Voy a contar la historia de F, tal como F me la contó a mí.
F tenía un televisor de una marca pionera, un aparato que ya contaba una década de edad y que, salvo alguna dificultad ocasional al momento de prenderlo, funcionaba bien. Tenía también todo un sistema de sonido perfectamente acoplado al televisor y con el que disfrutaba de ver películas, conciertos y demás asuntos para los que se usa un televisor. En exceso además, porque su querido televisor le permitía conectar siete aparatos simultáneamente.
Hace algunas semanas, F contrató un nuevo sistema de cable. Fueron tantas las ventajas que le mencionaron cuando se lo ofrecieron que F no se pudo resistir y aceptó las nuevas condiciones.
A los pocos días de haber dado su aceptación telefónica al nuevo servicio, F recibió en su casa a un técnico de su empresa proveedora de cable para hacer efectivo el cambio de sistema. El técnico se demoró varias horas en casa de F haciendo los arreglos necesarios para dejar todo funcionando sin problemas. Según me cuenta F, más de una vez el técnico le advirtió que con su televisor "antiguo" no iba a disfrutar al máximo de las ventajas que acaba de adquirir. F no le hizo mayor caso.
Una vez instalado el nuevo paquete de cable, F se dispuso a disfrutar de las novedades tenía ahora al alcance de la mano. Tal vez por coincidencia, a los dos días tuvo fallos en el sistema y llamó a su proveedor de cable para reportarlos. Le mandaron un técnico que le solucionó rápidamente el problema y le dijo que el fallo se había debido a una incompatibilidad entre el novísimo sistema y el antiquísimo televisor. Le recomendó, con poco tacto, comprarse un TV de pantalla plana.
Ya eran dos las advertencias, así que F pensó que tal vez sería buena idea comprarse el televisor de pantalla plana que ya ambos técnicos le habían recomendado. Acudió a la tienda de buena calidad y garantía para comprar un televisor pantalla plana. Para su buena suerte, la tienda había rebajado los precios de los televisores y encima encontró un descuento adicional de 10%. Escogió su televisor, de la misma marca pionera que el que ya tenía, lo llevó a su casa, reemplazó el televisor al que tuvo que jubilar de un momento a otro y se sentó a disfrutar, ahora si, de las ventajas de sus nuevas adquisiciones.
Al menos, eso pensaba F.
Con el nuevo televisor, el sonido envolvente y otros beneficios a los que F se había acostumbrado ya no estaban disponibles. Así que llamó a otro técnico, esta vez no el del proveedor de cable, sino uno que conoce desde hace tiempo y que repara las cosas que se malogran en casa. Este técnico le dijo que el sistema de sonido antiguo no era compatible con ese televisor moderno, que debía usar una serie de cables que adaptaran ambos sistemas.
Cuando el técnico terminó de instalar los cables que permitieron que el nuevo televisor aceptara el sistema anterior de sonido, le dijo a F: "ha debido comprarse un televisor con más entradas de audio y video, como su antiguo televisor, que le permitía conectar siete aparatos adicionales simultáneamente".
Nunca es suficiente...
F tenía un televisor de una marca pionera, un aparato que ya contaba una década de edad y que, salvo alguna dificultad ocasional al momento de prenderlo, funcionaba bien. Tenía también todo un sistema de sonido perfectamente acoplado al televisor y con el que disfrutaba de ver películas, conciertos y demás asuntos para los que se usa un televisor. En exceso además, porque su querido televisor le permitía conectar siete aparatos simultáneamente.
Hace algunas semanas, F contrató un nuevo sistema de cable. Fueron tantas las ventajas que le mencionaron cuando se lo ofrecieron que F no se pudo resistir y aceptó las nuevas condiciones.
