Digo esto por una serie de razones, algunas bastantes trilladas, como por ejemplo, el aglutinamiento de personas por todos lados, el afán de buscar EL regalo para alguna persona especial (para nuestras personitas que unen, por ejemplo), con la consiguiente alarma al advertir que la plata no alcanza, entre otras.
Personalmente, Navidad equivale a diciembre, equivale a un año más que se termina, a la sensación de que una vez más, sin que nos hayamos dado cuenta, otro año se fue. Lo que nos lleva a preguntarnos si el año fue o no bueno. Época de calificaciones y de evaluaciones.
Es un momento en que las ausencias y las pérdidas golpean más que nunca. En que sentimos la enorme falta que nos hacen algunos que no están. Eso es inevitable.
Pero esa sensación de tristeza no tiene por qué ser la única. No se trata solamente sentir nostalgias ni de recapitular tristezas (¿para lograr qué?). Y en lugar de hacer un balance de lo que nos falta, debemos agradecer por lo que tenemos, por los que están a nuestro lado...
La Navidad puede ser descrita como "el mejor y el peor de los tiempos" (perdóname Dickens). Aunque creo que mejor nos quedamos con la primera parte de la frase. Celebremos al dueño del santo y dejémosle su sitio de invitado especial, pongamos a un lado las tensiones de las compras de último momento y las del "amigo secreto" (costumbre que, felizmente, no estoy obligada a observar).
Mejor miremos a nuestro alrededor. Con toda seguridad que hay (mucho) más de un motivo para celebrar.
Así que para todos ustedes: ¡FELIZ NAVIDAD!
PD: si alguna vez pudiera escoger cómo pasar la Navidad, diría que en invierno, en algún lugar que tenga clima frío en diciembre. Espero poder cumplir ese largamente ansiado anhelo.