Ciertamente, hay gente que se pasa. Esta es una reflexión a la que llegué después de dos experiencias vividas en los últimos días.
La primera fue en una ceremonia en el colegio de Gonzalo. Antes de que comenzara, el presentador habló por el micrófono para anunciar que en dos minutos empezaría la ceremonia. Y pidió dos cosas: que los asistentes apagaran sus celulares y que, por favor, no tomaran fotos ni videos.
A los pocos minutos, se apagaron las luces y todo comenzó.
Literalmente, todo comenzó. Porque los celulares empezaron a sonar sin parar. Y los padres de familia no paraban de tomar fotos y de grabar videos. Debo confesar que lo que más me molestaba eran los celulares. A fin de cuentas, las personas que tomaban fotos lo hacían desde sus asientos y sin hacer bulla.
Con los celulares, era otra la historia. No solamente porque la variedad y el volumen de timbrados era enorme, sino porque las personas reaccionaban al tercer o cuarto timbrado. Si a eso se le agrega lo que se demoran algunas en encontrar el aparatito en sus tremendas carterazas, ya tenemos asegurados mínimo unos seis timbrados. Debo rectificar y decir que el doble de timbrados, porque como no hay respuesta y la llamada se corta, el teléfono vuelve a perderse en esa dimensión desconocida que son algunas carteras... y 30 segundos después, el teléfono vuelve a sonar y la historia se repite.
Esto me hizo preguntarme: ¿y si hubieran dicho que dejaran los teléfonos prendidos y que tomaran todas las fotos y los videos que quisieran?
El otro incidente fue al día siguiente. Fui a un centro comercial al que no iba hace años, y lo encontré totalmente cambiado y en obras. Quise salir por la Av. Angamos, la que me resultaba más directa para regresar. Pregunté a varias personas y todas me señalaron en una dirección.
Al cabo de un rato, me di cuenta de que estaba entrando cada vez más a la zona de las obras y que se me hacía difícil pensar que encontraría una salida por donde me habían dicho. Entonces me acerqué a un policía que cuidaba un banco y le volví a preguntar por la salida a la Av. Angamos. Me contestó que estaba cerrada por las obras (!!!).
Le pedí que me indicara por dónde salía a la Av. Aviación, y me lo indicó muy claramente. Una vez afuera por el lado de la Av. Aviación, caminé hacia la Av. Angamos y regresé a casa.
Si no hubiera sido por ese orientado policía, creo que seguiría dando vueltas más perdida que Algernon en ese laberinto que resultó ser el centro comercial a causa de las obras.
Definitivamente, ¡hay gente que se pasa! Y eso que no menciono a los adultos mayores (y no tan mayores a veces) que se empeñan en ir a las cajas de atención preferente aunque en las otras cajas haya menos gente haciendo cola.
La primera fue en una ceremonia en el colegio de Gonzalo. Antes de que comenzara, el presentador habló por el micrófono para anunciar que en dos minutos empezaría la ceremonia. Y pidió dos cosas: que los asistentes apagaran sus celulares y que, por favor, no tomaran fotos ni videos.
A los pocos minutos, se apagaron las luces y todo comenzó.
Literalmente, todo comenzó. Porque los celulares empezaron a sonar sin parar. Y los padres de familia no paraban de tomar fotos y de grabar videos. Debo confesar que lo que más me molestaba eran los celulares. A fin de cuentas, las personas que tomaban fotos lo hacían desde sus asientos y sin hacer bulla.
Con los celulares, era otra la historia. No solamente porque la variedad y el volumen de timbrados era enorme, sino porque las personas reaccionaban al tercer o cuarto timbrado. Si a eso se le agrega lo que se demoran algunas en encontrar el aparatito en sus tremendas carterazas, ya tenemos asegurados mínimo unos seis timbrados. Debo rectificar y decir que el doble de timbrados, porque como no hay respuesta y la llamada se corta, el teléfono vuelve a perderse en esa dimensión desconocida que son algunas carteras... y 30 segundos después, el teléfono vuelve a sonar y la historia se repite.
Esto me hizo preguntarme: ¿y si hubieran dicho que dejaran los teléfonos prendidos y que tomaran todas las fotos y los videos que quisieran?
El otro incidente fue al día siguiente. Fui a un centro comercial al que no iba hace años, y lo encontré totalmente cambiado y en obras. Quise salir por la Av. Angamos, la que me resultaba más directa para regresar. Pregunté a varias personas y todas me señalaron en una dirección.