A los pocos días de haber dado su aceptación telefónica al nuevo servicio, F recibió en su casa a un técnico de su empresa proveedora de cable para hacer efectivo el cambio de sistema. El técnico se demoró varias horas en casa de F haciendo los arreglos necesarios para dejar todo funcionando sin problemas. Según me cuenta F, más de una vez el técnico le advirtió que con su televisor "antiguo" no iba a disfrutar al máximo de las ventajas que acaba de adquirir. F no le hizo mayor caso.
Una vez instalado el nuevo paquete de cable, F se dispuso a disfrutar de las novedades tenía ahora al alcance de la mano. Tal vez por coincidencia, a los dos días tuvo fallos en el sistema y llamó a su proveedor de cable para reportarlos. Le mandaron un técnico que le solucionó rápidamente el problema y le dijo que el fallo se había debido a una incompatibilidad entre el novísimo sistema y el antiquísimo televisor. Le recomendó, con poco tacto, comprarse un TV de pantalla plana.
Ya eran dos las advertencias, así que F pensó que tal vez sería buena idea comprarse el televisor de pantalla plana que ya ambos técnicos le habían recomendado. Acudió a la tienda de buena calidad y garantía para comprar un televisor pantalla plana. Para su buena suerte, la tienda había rebajado los precios de los televisores y encima encontró un descuento adicional de 10%. Escogió su televisor, de la misma marca pionera que el que ya tenía, lo llevó a su casa, reemplazó el televisor al que tuvo que jubilar de un momento a otro y se sentó a disfrutar, ahora si, de las ventajas de sus nuevas adquisiciones.
Al menos, eso pensaba F.
Con el nuevo televisor, el sonido envolvente y otros beneficios a los que F se había acostumbrado ya no estaban disponibles. Así que llamó a otro técnico, esta vez no el del proveedor de cable, sino uno que conoce desde hace tiempo y que repara las cosas que se malogran en casa. Este técnico le dijo que el sistema de sonido antiguo no era compatible con ese televisor moderno, que debía usar una serie de cables que adaptaran ambos sistemas.
Cuando el técnico terminó de instalar los cables que permitieron que el nuevo televisor aceptara el sistema anterior de sonido, le dijo a F: "ha debido comprarse un televisor con más entradas de audio y video, como su antiguo televisor, que le permitía conectar siete aparatos adicionales simultáneamente".
Nunca es suficiente...
Hola amiga, es curioso, pensamos que todas las bondades que nos ofertan nos mejorarán la calidad de vida. Si es verdad que yo también tengo a veces la tentación de cambiar mi televisor por uno de pantalla plana, cambiar mi sistema de comunicación telefónica, una placa por inducción para cocinar, mi wifi no me cubre la totalidad de la casa, y un sistema de alarma que me proteja como me dicen en la TV, seguridad para usted y sus hijos.
ResponderEliminarPero pienso que me costo tanto adaptarme a lo que tengo que dudo hacer tanto cambio para que a los seis meses me oferten que ya no estamos al día. Seguiré de momento como estoy y lo pensaré de nuevo dentro de seis meses.
Eso si la oferta llega a los seis meses y no antes, Fernando.
EliminarSe me olvidaba, besos.
ResponderEliminarGracias, buen domingo para ti.
EliminarAsí es, con mi viejo televisor grababa y hacía un montón de cosas. Con el nuevo no se cuál botón tengo que apretar, y cada vez que aprieto uno se me descompagina todo. A pesar de esto, pienso que si me quedo con los conocimientos viejos la tecnología me pasa por encima y cada vez será peor adaptarme a lo nuevo.
ResponderEliminarBeso desde mi blog de NUTRICIÓN
Mientras no seamos de esos que creen que el mundo se acaba si no tienen el último aparatito antes de que salga a la venta, creo que no hay ningún problema. Por lo menos yo, combino tecnología vieja con no tan nueva sin problema.
Eliminar¿Sabes qué? A mí me cuesta mucho deshacerme de mis aparatos usados por otros nuevos, a menos que estén malogrados y ya no tengan remedio. Casi siempre encuentras que essa "maravillas con nuevas tecnologías" carecen de algún servicio que el humilde y usadito antiguo te daba con toda facilidad. Bien dicen que más vale lo malo conocido que lo nuevo por conocer.
