Definitivamente, creo que debe haber reglas de tránsito para peatones. Lo considero justo y necesario.
Las personas que caminan lento tienen todo el derecho de caminar lento... lentísimo si así lo quieren. Y nadie debe apurar su paso. Pero las personas que caminan lento no tienen derecho a retrasar a los que caminan más rápido. A los que caminamos más rápido.
En nuestras pistas, el carril derecho es para la marcha a menor velocidad. Imagino que en los países con circulación inversa, como en Inglaterra, el carril para la marcha a menor velocidad es el izquierdo. Sea como sea, los autos que avanzan sin apuro tienen un lugar previamente establecido por donde deben ir.
Lamentablemente, no ocurre lo mismo con las personas.
Imaginemos una situación cualquiera. Vas caminando por la calle a buen paso y sin problemas hasta que te topas con un andante lento. Qué fácil sería poder rebasarlo por cualquiera de los lados, pero no se puede, pues resulta que el 99.99% de los andantes lentos avanzan trazando trayectorias en zigzag. Entonces, cuando llega el segundo de oro, el instante en que (¡por fin!) vas a poder dejarlo atrás adelantándolo por la izquierda, el buen señor, casi intuyendo tus intenciones, cambia de rumbo y emprende la marcha exactamente por donde lo ibas a pasar, en la exacta décima de segundo en que esa absurda competencia sería cosa pasada.
Otros son los que caminan con paso cansino en pares, o (¡peor!) en grupos. En esos momentos, la famosa melodía de Lalo Schiffrin resuena dentro de mí con un volumen que aumenta a cada paso. En ese momento, me quedan dos opciones: esperar con paciencia que el par o el grupo tome un rumbo diferente o bajar a la pista y adelantarlos por ahí.
Casi siempre elijo la segunda opción. Y los andantes lentos casi nunca se dan por enterados.
Por si acaso, no crean que cuando hablo de andantes lentos me refiero a personas mayores. No, absolutamente no. Casi siempre son muchachos que parece que nacieron cansados porque se toman su tiempo para todo... pero seguramente son incapaces de esperar más de dos segundos para recibir una respuesta a un mensaje de chat. Ahí sí quieren todo veloz.
Demás está decir que, una vez que logras pasar al andante lento, muchas veces te viene con la preguntita: "¿estás apurado?" No saben cuántas veces he debido reprimir la tentación de retroceder lo que tanto me costó avanzar y decirle "sí" y seguir mi camino sin lentos por delante.
Las personas que caminan lento tienen todo el derecho de caminar lento... lentísimo si así lo quieren. Y nadie debe apurar su paso. Pero las personas que caminan lento no tienen derecho a retrasar a los que caminan más rápido. A los que caminamos más rápido.
En nuestras pistas, el carril derecho es para la marcha a menor velocidad. Imagino que en los países con circulación inversa, como en Inglaterra, el carril para la marcha a menor velocidad es el izquierdo. Sea como sea, los autos que avanzan sin apuro tienen un lugar previamente establecido por donde deben ir.
Lamentablemente, no ocurre lo mismo con las personas.
Imaginemos una situación cualquiera. Vas caminando por la calle a buen paso y sin problemas hasta que te topas con un andante lento. Qué fácil sería poder rebasarlo por cualquiera de los lados, pero no se puede, pues resulta que el 99.99% de los andantes lentos avanzan trazando trayectorias en zigzag. Entonces, cuando llega el segundo de oro, el instante en que (¡por fin!) vas a poder dejarlo atrás adelantándolo por la izquierda, el buen señor, casi intuyendo tus intenciones, cambia de rumbo y emprende la marcha exactamente por donde lo ibas a pasar, en la exacta décima de segundo en que esa absurda competencia sería cosa pasada.