Al cabo de un rato, me di cuenta de que estaba entrando cada vez más a la zona de las obras y que se me hacía difícil pensar que encontraría una salida por donde me habían dicho. Entonces me acerqué a un policía que cuidaba un banco y le volví a preguntar por la salida a la Av. Angamos. Me contestó que estaba cerrada por las obras (!!!).
Le pedí que me indicara por dónde salía a la Av. Aviación, y me lo indicó muy claramente. Una vez afuera por el lado de la Av. Aviación, caminé hacia la Av. Angamos y regresé a casa.
Si no hubiera sido por ese orientado policía, creo que seguiría dando vueltas más perdida que Algernon en ese laberinto que resultó ser el centro comercial a causa de las obras.
Definitivamente, ¡hay gente que se pasa! Y eso que no menciono a los adultos mayores (y no tan mayores a veces) que se empeñan en ir a las cajas de atención preferente aunque en las otras cajas haya menos gente haciendo cola.
Gabriela, lo que cuentas del colegio es como para una escena de los Simpsons! Pobre profesores! con esos papás, te imaginas lo que obedecen sus hijos!
ResponderEliminarLo de los celulares, es que son tontos! acá lo veo en las mujeres, que son tan inútiles con la técnica que no saben cómo poner el celular en vibración!
Lo de fotografiar y filmar a sus hijos es lo que se ve en las películas norteamericanas... en los colegios, horrible!
Una buena medida, sería que una empresa grabara todo y después, vendiera el CD ;)
Un abrazo!
A mi tambien me pone muy nerviosa lo de los teléfonos y me pregunto ¿que hacía esa gente antes?
ResponderEliminarUn saludo
Hola, Gabriela:
ResponderEliminarAsí como hay gente desconsiderada, también existen aquellos colaboradores y atentos que dan buen ejemplo a los primeros.
Muy bueno tu artículo.
Un abrazo.
Lo de los celulares es tan frecuente, y no falta uno que se sigue pasando y contesta la llamada y dice habla a todo volumen en plena sala de exposición, atiende toda la llamada de 1 minuto o más y luego guarda el teléfono como si nada hubiera pasado y la interrupción al expositor y a los demás asistentes, no le importara. Es que realmente no le importó para nada. El atendió su llamada y listo, sigue su vida feliz atropellando las normas mínimas de respeto a los demás.
ResponderEliminarQuerida Gaby,
ResponderEliminarAunque el tema es serio me has hecho reir con lo de los celulares, imagino el PLOP del presentador y los organizadores. Caso omiso al pedido con gran raza y singular estilo. Bueno, esto es el resultado de vivir en un pais informal, el porcentaje de los que, como tu, si acatan lo solicitado o lo que el sentido comun nos dicta sobre las buenas normas, comportamiento a seguir y el civismo en general es desgracidamente muy bajo.
Se que caere pesada diciendo lo que viene, pero aqui en Australia en lo que se refiere al respeto a los demas la historia es muy distinta. Si cometes el error de no apagar tu celular te sientes como "comeme tierra" porque las miradas de desaprobacion o el mismo silencio del lugar te hacen sentir asi. Si esto pasa es minimamente y cuando pasa, muchas veces y lastimosamente, es un inmigrante, lo digo porque yo tambien soy inmigrante y me da pena. No necesariamente con los celulares, lo veo mucho con la manera de manejar, normalmente si alguien se esta saliendo de la norma, es un inmigrante o un joven de esos que les llega la vida. Bueno, un beso.
Silvana
Saludos de USA.
ResponderEliminarGabrielita. Te imaginas cual es el futuro? Si
los padres no obecen las reglas, que les queda
a los ninos. En cuanto a la segunda historia
historia, sucede en todas partes, gente que te
da direcciones erroneas, haces una pregunta y
te contestan cualquier cosa.Sobre todo te hacen
perder tiempo y paciencia. De verdad hay gente
que se pasa!. Te quiero mucho.
Si pues, es verdad, somos unos salvajes. Lo de las fotos, puede pasar. Ya que los padres no se resisten en tomarle fotos a sus seres queridos, pero lo otro es de salvajes. Hoy estaba a punto de subir una escalera en el puente Quiñones y me percate que una extranjera de acento portugues, no podia subir por que la gente bajaba de la misma sin respetar su derecha y ella decía: Quiero subir por mi derecha, Por que la gente no mantiene su derecha?, para que no nos choquemos?. Era sentido comun y respeto por el projimo. Yo le dije señora: por que lamentablemente somos un pais de salvajes señora. Pienso con frustación que a veces los chilenos tienen razon cuando nos llaman micos. La ayude para que no piense que somos unos micos.
