Desde hace una semana, la sala de mi casa parece zona de desalojo. Los muebles están arrimados para un lado, la alfombra mal enrollada por otro, la mesa por cualquier sitio. Y el piso está con el parquet colocado a medias.
Todo se remonta a mediados de diciembre último, en que la terma de la casa se malogró y derramó todo su contenido. Si bien la situación fue caótica, no se pareció en nada a lo vivido por Cyrano un poco antes. Aun así, se produjo un descalabro que terminó con un cambio de terma al día siguiente.
Poco a poco, el parquet en dos partes determinadas de la casa se empezó a levantar. Una de esas dos partes está en el paso de la cocina al comedor, por donde se camina muchas veces al día. La otra está debajo de un sofá por donde no se camina nunca.
El hecho es que el estropicio era cada día más evidente, hasta que fue menester llamar a alguien que lo arreglara. Al preguntar a diversas personas, la respuesta era la misma: ya nadie usa parquet, ahora se usan pisos laminados. Está bien que el laminado sea el preferido de los constructores, pero no creo que eso haya hecho desaparecer a los expertos en parquet.
Por recomendación de un amigo, encontré a un maestro en parquet. En el Perú, llamamos maestro a los expertos en un oficio. Luego de una llamada telefónica, el maestro prometió ir a ver y evaluar la situación en ese momento, pues por coincidencia esta muy cerca de la casa. Efectivamente, llegó a los diez minutos, hizo un rápido análisis y dio un precio bastante razonable. Quedamos en que empezaría el trabajo el lunes y terminaría el miércoles.
El lunes, no hubo noticia del maestro. Su teléfono no contestó en todo el día. Llegado el martes, el maestro apareció cariacontecido, excusándose en que su teléfono se había malogrado y que lo habían llamado para un trabajo urgente. Retiró las piezas de parquet que se habían despegado, aplicó un líquido en el piso y dijo que regresaba al día siguiente para terminar. Mientras tanto, se iba secando ese líquido de olor fuerte que había aplicado.
El hombre no regresó ni llamó a presentar excusas el miércoles, ni el jueves, ni el viernes. El sábado llamó a repetir casi las mismas explicaciones de días anteriores y a confirmar que el lunes iba a terminar el trabajo "de todas maneras". Le dije que ojalá no volviera a tener otro inconveniente, que ojalá que no se le volviera a malograr el teléfono, que ojalá fuera puntual. Aseguró que ahí estaría a las 8 de la mañana.
Para no aumentar el suspenso, el hombre no solamente no volvió sino que ya ni siquiera contesta el teléfono. Ni siquiera al amigo que lo recomendó, que injustamente se siente muy mal por todo esto.
Mientras tanto, la sala de la casa sigue pareciendo zona de desalojo.
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Todo se remonta a mediados de diciembre último, en que la terma de la casa se malogró y derramó todo su contenido. Si bien la situación fue caótica, no se pareció en nada a lo vivido por Cyrano un poco antes. Aun así, se produjo un descalabro que terminó con un cambio de terma al día siguiente.
Poco a poco, el parquet en dos partes determinadas de la casa se empezó a levantar. Una de esas dos partes está en el paso de la cocina al comedor, por donde se camina muchas veces al día. La otra está debajo de un sofá por donde no se camina nunca.
El hecho es que el estropicio era cada día más evidente, hasta que fue menester llamar a alguien que lo arreglara. Al preguntar a diversas personas, la respuesta era la misma: ya nadie usa parquet, ahora se usan pisos laminados. Está bien que el laminado sea el preferido de los constructores, pero no creo que eso haya hecho desaparecer a los expertos en parquet.
Por recomendación de un amigo, encontré a un maestro en parquet. En el Perú, llamamos maestro a los expertos en un oficio. Luego de una llamada telefónica, el maestro prometió ir a ver y evaluar la situación en ese momento, pues por coincidencia esta muy cerca de la casa. Efectivamente, llegó a los diez minutos, hizo un rápido análisis y dio un precio bastante razonable. Quedamos en que empezaría el trabajo el lunes y terminaría el miércoles.