EliminarA mí me pasa lo mismo, Acirema. Lo nuevo no siempre representa una mejora al sistema ya conocido.
EliminarLos aparatos y yo no nos llevamos muy bien por eso cusndo aprendo a manejar uno me cuesta mucho deshacerme de él.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces, llegamos a encariñarnos con los que conocemos y manejamos hasta con los ojos cerrados, Chelo.
EliminarUff es verdad que por un lado apetece innovarse y por otro es complicado... Y mientras te demoras en pensar sobre el asunto, sacan otro sistema más nuevo aún...
ResponderEliminarCreo que es más complicado porque como le pasó a F, cambiar un aparato implica que los demás también deben cambiarse... o es lo que nos quieren hacer creer.
EliminarÉ tudo tão difícil, nos dias que correm!
ResponderEliminarPrecisamos de ser super especialistas +para comprar o que quer que seja!
Que cansaço!
Beijo
Si, Nina, cansancio tremendo me provoca a veces también.
EliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarAy! Gabrielita, me encanto tu entrada. Que bar-
baridad! Pero, pasa muy amenudo. Yo lo he expe-
rimentado. Te quiero.
Cotiti.
Pasa más veces de lo recomendable, Consuelo.
Eliminar
ResponderEliminarLa verdad es que dependiendo del técnico que te atienda te dice una cosa u otra...
Sobre todo los del cable que no quieren que quites el aparato que les da de comer.
De todas formas, elegir algo correcto 100% va a ser imposible, viendo a la velocidad en que se desarrolla la tecnología un dvd, tv etc, al año ya se ha quedado anticuado porque ha salido algo nuevo que rompe con todo lo demás así que aunque podamos seguir usando esos aparatos en breve deberemos cambiarlo para que funcione todo correctamente una y otra vez... Así entramos en una vorágine consumista que es lo que buscan las grandes empresas, o así lo entiendo yo...
Un beso
Incluso dependemos de muchos técnicos, Marta, porque difícilmente viene a atender nuestro reclamo el mismo técnico que vino la vez anterior.
EliminarOh Gabriela , que pesadilla!!! Y todavía me identifico más porque sé que más tarde más temprano tendré que cambiar el mío y de pensar en todo esto que cuentas me echo a temblar.
ResponderEliminarNosotros tenemos una televisión de éstas antiguas, cabezona, y sólo una y mis niñas nos dicen que somos una familia de lo más rara, jajaja
No, no tiembles, Laly. Ya sabes: al mal paso, darle prisa, ja, ja.
EliminarA mi madre le pasó algo parecido. Es alucinante como todo eran ventajas antes de comprar la tele, y una vez comprada e instalada... que si tiene que cambiar el descodificador, que si le falta otro cable, que lo de la conexión con otros programas aquí no va....
ResponderEliminarAl final al menos le funciona lo básico, y aun gracias¡¡
Cuando tienen que hacer méritos para que compremos lo que venden, todo es fácil, Miriam. La cosa viene luego, cuando ya estamos adentro y prácticamente sin escapatoria.
EliminarPavorosa historia la de F.
EliminarCiertamente, Cyrano.
EliminarUn saludo desde Andalucía (España)
ResponderEliminarGracias desde Lima.
Eliminar:D
No me extraña nada la historia de F...Hoy muchos sólo quieren vender su producto y luego tú apañate para poner orden en tanto lío y cada vez más complicado todo.
ResponderEliminarMis hijos tuvieron una temporada insistiendo en que cambiáramos el equipo de música, que cada aparato va independiente y compráramos uno compacto, porque así teníamos el CD que faltaba, todo en uno y abultaba menos...No hicimos caso. Sólo compramos el reproductor de CD y se lo acoplamos. Cuando el técnico lo vio, dijo que no se nos ocurriera cambiarlo, ya no se hacen las cosas para que duren tanto. Lo compramos en el 80 y siguen funcionando perfectamente todos, sin ningún problema
Un beso y buenas noches....bueno, para ti serán tardes:))
Y que siga funcionando durante muchos años más, Laura.
