza se multiplicarán los colgadores de ropa, pero ese es otro cuento. O será como dice Seinfeld, que el día de lavado es la fiesta de la ropa y en medio de la efusión de ropa que nunca se ve porque no combinan juntas, las medias aprovechan la confusión y el barullo para escapar.
Quién sabe.
Buenos días, Gaby. Por una vez en la vida llego temprano a un post tuyo pero no sé por qué éste tiene un dejo a "dejà vu" o me equivoco?
ResponderEliminarLo de los calcetines, como decimos en Chile por las medias de punto grueso, tiene vida propia, parece. Sin ir más lejos mi hija acá en Alemania, me acaba de devolver un calcetín que aparentemente es de uno de mis hijos porque yo no lo reconozco como de mi marido.
MIsteriosos y viajeros, son ellos.
Carinos
No te equivocas, AleMamá, no es la primera vez que trato sobre el asunto de las medias perdidas porque constituye uno de los mayores misterios domésticos en mi opinión.
EliminarJajaja... eso mismo me ha pasado...
ResponderEliminar¿Ves, Milena? El misterio trasciende fronteras.
EliminarComparto misterio, Gabriela. A mí me ha ocurrido varias veces hasta el punto de tener varios calcetines desparejos que no me atrevo a tirar por si aparecen los desaparecidos...
ResponderEliminarSaludos
Yo hasta tengo un rincón especial en mi cajón para esas medias que se quedaron sin par, Marta.
EliminarEs curioso, este misterio de reproduce también en mi casa, sera una prenda mágica, será verdad que nuestros calcetines tienen alas, como los de los duendes. En casa siempre están disparejos, se colocan en un rinconcito a modo de nido y de repente, un día vas a repasarlos y ves que están sus compañeros por arte de magia, claro que sería de nosotros con dos pies y un solo calcetín, ¡si no es por ellos!
ResponderEliminarBesos amiga.
Lo más desconcertante es cuando miramos el famoso rinconcito de las medias disparejas y encontramos los dos lado del par, cada uno por su lado. Eso sí que es como para quedarse pensando, Fernando.
EliminarSaben qué pienso? Que alguien se está matando de risa al leer estas historias de medias o calcitines perdidos. El otro día se me perdió una media y la otra quedó sin pareja. Busqué por todos lados, y una semana después, la encontré DEBAJO DE UNA PILA DE BLUSAS QUE NO USO DESDE QUE SE ACABÓ EL VERANO ¿?
ResponderEliminarDesde donde estoy, puedo asegurar que me parece oír la risa burlona de las medias, Acirema.
EliminarGran misterio amiga y suerte que las encuentras. Un abrazo
ResponderEliminarNo siempre se tiene esa suerte, Chelo. Pero cuando ocurre, qué bien se siente.
EliminarAcredito que as meias têm vida própria! Até prova em contrário, é esta a minha convicção :-)
ResponderEliminarBeijo
Es mi convicción también, querida Nina.
EliminarTengo que confesar que más de una vez he cometido el sacrilegio estético: una media de cada color,jajaajaja.
ResponderEliminarAbrazo.
ja ja,ja.
EliminarYo me he puesto medias de diferente par, pero por lo menos del mismo color.
Las mías también tienen "patitas" debe ser que están acostumbradas a ir de aquí para allá y no saben quedarse quietas en el lugar que deberían estar Pero yo sé donde encontrarlas, generalmente están en la manga de una camisa o en la parte superior del lavarropas.
ResponderEliminarBesosss
Ahhh! te acabo de mandar un e mail
Yo debo ser extraterrestre , nunca me ha pasado lo de las medias , pero a muchas personas le pasa eso y me consta.
ResponderEliminarComo siempre es una hermosa historia !! serìa mas lindo si existieran ahora personas asì .
La pizza el mptivo por su regreso hizo feliz a los sobrinos .
Dos momentos me hace recordar cuando nuestro nieto mayor iba a quedarse a casa lo fin de semana que bien la pasabamos , como extrañamos eso .
Lo de los programas de adolecentes no he visto ninguno , pero me han contado algo como lo que tu dices .En verdad es deprimente los programas para ellos .
Me morì de la risa con las nueces , nunca imagine el final jaja .
Lo de la compra me hizo acordar lo que gasto mi hijo en mòvil sacandole fotos a ropa en Uruguay para su pareja que estaba en Mallorca , menos mal que al final le quedo todo bien .
Me encanta leerte , me entretengo mucho me da pena no tener mucho tiempo para entrar .
Un beso , cuìdate y feliz semana .