ResponderEliminarBueno eso me suena, debe ser que va intrinseco en el genero humano. Pero sabes que creo Gabriela que falta autoridad que algunos piensan que las normas nos coartan que atentan contra nuestra libertad , pero claro en cuanto nuestra libertad "invade" la libertad del otro sin ningún respeto y pateando el equilibrio social es cuando el que abusa molesta y ese personaje le hace mucha pero que mucha falta una buena reeducación ¿pero quien le pone el cascabel al gato?
ResponderEliminarGracias por tus palabras en mi blog
Un saludo
I think there are two issues here.
ResponderEliminarFirst situation is more about psychology of the crowd - people do it, because others do it and there is no psychological restriction like shame or peer preasure. At the same time the head of the ceremony DOES NOT stop the performance. Just imagine treating the parents like kids and stoping the play to say "if you do not switch the phones off, we will not continue" or "everysingle person using phone will be asked to leave" (second version is what they do in theatre in UK sometimes).
I also think this situational behaviour is cultural. In Hungary you would do it, as mobiles are highly valued as means of communication, though people would mute them.
In UK the idea of being hyper-polite is so strong, that one is scared to get up and walk out to pick up the phone, worried what would others think" - which is crazy - other size of the same coin I guess.
As for directions. Gosh, someone should write a book about it! I think it is always worth asking reliable sources, if possible. The idea that you drive away and will not question their advise, makes people care less....
No me gusta que sea, los teléfonos que suenan en medio de algo que se supone que es agradable y sin interrupciones. Siempre apague el volumen en la mía.
ResponderEliminarYo creo que esa era la idea, Marta, que hubiera un solo video. Por eso el pedido de no grabar ni tomar fotos.
ResponderEliminarAntes se perdían nomás, Chelo.
:D
Claro Rafael, felizmente hay personas así. Siempre y en todas partes.
En el cine, en el teatro y en misa, Renata. Recuerdo que en una obra chonguera, a un tipo del público le sonó el celular. Pues los actores lo estuvieron fastidiando toda la obra. En buena onda, pero no lo dejaron tranquilo.
Suele pasar, Silvana. Como dices, es lamentable.
Y eso que paciencia es algo que no tengo en exceso, Consuelo.
Hay gente que no puede perder ni dos segundos, Alf. Lo he visto más de una vez en mis habituales caminatas por las calles de Lima.
Nadie quiere dar el primer paso, Isabel.
I finally asked a reliable source, Sylwia. I asked a police officer. He was the only one who gave me correct directions. As for the cell phones, it seems is a universal issue.
A mí tampoco me gusta que me interrumpan con un teléfono, Estrella.
Hola Gabriela:
ResponderEliminarFeliz fin de semana,
Luis
Muy bueno tu post, es la cruda realidad en el Perú, si hay un cartel que dice "prohibido arrojar basura o desmonte", lo veras lleno de basura y desmonte. Lo de los celulares es horrible, en el cine, en misa, en conferencias y en actuaciones, nadie los apaga.Paciencia, debemos poner carteles en todo lugar, pidiéndo que voten por el que no queremos como presidente, y seguro votan poe el otro,jajaja.
ResponderEliminarCariños,
Maricarmen
p.d. Te cuento que éste blog, desapareció para los que quieren entrar directamente, yo tampoco puedo, tengo que entrar por "mi imagen", de cualquiera de los otros blogs, así escribí mi última entrada del Día de la Madre, sale bastate loca, dice "error e la página y está desconfigurada, ya no tengo al lado derecho con la relación de mis entradas, no se que hacer, si sabes algo dímeelo. He tenido que ponerlo en facebook, y así pueden entrar todos.
Es increíble que siendo adultos no se pueda seguir instrucciones o peticiones tan simples. Me pregunto esos padres, que tipo de hijos estarán educando.
ResponderEliminarPor otro lado, es muy común en mi país que pase eso, yo no sé si desconocen la dirección, seria más fácil decir no sé a perder a las personas.
Saludos. Hilda
Ay Gabrielita!!! Si realmente las personas respetaran a los demás nos quedaríamos sin nada que postear...
ResponderEliminarA mí me molesta de manera profunda no cumplir las reglas y que no las cumplan los demás, por eso normalmente vivo con un lío en la cabeza ya que en Rep.Dom. hay mucha gente que es muy, pero muy, atropelladora, nunca quieren hacer una fila, y nunca respetan ni siquiera una regla del tránsito... De verdad me sorprende que no hayan más accidentes de los que hay... pero bueno... ya es algo que se puede llamar DESORDEN INTRÍNSECO y PATOLÓGICO.
En fin... suerte y paciencia, no nos queda otra!
La mala educacion aparece en todos lados.Y no obedecer las indicaciones es un deporte nacional
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