El lunes, no hubo noticia del maestro. Su teléfono no contestó en todo el día. Llegado el martes, el maestro apareció cariacontecido, excusándose en que su teléfono se había malogrado y que lo habían llamado para un trabajo urgente. Retiró las piezas de parquet que se habían despegado, aplicó un líquido en el piso y dijo que regresaba al día siguiente para terminar. Mientras tanto, se iba secando ese líquido de olor fuerte que había aplicado.
El hombre no regresó ni llamó a presentar excusas el miércoles, ni el jueves, ni el viernes. El sábado llamó a repetir casi las mismas explicaciones de días anteriores y a confirmar que el lunes iba a terminar el trabajo "de todas maneras". Le dije que ojalá no volviera a tener otro inconveniente, que ojalá que no se le volviera a malograr el teléfono, que ojalá fuera puntual. Aseguró que ahí estaría a las 8 de la mañana.
Para no aumentar el suspenso, el hombre no solamente no volvió sino que ya ni siquiera contesta el teléfono. Ni siquiera al amigo que lo recomendó, que injustamente se siente muy mal por todo esto.
Mientras tanto, la sala de la casa sigue pareciendo zona de desalojo.
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Yo tengo unas historias con esos "maestritos"... a uno no le quise devolver sus herramientas por estafador, así que si alguien está interesado en una carretilla de albañil comunicarse por este blog... jaja
ResponderEliminarCon la debida comisión para el blog que sirvió de contacto, ja, ja.
EliminarAnímate tu, ahí puedes llevar tu parquet, jaja, mentira!
ResponderEliminarO las pocas cosas que el maestro dejó en la casa.
EliminarYo conozco a alguien que arregla parquet, en mi casa lo hizo bien al menos. Tuve un problema parecido en mi sala, pero el "maestro" no fue tan cabeceador y tuvo solución jaja.
ResponderEliminarEntonces pásame el dato, César. Se agradece.
Eliminar:D
Lo siento Gabriela que estés así...pero me han hecho mucha gracia tus "ojala" que el "el experto maestro" no tuvo en cuenta te salío rana y te estropició más el estropicio.
EliminarEse es lo que se llama un verdadero sinvergüenza sin palabra ninguna que te ha dejaó "empantaná "como se dice por aquí.
Espero que arregles pronto el descalabro...y no te desesperes por tener la sala patas arriba.
Un beso.
Espero poder desfzcer este entuerto, Laura. Gracias por pasar.
EliminarLo peor en estos casos es que tienes que estar todo el día sin poder salir de casa, esperando la llegada del maestro, porque siempre tienes la esperanza de que llegará en algún momento.
ResponderEliminarY si sales, Anónimo, seguro que el hombre llega en los únicos diez minutos que no estás en casa.
EliminarMás o menos me está pasando algo similar con la impresora, el "especialista" se la llevo para arreglarla y de vez en cuando me llama para decirme que viene a entregarla y... no viene. Ya me está preocupando este tema porque necesito con urgencia la impresora porque estamos en época de Declaraciones Juradas de Renta y éstas tienen que ir impresas.
ResponderEliminarLo peor en tu caso, Virginia, es que tu impresora se la ha llevado el "especialista". Espero que la devuelva pronto.
EliminarCosas de palabra que no se cumplen ... es un fastidio mayusculo y no exculpes al que te lo recomendo, el es quien debiera hacerse cargo de desfacer el entuerto"
ResponderEliminarMás que mayúsculo, Cyrano. En cuanto a quien lo recomendó, es la primera vez que me falla uno de sus maestros. Y han sido varios en los últimos tiempos.
EliminarINCREIBLE!!!!!!!
ResponderEliminarParece un cuento, Giselle, pero es verdad.
EliminarPues parece que sí era un "maestro" después de todo... pero de OCULTISMO!!!