Otros son los que caminan con paso cansino en pares, o (¡peor!) en grupos. En esos momentos, la famosa melodía de Lalo Schiffrin resuena dentro de mí con un volumen que aumenta a cada paso. En ese momento, me quedan dos opciones: esperar con paciencia que el par o el grupo tome un rumbo diferente o bajar a la pista y adelantarlos por ahí.
Casi siempre elijo la segunda opción. Y los andantes lentos casi nunca se dan por enterados.
Por si acaso, no crean que cuando hablo de andantes lentos me refiero a personas mayores. No, absolutamente no. Casi siempre son muchachos que parece que nacieron cansados porque se toman su tiempo para todo... pero seguramente son incapaces de esperar más de dos segundos para recibir una respuesta a un mensaje de chat. Ahí sí quieren todo veloz.
Demás está decir que, una vez que logras pasar al andante lento, muchas veces te viene con la preguntita: "¿estás apurado?" No saben cuántas veces he debido reprimir la tentación de retroceder lo que tanto me costó avanzar y decirle "sí" y seguir mi camino sin lentos por delante.
Ja, esto si esta bueno. Insisto, nunca dejas de sorprenderme con la originalidad de tus blogs.
ResponderEliminarSilvana
Gracias por el entusiasmo, Silvana.
EliminarJejeje... todo esto Gabriela, lo he pensado yo mil veces y sinceramente creo que el hecho de pensar que toda la calle es sólo para uno o para tu grupito, es falta de urbanidad
ResponderEliminarQué bueno saber que no estoy sola en esta idea, Milena.
EliminarTienes toda la razón, poco va a faltar para tener que andar con una circulina de emergencia en la cabeza cuando uno necesita avanzar.
ResponderEliminarO una bocina como las que tienen las bicicletas, Coqui.
EliminarEn una antigua telenovela brasileña, había un personaje que andaba por ahí diciendo, "la calle es mía, la calle es mía". Y no dejaba pasar a nadie.
EliminarHabría que andar con una bocina o tal vez un alfiler. Daría resultado inmediato.
Creo que sería un exceso, pero se lograría el efecto deseado en un segundo.
Eliminary qué opinás cuando hacen grupos para charlar en el medio de la vereda? o ponenn la bici o la moto ocupandola toda? o los bares que la ocupan con mesas y sillas? El descontrol y el respeto por el otro es cada vez mayor.
ResponderEliminarBesoss
Y si encimas les dices algo, se molestan o te miran con una expresión desagradable.
EliminarMe dio mucha gracia tu pedido; sin embargo, creo que es justo y necesario. Ya me imagino viéndote, reglamento en mano y cual policía con pito y todo caminando por ejemplo por la Av. Larco. Genial.
ResponderEliminarNo sería la única, creo que habría más gente exigiendo su espacio en las veredas.
EliminarEsta cada vez mais difícil de andar tanto nas ruas a pé como de carro. Tem muitas pessoas no mundo. Muitas pessoas cada uma preocupada com seus problemas, ninguém pensa no bem comum. Aqui a maior dificuldade é no transito. Há um desrespeito total por seus semelhantes. E as leis existente também não são respeitada e culpa de quem? Dos governo corruptos.
ResponderEliminarBjos e tenha um ótimo dia.
Ciertamente, hay un momento en que parece que nadie respeta nada.
Eliminarjajaja ¡Que razón tienes! Yo me declaro persona de andar lento y muchas veces veo a alguien desesperado adelantándome por la izquierda con cara de pocos amigos. :)
ResponderEliminarTengo que decir en mi descargo que suelo decir "lo siento"
Besazo
Lo desesperante es cuando el de andar lento pasa errático de izquierda a derecha y no deja sitio para adelantarlo. Por lo que cuentas, no es tu caso.
EliminarQuerida Gabrielita, me he divertido muchisimo, le-
ResponderEliminaryendo tu blog y pensar,que, todo lo que has escrito
es verdad; hay momentos en que no sabes que hacer,
entre las bicis, los mensajeros, usando sus cellula-
res sin descanso. Ah y los grupos que dan un paso
cada dos minutos y hacen un "Stop" por unos tres o
cuatro minutos para morirse de risa y etc...etc....