EliminarALGO MUY PARECIDO NOS OCURRIÓ EN CASA...CUANDO NOS MUDAMOS Y LOS TV ERAN DE ESTRENO, Y NINGUNO SABÍA CÓMO MANEJARLOS....ME HIZO REIR Y RECORDAR AQUELLA ETAPA DE CAMBIO EN MI VIDA.
ResponderEliminarEspero que ya sepan cómo usar los televisores, Antonio.
EliminarEs hoy todo lo hacen basado en ultima technologia! Y esos son los resultados...al final no se si reir o llorar por tu amigo. Nosotros estuvimos en una sitiacion similar y es muy frustrate. Un abrazo
ResponderEliminarParece que F ha logrado adaptarse, Iela. Puso buena cara al mal tiempo y se está adaptando a sus novedades.
EliminarTuve más suerte. Me cambié a pantalla plana y por más que me había encariñado con el televisor antiguo, no me arrepiento.
ResponderEliminarSeguro que las jugadas de fútbol se ven más nítidas en el nuevo televisor, Esteban.
EliminarBom fim de semana, amiga!
ResponderEliminarBeijinhos
¡Gracias, Nina! Igual para ti.
EliminarMe encanto tu entrada!
ResponderEliminarBesos.
Nita
Veo que la historia de F por lo menos sirve para unir a los lectores, Nita.
EliminarQué gran verdad tu última frase rubricando, Gabriela. El caso es que eso es lo que creo que está pasando en muchos ámbitos, olvidándonos de cosas importantes, sencillas y ¡suficientes!.
ResponderEliminarLo triste es que a veces es más que suficiente, pero nos hacen creer que siempre falta algo.
EliminarMe has hecho reir querida amiga! Pobresito F !! Y de aqui a unos anyos todo sera aun tan diferente que esta historia pasara a ser como las del TV sin control remoto y en blanco y negro que se contaban en un antanyo!!ja ja ja
ResponderEliminarBesos, feliz semana!!
Si, habrá que enseñársela en unos años a F para ver qué opina.
EliminarJejejeje... menudos post te inventas, Gabriela, me haces reir muchísimo.
ResponderEliminarEstoy pasando por esa etapa, tenía un TV cabezón de toda la vida. Fantástico!!! Pero las idioteces de meterme en un pantalla plana ha supuesto que tenga ya que desembolsar dos averías, estando aun en garantía porque el servicio técnico oficial me dice que es mal uso. No entiendo cómo darle a los botones del mando a distancia decenas de veces se considera mal uso. En fin...
Sería cómico si no fiera trágico, Antonio.
EliminarEspero que pronto puedas domar a tu control remoto. Ya sabes que te dirán cualquier cosa con tal de no cumplir con la garantía ofrecida.
Y cuando se le termine la garantía, al día siguiente le pasará algo. El tecnico que viene a mi casa los llama los presidiarios porque tienen seis meses y un día
ResponderEliminarMe causa gracia el ingenio del técnico, Maria Jesús.
EliminarJajajaja yo para no tener esos problemas todavìa tenemos las tele de lampara .
ResponderEliminarEn verdad mucho adelantos , pero se te rompr un circuito y nada te funciona .
Un beso , cuìdate y feliz domingo .
Nancy
A veces tengo la tentación de volver a los televisores que eran en sí mismos tremendos muebles, Nancy.
EliminarSaludos desde Lima.
jajaja y que F, ni se le ocurra buscar más mejoras que termina comprando más cosas jejeje
ResponderEliminarjustamente yo no he comprado ni contratado muchas cosas porque mi televisor es viejito y no pienso jubilarlo sino hasta que él solito decida morir :)
saludos. Hilda
Creo que F aprendió la lección, Hilda.
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