ResponderEliminarOjalá aparezca alguien que te ayude, que la casa de uno es lo más sagrado, es nuestro oasis de descanso y tenerlo así como una trinchera no es muy agradable.
(por cierto, ¿Qué es la terma?, me imagino que un calentador de agua eléctrico no??)
Ese es el mayor fastidio, Cheluca, que la casa es el recinto sagrado de cada persona y verla de cabeza es muy fastidioso.
EliminarEfectivamente, una terma es un calentador eléctrico de agua.
Hola Gabriela: Yo creía hasta hoy que eso de los maestros que empiezan sus trabajos pero no los terminan, o que no conocen de la responsabilidad de cumplir en días señalados, solo pasaba en Chile. En todo caso lamento tu situación de indefensión total. Un beso.
ResponderEliminarLamentablemente la informalidad no es patrimonio exclusivo de un solo país, Esteban.
EliminarEste es lo que se llama un hombre de palabra...si no fuera por el desaguisado que os ha ocasionado en casa, la historia tiene gracia. Gabriela, mientras leìa la palabra "terma" creìa que hablabas de ese molesto insecto-tipo-hormiga, ahora creo haber comprendido que se trata de lo que nosotros llamamos un "termosifòn", jaja...
ResponderEliminarTambién he leìdo la historia de tu amigo mosquetero Cyrano, muy divertida, y también he deducido que "gasfitero" es lo que nosotros llamamos "fontanero". Estoy en lo cierto ?
Espero que pronto un experto serio os solucione el problemilla. Veo que en todas partes hay gente que le gusta hacerse de rogar.
Un abrazo Gabrielita bonita desde Venecia
Chusa
Cuando puse la palabra terma, creí que todos la iban a entender. Luego de leer tu comentario y el de Cheluca que que me equivoqué, Chusa.
EliminarSi, un terma es un calentador eléctrico de agua. Y un gasfitero es un fontanero. En Chile les llaman gásfiter.
Gracias por los buenos deseos. Veremos cómo termina la historia.
Hola Gabriela,
ResponderEliminarLamento por todo lo que pasas. Esa es una de las cosas que Perú sea como es..., creo que tenemos "maestros" para todo; en algunos casos, más "improvisados" que maestros.
Ojalá y algún otro maestro resuelva el problema.
Muchos saludos.
Y eso que llevar el título de maestro debería ser todo un honor, Cris.
EliminarSaludos de USA.
ResponderEliminarAy! Gabita, se que esta historia ,para ti,
no tiene nada de graciosa, pero, a mi me
ha divertido muchisimo porque conozco la
historia y se que es verdadera.De verdad
lo siento porque es frustrant; pero, que
se puede hacer, paciencia, perder lo que
se ha adelantado y cambiar al maestro por
alguien serio y profesional, pero, donde
se le encuentra. Ahi esta el cuento!.Me
encanto tu entrada. Te quiero.
Cotiti.
Pues por suerte apareció otro maestro, Consuelo, cumplido y puntual a más no poder.
EliminarAsunto solucionado en pocas horas.
Hola bonita,
ResponderEliminarpor fin por aquí de nuevo. He tenido a las niñas de vacaciones y no he tenido un momento de respiro. Además, el viernes salimos de viaje y acabamos de llegar. Ya te enseñaré fotitos.
Madre mía, Gabriela!!!!! Lo peor de todo es la cara de tonto que se te queda cuando te dice que va a volver y te tienes que morder la lengua para no decirle todo tipo de "lindezas", porque tú tienes la educación que a él le falta.
Espero que todo se vaya arreglando y tengas tu casita en orden.
Un beso guapa.
La respuesta al deseo que expresas en la última línea está en el post siguiente, Laly.
EliminarEspero que hayan tenido lindo viaje.
Ah, me alegro un montón que hayas solucionado el problema. Espero que estés ya tranquilita
ResponderEliminarSi Laly, la tranquilidad volvió por estos barrios.
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