Te qiero.
Cotiti.
Los de celulares son los peores, van metidos en su pantallita sin mirar a nadie. Encima, hay que estar atentos por dónde van porque ellos están en su mundo.
EliminarTienes toda la razón del mundo. Acá pasa igual, pero además con la moda de las bicicletas ahora se han subido a las veredas y andan a una velocidad increíble haciendo el quite a los viandantes. Ahí el problema es al revés.
ResponderEliminarCariños, Gaby
Acá también pasa, sobre todo en algunas vías que se prestan para los ciclistas.
EliminarComo te compreendo, Gabriela.
ResponderEliminarComo sabes pratico caminhada todas as manhãs. Existe,junto ao mar, um passadiço com essa finalidade. Pois, encontro sempre grupos que não caminham, mas impedem os outros caminhantes.
Peço licença e ultrapasso-os sem hesitação.
Se tivesse buzina, buzinava!
Beijo
A veces también me da ganas de tener mi propia bocina, Nina.
EliminarCuando esté paseando por Larco iré por la derecha, especialmente para ponerme a salvo del bólido Gabriela!!!
ResponderEliminarja, ja.
EliminarSe agradece la deferencia.
A mitambién me pasa y a veces, solo a veces, les pido paso.
ResponderEliminarLo malo es cuando no hay por donde pasar, Chelo, y es lo que ocurre con más frecuencia.
EliminarPeatones lentitos: ¡¡¡cuidado con Gabriela!!!
ResponderEliminarHagamos un cartel, Cyrano.
Eliminar:D
Estoy de acuerdo, realmente si lo pensamos estaría bien que existiese un código que regulase por donde ir, aunque no fuese una norma escrita...
ResponderEliminarEn fin, algo así como cuando subes las escaleras mecánicas del metro y te quedas a la derecha para que los que van más rápido suban por la izquierda.
Besos
Una norma no escrita sería ideal, Marta. Un poco de sentido común ayudaría a que estas situaciones no ocurrieran.
Eliminarhola Gabriela! :)
ResponderEliminarllevo desconectada del mundo blogueril desde el lunes! :S mi publicación de entradas no ha fallado porque las tengo todas programadas, pero hacía tiempo que no olisqueaba por aquí! :P
JAJAJA... me ha encantado tu post! yo soy como tú, caminanta de las rápidas! y también me ponen negra los lentos!!! y como tú bien dices... van de lado a lado... atontados como moscas!
fíjate, noto mucho la diferencia en esto de Madrid a París...
en Madrid,(para empezar) hay un claro carril derecho e izquierdo, como en las carreteras, y así mismo, un pequeño carril de velocidad, para las que aceleramos!
en París la gente va por la acera como le sale de las narices... no entienden de derecha o izquierda, lento o rápido! :S
algo que me pone enferma y compañera francesa no acaba de entenderlo! jaja.
por cierto, en el post de hoy, os llevo a otro lado... que cuando has comentado aún no tenía enlazado el lugar, es para que me conozcáis un poquito mejor! ;)
un beso bonita!
Entonces, creo que me encantaría caminar por Madrid.
EliminarPásalo lindo.
Gabriela, já está tudo bem.
ResponderEliminarObrigada pelo teu cuidado.
Beijinhos
De nada, me alegra saberlo.
EliminarEsos muchachos que parece que nacieron cansados, los hay por todos laos...
ResponderEliminarLentos para unas cosas, y veloces para lo que les conviene:))
Tienes mucha razón Gabriela, soy de andar rápido también me bajo muchas veces de la acera para seguir.
Gracias por tus ánimos!!
Buen fin de semana.
Un beso.