Nancy
En el caso de los varones, acontece algo parecido con los zapatos. Y eso que son bastante más robustos.
ResponderEliminarNunca se me han quedado disparejos los zapatos, Esteban, creo que sería más difícil disimular esa disparidad.
EliminarVayaaaa veo que esto pasa en todo el mundo. Estos son misterios de la vida que nunca podremos descifrar.
ResponderEliminarHacen bien en escaparse... no les gusta estar sin
su pareja :)))
Un beso
O quizá huyen de su pareja, Laura.
Eliminar:D
Uno de tantos misterios sin resolver Gabriela, jejeje!
ResponderEliminarSí, Soñadora, de muchos de ellos ya se ha hablado en este blog.
EliminarOlá,
Eliminaresse problema acontece aqui também, menina parece que evapora, esse transito entre o cesta a lavadora é misteriosos. Adorei o post um assunto super interessante,
Bjos e tenha um ótimo fim de semana.
Interesante y lamentablemente sin respuesta, Anajà
EliminarEn mi caso llegan ya disparejas al tendedero. Como Manolo es quién se encarga de la ropa, tuvo la genial idea (como hombre de ciencia que es) de dejar tendidos esos calcetines solitarios hasta que apareciera su pareja. A los meses de tener los calcetines al sol y ya más tiesos que el cartón, decidimos tirarlos a la basura. Los dimos por perdidos.
EliminarSólo hicieron falta dos lavados más para que aparecieran las parejas de varios de ellos...
Otro día podríamos hablar del inquietante misterio de los bolígrafos desaparecidos... también puede dar mucho de sí.
Yo prefiero guardar las medias impares en un cajón, Laly. Tarde o temprano aparece la media pródigo.
EliminarY lo de los lapiceros, ese es otro GRAN misterio que también pasa por acá.
Hola Gabriela!
ResponderEliminarHas encontardo ya las últimas medias perdidas? jejeje... A mí me pasa en ocasiones con los calcetines y como bien dices, acabo emparejando con otro ejemplar solitario que casi yace por el cajón.
Peculiar y divertido post, Gabriela.
Un abrazo enorme.
Mientras sean medias del mismo color, Antonio, yo he hecho lo mismo muchas más veces de lo que mi memoria registra.
EliminarJa ja ja
ResponderEliminarMe pasa todo el tiempo. Sea con medias de vestir, de deportes o de domir siempre aprovechan para perderse.
=(
Saludos
Has empleado la palabra exacta, Renzo: aprovechan la oportunidad para huir. Y seguramente con intenciones de no volver.
EliminarY sigue el misterio de los calcetines perdidos...yo muchas veces harta de buscar inutilmente acabo emparejando los calcetines de mi marido o de mi hijo que se parecen en el color aunque uno sea algo màs corto...a veces se han dado cuenta y otras no, pero me gusta ese final, seguro que se han escapado después del bailoteo en la lavadora jeje.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Laly, la desapariciòn de los bolìgrafos en casa es otro gran misterio que hay que investigar.
Un saludo amiga desde Venecia
Chusa
Tal la solución sea comprar todas las medias iguales en tamaño y color, Chusa. Así no deberíamos preocuparnos más por tenerlas desemparejadas.
EliminarOlá minha amiga! Aqui em casa também acontece muito isso, as vezes até antes de lavar, procura-se e cadê o outro par, lava-se um e depois achamos o outro. Concordo contigo quando diz, para comprarmos todas iguais assim acabam-se os problemas das meias desaparecidas.
ResponderEliminarBeijos com carinho
Marilene
Sería una buena solución, Marilene. Así no nos preocuparíamos de que los colores fueran iguales porque todos serían iguales.
EliminarNo puedo dejar de contarte mi propio misterio de los calcetines (medias) perdidos. Me acaba de pasar ahora que he vuelto a Chile desde Alemania.
ResponderEliminarMi hija me pasó un calcetín "huacho" (huérfano) que apareció en su casa por si se hermanaba con alguno de acá. Yo tenía unos tres desparejados que ya iba a tirar pero no lo había hecho cuando ¡o sorpresa! el compañero de ese viajero de polizón estaba en mi casa en Santiago y hoy descansan amablemente abrazados en el cajón del que nunca debieron salir a recorrer el mundo.
Cariños
Qué historia increíble, AleMamá. Pensando con lógica, diría que la media se quedó en santiago en el último viaje de tu hija. Pensando con ilógica, no tengo respuesta.
EliminarBienvenida de vuelta a esta parte del mundo.