Qué bueno no ser la única "apurada" que encuentra formas de avanzar sin ser una molestia para los andantes lentos.
EliminarYo corro siempre, tenga prisa o no. Mis hijos me lo echan en cara... Y es que yo los veo a ellos tan lentos, que me ponen muy nerviosa. Besitos alados y buen domingo, linda.
ResponderEliminarYa somos dos que van rápido al caminar, Campanilla.
Eliminar¡Qué buena entrada Gabriela! Me he reído un montón imaginándote detrás del grupito e intentando rebasarlo sin éxito.
ResponderEliminarTengo una anécdota al respecto que cada vez que la recuerdo me entran ganas de reir y de llorar a la vez. En España, (espero que esa costumbre no se haya exportado) se ha puesto de moda entre los chicos jóvenes (más aún que entre las chicas), llevar los pantalones muy bajados, hasta el punto de que es bastante visible la ropa interior...
Una mañana llevaba yo delante un grupito de éstos y mi desesperación iba en aumento por doble motivo, por lo lentita que tenía que ir caminando y por vencer la tentación de subirles los pantalones a todos hasta ponérselos a la altura de las axilas...
Acá también es frecuente es horrible costumbre de los pantalones bajos, Laly. Pero acá es más frecuente entre los hombres y sea como sea, me parece horrible. También he tenido que vencer esa misma tentación más de una vez.
EliminarHola Gabriela! Como siempre un post muy muy original. A mi no me molesta la gente (en singular) que pasea lenta o rápidamente, pero sí que me molesta esos grupos de personas (ya en plural) que sí van lentos pero van unos al lado de los otros ocupando toda la acera. Y no se apartan a un lado hasta que no le dices... por favor!!! o ejem, ejem...
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Eso si tienes suerte de que te escuchen y se hagan a un lado, Antonio. Lo peor es cuando se molestan por apurarlos.
EliminarLo peor de todo, y lo veo venir, es que nos harán pagar para andar por la calle, un peaje para todo, hasta para respirar.
ResponderEliminarUn beso desde Barcelona
Espero que ese día no llegue nunca.
EliminarMe interpretas fielmente, Gabriela.
ResponderEliminarSobretodo en el marco de la ira que me acomete cuando en la escalera mecánica, los lentos creen que nadie tiene derecho a apurarse y te taponan el paso. Si les pides permiso te salen con esa expresión que tu expones, pero que en dialecto chileno se traduce a "estai" muy apurado, con rostro de sorna y molestia. El ladrón detrás del juez.
Veo con agrado que no soy la única que pide consideración para la gente que camina más rápido. Y ciertamente, Esteban, lo que más me molesta es la reacción indignada de las personas a las que queremos pasar. Como si fuera delito, o impensable, que alguien pudiera estar apurado.
EliminarJajaja tal cual lo que decis .Yo pienso que las reglas de peatòn deben respetarse , pero cuando uno cruza en una cebra ( paso peatonal ) deben pensar que los autos tb, les puede fallar los frenos , o a veces algunos van sin prestar atenciòn .
ResponderEliminarHay veces que salìs a mirar vidrieras y las personas apuradas te llevan a su ritmo , hay de todo en la viña del Sr .
Un beso , cuìdate .
Nancy
Por si acaso, yo siempre espero dos o tres segundos tras el cambio de luz roja a verde. No vaya a ser que me cruce con un chofer distraído o sin frenos.
Eliminarjajajaja pensé que era la única, yo de plano les digo con permiso o me bajo de la banqueta para rebasarlos.
ResponderEliminarY ni se diga de lo mal educados que están los peatones al cruzar la calle, son tan imprudentes.
Yo no manejo pero me da rabia ver todo lo que provocan y la mayoría de las veces se culpa al conductor, cuando no es así.
Saludos. Hilda
Coincido contigo en que la mayor parte de las veces el peatón es el gran culpable de los problemas en las calles, Hilda.
Eliminar